La unidad de la Iglesia en China después del acuerdo sino-vaticano (I)

Beijing (AsiaNews)- El tan esperado diálogo y el acuerdo sino-vaticano no están produciendo una mayor unidad en la Iglesia. Al contrario, el gobierno y el Frente unido continúan anunciando una “Iglesia independiente”, sometida totalmente al Partido comunista chino. Es la opinión expresada por Duo Mu (Thomas), un laico católico de Hebei, del cual publicamos hoy la primera parte. Para Duo Mu, la política del Partido comunista chino hacia la Iglesia católica no cambió; sólo se actualizó.

Después de la apertura de China en los años 80, la Iglesia vivió los pontificados de San Juan Pablo II, Benedicto XVI y del actual Papa Francisco mostrando con cordialidad el querer dialogar con las autoridades chinas. Gracias a la humildad y a la paciencia, el 22 de septiembre de 2018, China y Vaticano se encontraron finalmente en Beijing, firmando el Acuerdo Provisorio sobre el nombramiento de los obispos. Creo que toda la Iglesia china -la reconocida y aquella no reconocida por las autoridades- es favorable al diálogo entre el Vaticano y el gobierno chino. Como bien sabemos, no es posible resolver los problemas sin el diálogo permitiendo hacer crecer la recíproca confianza entre Vaticano y las autoridades chinas Este es un momento histórico y nos demuestra que China y Vaticano se están encaminando sobre el camino del diálogo.

1- Los límites y la duración del Acuerdo Sino-Vaticano 

La denominación completa del Acuerdo Sino-Vaticano debería ser “Acuerdo Provisorio Sino-Vaticano sobre el nombramiento de los obispos”, los límites del Acuerdo se refieren a su contenido que trata exclusivamente sobre el “nombramiento de los obispos”, o sea la parte pastoral; mientras que la duración del Acuerdo está indicada por su “temporalidad” que es de 2 años.

El Papa Francisco, respondiendo a la preguntas de algunos periodistas, dijo que el Acuerdo no es “un trabajo de reparto”, sino “un verdadero camino” y el proceso de negociación consiste en el “dar 2 pasos adelante y uno atrás, luego de nuevo dos pasos adelante y uno atrás”. El vocero de la Santa Sede, Greg Burke afirmó que este Acuerdo no representa la meta de un proceso, sino su inicio. Según cuanto reporta la Prensa Vaticana, “el así llamado Acuerdo Provisorio, que es fruto de un gradual y recíproco acercamiento, fue estipulado después de un gran recorrido de ponderadas negociaciones y prevé evaluaciones periódicas sobre su actuación. Este trata del nombramiento de los Obispos, cuestión de gran relieve para la vida de la Iglesia y crea las condiciones para una más amplia colaboración a nivel bilateral”. (Comunicado de la Sala de Prensa vaticana, 22 de septiembre de 2018).  

Por lo tanto, podemos ver que el Acuerdo Sino-Vaticano no es un fruto maduro: lo que ambas partes han alcanzado después de un largo recorrido de negociaciones es “evaluar la situación paso tras paso”. El antedicho Acuerdo prevé continuar las revisiones y readaptaciones en su actuación; en caso de contrastes y disensos, el Acuerdo admite eventuales modificaciones, revisiones y hasta la anulación. Alabar un acuerdo del cual no se conoce el contenido, el futuro progreso y  ni siqueira el resultado es por los tanto la actitud de “Ah Q” que el escritor Lu Xun describió en su novela, el cual ignora la verdad e intenta escapar de la realidad auto-engañándose.

2- ¿Las políticas adoptadas por las autoridades chinas en relación con el catolicismo cambiaron? 

Como bien sabemos, con la proclamación de la República en 1949, el gobierno chino adoptó duras políticas para reprimir la religión, por el Movimiento de Educación Socialista a la Revolución Cultural. Desde entonces, a través de las estrategias del Frente Unido, las autoridades han intentado fundar en China un “Catolicismo chino” que sea independiente del Papa, negando públicamente el primado del Papa. Durante el rito de la consagración del obispo y del sacerdote, se necesitaba jurar separarse del Papa y seguir a los líderes del Partido Comunista, en los libros como la Liturgia de las Horas, el Misal y la Sagrada Biblia, todas las frases y doctrinas dictadas por el Papa eran canceladas; no estaba permitido rezar por el Papa, etc. Sólo hacia fines de los años 80 la situación tuvo alguna mejora. La política de reprimir la religión con la violencia sufrió cambios, dejando que la religión desaparezca naturalmente con el madurar del socialismo. En 1982 se emitió el documento “Los puntos y las políticas focales que se refieren a la cuestión de la religión durante el período socialista” (conocido como el “Documento 19), en 1989 se publicó “el tercer documento” que trata de cómo intensificar el trabajo en mérito al catolicismo en un contexto nuevo, luego vino “El sexto documento” de 1991 que trata ulteriormente las cuestiones religiosas y los recientes “Reglamentos de los asuntos religiosos”, etc. En apariencia las políticas sobre la religión han conocido renovaciones, pero en realidad permanecieron casi sin alteraciones. Después del Acuerdo Sino- Vaticano, las autoridades locales empezaron a hacer cambios sobre los sacerdotes subterráneos y el gobierno claramente comunicó: El Acuerdo Sino- Vaticano fue firmado, pero las políticas sobre la religión no cambiaron, todo permanece como antes”. Por lo tanto, los “cambios de las políticas sobre la religión” son en realidad los cambios sobre las estrategias del Frente Unido. En lo que se refiere al Catolicismo, jamás cambió la política de base y central, la de “crear una Iglesia independiente y nombrar libremente e independiente a los obispos” y el gobierno a su vez no cambió en la idea de fundar una “Iglesia independiente”.

Sin embargo, ¿por qué motivo las autoridades chinas fracasan en cada intento de reprimir y controlar al catolicismo y qué alienta al gobierno al gobierno a cambiar y renovar continuamente las estrategias del Frente Unido? Son la fe en la verdad y la fidelidad al Papa de la Iglesia católica en China quienes han hecho que todo esto sea posible. A pesar de las vicisitudes vividas y las persecuciones, la Iglesia católica en China continúa siendo fiel a la propia conciencia. La “Iglesia independiente” separada del Papa no es por lo tanto Iglesia católica; los obispos sin el nombramiento del Papa tampoco son pastores de la Iglesia; lo que es falso no puede travestirse de verdad,aunque haya funcionado durante 60 años con el auxilio del gobierno, consiguiendo una semejanza al catolicismo, pero sin poder disfrazar su verdadero rostro.     

(Fin de la primera parte)