Resulta que el pre-embrión no es pre: es embrión

Zenit nos informaba ayer de la publicación este lunes de un manifiesto firmado por más de 200 científicos y profesores universitarios en contra del Proyecto de Ley de Investigación en Biomedicina que me temo será aprobado esta misma semana por el Congreso de los Diputados.

Lo que más me llama la atención es que los firmantes aseguran que, desde el punto de vista científico, no se puede llamar pre-embrión al embrión fecundado in vitro. Dicen que es "inadmisible desde un punto biológico identificar al embrión como una simple masa de células, ni siquiera en los días anteriores a su implantación". No sólo eso, confirman que el embrión es «un organismo individual de la especie Homo sapiens, ciertamente en estado incipiente de desarrollo, pero no por ello merecedor de un estatuto biológico distinto al del adulto".

Dada la cualificación científica de los autores del manifiesto, sería de esperar que no apareciera un famoso jesuita de cuyo nombre no quiero acordarme a acusarles de ser una panda de ignorantes, que es lo que hace ese señor cuando criticarç los obispos españoles que hablan del asunto. Sería de esperar que desde los medios de comunicación de la Iglesia se dé publicidad a ese documento. Sería de esperar que el pueblo español tuviera conocimiento del mismo. Pero me temo que el jesuita escribirá contra esos científicos, los medios de comunicación católicos no harán mucho énfasis en el tema y la inmensa mayoría de los españoles ni siquiera sabrán que esos científicos existen y se han reunido para dar su parecer profesional sobre un proyecto de ley que, para no variar, sitúa a España en el furgón de cabeza de los países con una legislación más contraria a la dignidad de la vida humana desde su concepción.

Lo más patético del caso es que, según reza el manifiesto, es necesario "evitar la creación de falsas esperanzas en el uso de células madre de origen embrionario, ya que esas células no han dado lugar hasta ahora a aplicaciones realmente terapéuticas en seres humanos". Item más, "la elevada tasa de proliferación de las células embrionarias provoca, en más del 60 % de los animales en que se implantan, la aparición de tumores". O sea, además de experimentar con seres humanos, lo más seguro es que no sirva de nada. Que da lo mismo porque aunque sirviera para algo sería injustificable el uso de embriones humanos. Pero encima no se ha demostrado que valga para algo hacerlo. Todo lo contrario ocurre con el empleo de las células madre de origen adulto, que "han dado lugar ya al tratamiento de más de 70 patologías humanas de diverso tipo y son numerosos los protocolos de experimentación clínica en marcha, con resultados prometedores en muchos casos". Y así tenemos que "son 544 los protocolos que utilizan células madre adultas, no se ha presentado ninguno con células de origen embrionario".

Creo absolutamente necesario que todas las universidades católicas donde haya una asignatura de bioética tomen muy en cuenta este manifiesto. El mismo ha de ser también útil para el magisterio de los obispos españoles. Y sin duda ha de ser un referente imprescindible para que los católicos de a pie no nos dejemos engañar por quienes, voluntaria y pertinazmente, se sitúan fuera de la doctrina católica sobre este asunto tan esencial para la sociedad en que nos ha tocado vivir.

Luis Fernando Pérez Bustamante

1 comentario

  
Carmen Bellver
Luis Fernando el tema está tratado por la Conferencia Episcopal. Resulta incomestible para quienes como yo carecen de formación científica. Pero no obstante para los curiosos se pueden leer algunos manifiestos pulsando bioética en el Google. La especialidad decidirá muchas leyes en el futuro. De ahí que las grandes inversiones privadas dedicadas al tema del estudio científico, estén presionando determinadas legislaciones que les benefician.
13/12/06 6:03 PM

Los comentarios están cerrados para esta publicación.