Padre Fortea, permítame que le dé un consejo.
Estimado padre Fortea, exorcice más y hable menos en los medios. Sobre todo en aquellos que obviamente se toman a chufla todo lo relacionado con el mundo espiritual, las posesiones y sucedáneos de las mismas. Conozco en España a un exorcista con mucha más experiencia que usted y no me lo imagino cada dos por tres en la tele, en la radio o en los periódicos. Usted corre el riesgo de convertirse, si no lo es ya, en un personaje perjudicial para la credibilidad de los exorcistas que hacen su trabajo calladamente y sin bombo. No me gustaría que llegara a ser el "Apeles" del exorcismo y además me huelo que eso llevaría a su obispo a tener que tomar medidas que restringieran su ministerio.
Y no vaya a pensar que soy un incrédulo respecto a la existencia de actividad demoniaca. Aparte de que me bastaría leer los evangelios para constatar esa realidad, en mi vida he tenido oportunidad de comprobarla con mis propios ojos y oídos. Pero créame que no es algo de lo que me guste hablar o escribir. Sé que tan malo es mirar para otro lado y negar la existencia de Satanás y sus ángeles, como andar buscándolos debajo de cada piedra.
Si le digo la verdad, creo que usted cumplió su función de recordar la existencia de las posesiones y los exorcismos, al conceder su permiso para aquel reportaje realizado para El Mundo por José Manuel Vidal, director de Religión Digital. Pero lo de bueno que aquello pudo traer, está siendo contrarrestado por el show que empiezan a hacer de usted otros medios, que han creído ver un filón en su disponibilidad excesiva a dejarse entrevistar y rodar.
Y por último, permítame que también le aconseje un cambio de imagen. Hay quien piensa que tiene usted un "look" de sabio locuelo y si eso no es plan para un sacerdote, menos lo es para un exorcista. Además, parece mayor de lo que en realidad es.
Le pido disculpas si cree que me he excedido en algo y quedo suyo siempre en Cristo y su bendita Iglesia,
Luis Fernando Pérez Bustamante
30 comentarios
Como es habitual, estoy totalmente de acuerdo con tu post de hoy, y junto con ayante, también te pido que hagas un post sobre este asunto, que no es precisamente un tema baladí.
A Dios lo que es de Dios, y al César lo que es del César. Amén.
Fortea no es exorcista, es párroco, que por designios de la praxis se vio mezclado en un tema que no le interesaba a priori.
Es escritor, artista y, por tanto, vanidoso, muy vanidoso... Pero de corazón muy sencillo (curiosa paradoja)... No ve diablos por todas partes -es más, llama la atención el que vea tan pocos- y su labor exorcística, más que práctica, es intelectual (su tesis, sus libros, su entrevistas)...
Y el que se deje entrevistar es más problema de su vanidad que de su ingenuidad... pero gracias a eso todavía hay quien oye que en la Iglesia sigue habiendo exorcistas, y por curioso que parezca, gracias a esas "apeleadas" algunos encuentran el timbre donde llamar...
El problema no es Fortea, son los curas ...
El problema no es Fortea, son los curas y obispos que no hablan del Maligno y le toca hacerlo a un cura en los lugares menos "sagrados".
Acá el principal problema es que este buen sacerdote, del que doctrinalmente no se puede dar una sola queja porque todo lo que dice es ortodoxo de la "a" a la "z", se convierta en el "fenómeno Fortea". Que no digo que él lo busque, pero tampoco parece que haga todo lo necesario para evitarlo.
Yo espero que si lee este post no se lo tome a mal. No es mi intención hacerle el más mínimo daño, sino más bien constatar lo que empieza a estar en boca de mucha gente de Iglesia, que no acaba de entender el cómo están transcurriendo las cosas en torno a su persona y su ministerio.
Y estoy de acuerdo en que los sacerdotes deberían de advertir que juguetear con determinadas cosas (ouija, p.e) puede tra...
Veo que ha continuado con sus rarezas llevándolas hasta el extremo. Una lástima.
Me pregunto qué testimonio de alegría en la resurrección del Señor encontrarán sus feligreses en José Antonio. Haría mucho más bien siendo más sencillo y asequible a niños, jóvenes, enfermos, obreros, familias… la gente que está en nuestras parroquias.
