Día de la blasfemia
Anda que no tiene que cansar eso de levantarse cada mañana a ver cómo le sacudes una patada en los mismísimos a aquellos que piensan de una manera diferente, y sobre todo hacerlo para que ese supuesto rival, al que encima le importas un bledo, aprenda tolerancia, democracia y moderación, amos, moderancia que decía uno de mi pueblo.
Existe por ahí, una cosa llamada laicismo, o movimiento laicista o algo semejante que se nutre de esa vieja aspiración, vaya usted a saber motivada por qué, de sacudir estopa a la iglesia católica y, para disimular, decir algo alguna vez de otras religiones y creencias. Dentro de sus más sonadas acciones se recuerdan la heroicidad con que atacaban a los jóvenes peregrinos de la JMJ, incluyendo a religiosas e incluso a una persona con discapacidad. Se les echó en falta en la Puerta del Sol recriminando a los legionarios que portaran al Cristo de la Buena Muerte, pero entiendo que no se puede estar en todo. También una pretendida procesión laica precisamente un jueves santo.