Al cielo iremos los de siempre
Ya en el 2015. Parece que todo cambia y a la vez nada se muda. El amor a Dios, la confianza en la maternidad de la Iglesia, la oración y la vida sacramental como fuentes de gracia, el credo, los mandamientos, la Palabra.
Tentación de novedad, de algo distinto. ¿Quién no ha rezado laudes o vísperas con la piedra, una diapositiva, cartulinas y expresión corporal por la cosa de hacer algo nuevo? Sin embargo el breviario permanece desde hace siglos haciendo grandes santos sin necesidad de apelar a la flor y el pedrusco para fomentrar la piedad de los fieles.