En efecto, yo un día, medio desesperado, marqué ese teléfono como la que vi mi única salida. Recorrí cientos de kilómetros hasta Zulema y allí encontré una acogedora comunidad cristiana que vivía la misa dominical con admirable fe y humildad. Luego el padre me dispensó un trato cercano y exquisito... y despejó en dos rezos y un par de bisbiseos mis temores más sombríos. Volví a casa hecho un brazo de mar: al menos sabía cuál NO era el origen de mis desasosiegos.
Con el tiempo supe por mi cuenta que hay trastornos obsesivo-compulsivos que se ceban en personas religiosas (como yo) y me puse en manos de los médicos.
Pero fue el realismo cristiano de Fortea el que me orientó hacia la buena senda. Gracias, don José Antonio.
Sólo después de insistir varias veces (yo y mi mujer) en que sólo se trataba de una ofrenda para ayudar a las necesidades de la parroquia, quiso el padre Fortea aceptar una modesta cantidad económica, que en realidad era el fruto espontáneo de nuestro agradecimiento a su franca generosidad y caridad fraterna para con unos perfectos desconocidos como para él éramos nosotros.
Así que del padre Fortea, como del cerdo, todo se aprovecha: hasta en los "numeritos mediáticos" esparce puro bien el tío.
Lo que dice que me suena raro (pero remitiéndose a otros exorcistas e incluso a textos litúrgicos antiguos (cita a Alcuino de York) y al ritual anterior al Concilio es lo siguiente:
Afirma que existen "almas perdidas" que pueden entrar en posesión de personas, que no están condenadas pero tampoco en le purgatorio convencional (allí ya están salvadas) sino que andan errantes por la tierra en espera de "ver la luz" y lograr o no su salvación. Como si el juicio para ellas se hubiera demorado. Me remito al capítulo en que explica esto. La Iglesia no ha dicho nada.
Es más, la próxima edición de la Summa Daemoniaca -que si no equivoco publicará una conocida editorial generalista- vendrá sin ese capítulo.
De todos modos luis fernando, te reitero que esas "intervenciones en los medios" han logrado despertar y "ayudar" a gentes desesperadas.
Cada intervención en una televisión ha supuesto muchas llamadas de gente en busca de ayuda.
¿Que unos se escandalizan o se burlan? Pues otros son iluminados por la esperanza que "puede explicarles sus sufrimientos": la existencia del Maligno.
Curioso cómo Dios escribe derecho con reglones torcidos. Gracias a este blog me he interesado por Fortea.
Un abrazo.
Si su ministerio es sincero, que no tengo porqué dudar, sí debería reconsiderar su postura ya que puede acabar por hacer daño a quien no debe.
Abrazos para todos
Yo he ejercido la oración de liberación y sé lo que es el peligro de la vanidad y de ser idolatrado por tus pacientes como el "chico superpoderoso". Sí, es una tentación.
Pero afirmar que el padre Fortea se deja llevar por la vanidad o no, a eso le llamo: JUZGAR.
Desde fuera nosotros podemos imaginar lo que sentiríamos si estuviéramos en el lugar del P.Fortea, pero no podemos saber con seguridad lo que el siente.
La deriva mediática del P.Fortea me parece que es una vocación especial, que no tiene porqué tener todo el mundo. Recuerdo lo que dice Jesús: "Que vuestra luz brille ante los hombres para que viendo vuestras buenas obras den gloria a vuestro Padre que está en los cielos".
En todo caso, como recuerda Ignacio de Loyola, la respuesta ante la tentación de vanidad no es esconderse y dejar de hacer el bien que Dios nos pide, sino: RECTIFICAR LA INTENCION.
Donde concuerdo contigo es que hay que ir con pies de plo...
Le puedo decir que soy laico comprometido en el ministerio de liberaciones. Y lo que el Padre Fortea trata es de que se hable mas del demonio, para que se conozca, pued debido a la ignorancia y
teologia moderna, lo que esta haciendo es conducir a nuestros hermanos hacia la perdicion.
Que Dios los bendiga a todos
Jose
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