InfoCatólica / Cor ad cor loquitur / Categoría: Anti-magisterio

14.10.09

¡Basta ya de impunidad en la Iglesia de Cristo!

Desde que empecé como coordinador, posteriormente director, de Religión en Libertad en abril del 2008, he publicado multitud de noticias buenas, regulares, malas y nefastas. Hasta ayer, la palma de las últimas se la llevaba el caso Pousa, el sacerdote de la archidiócesis de Barcelona que aseguró en El Periódico que había pagado abortos. La noticia, desgraciadamente, no se puede encontrar ya en la base de datos de ReL, porque cuando en septiembre se mudaron a un nuevo servidor tiraron a la basura todo el trabajo del año anterior. Pero doy fe de que fue lo más leído mientras estuve en ese portal. El mero hecho de que un sacerdote pague un aborto es un escándalo de dimensiones considerables y todavía somos muchos los que nos preguntamos cómo es posible que su arzobispo no tomara medidas canónicas contra él.

También ha sido una tarea poco gratificante el informar sobre las actividades de religiosos que se separan públicamente del magisterio de la Iglesia. Los Masiá, Forcades y cía nos han proporcionado momentos “inolvidables". Y en otro orden de cosas, el anuncio público de la “vida secreta” de Maciel ha sido fuente de desazón, pues cuando se ama a la Iglesia, duele mucho el ver a personalidades destacadas de la misma dar un ejemplo de podredumbre moral y de traición a Cristo y al resto de los fieles.

Pues bien, todos esos escándalos no me han causado tanto daño personal como el que sufrí ayer al leer que un instituto de bioética plagado de sacerdotes y religiosos católicos ha emitido un informe en el que se muestra conforme con la futura ley del aborto. No estamos hablando de un fraile o una monja más o menos “mediáticos". No, hablamos del provincial de los jesuitas en Cataluña, de otros jesuitas, uno de ellos presidiendo el patronato del instituto, de un escolapio, de miembros de la Orden de los Hospitalarios de San Juan de Dios. Por eso, los medios de comunicación pueden decir sin faltar a la verdad que un instituto de bioética cristiano apoya la nueva ley. El hecho de que el Instituto funcione como entidad privada y, que yo sepa, no dependa institucionalmente de la propia Iglesia Católica, no quita ni un ápice de gravedad al tema. Los jesuitas, el escolapio y los hospitalarios no dejan de serlo cuando toman decisiones sobre el funcionamiento del IBB. Y ellos son responsables al 100% de lo que allá se publica, incluido este alucinante informe titulado “Consideraciones sobre el embrión humano”. No hay prácticamente ninguna aberración contraria a la doctrina de la Iglesia sobre la vida humana desde su concepción que no aparezca en dicho estudio.

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13.10.09

Lo del obispo de Marquette es de nota

Convendrá el lector conmigo que no todos los días se produce la noticia de que un obispo ha censurado la presencia en su diócesis de otro prelado. De hecho no recuerdo que tal cosa haya ocurrido nunca en las últimas décadas. Lo más parecido podría ser la petición del cardenal de Viena al auxiliar de Salzburgo para que no acudiera a una manifestación contra el aborto en la capital austriaca, pero no le impidió intervenir en el encuentro previo a la marcha. Por tanto, creo que inaudito lo que ha hecho monseñor Alexander K. Sample, obispo de Marquette, al pedir a monseñor Gumbleton, obispo auxiliar emérito de Detroit, que no ponga sus pies en la diócesis de aquél. Pero inaudito no significa ni indecente ni condenable. Todo lo contrario. Monseñor Sample ha demostrado ser fiel al mandato recibido del Señor y de la Iglesia para pastorear adecuadamente el rebaño que le ha sido encomendado. Y si para proteger al rebaño hay que impedir que se acerque al mismo un mal pastor, aunque éste esté jubilado, se hace.

Para ser sincero, desconozco totalmente la trayectoria del auxiliar emérito de Detroit. En diversos blogs de católicos norteamericanos fieles a la Iglesia he leído que se caracteriza por defender posturas contrarias a la fe de la Iglesia en temas como la homosexualidad y la ordenación de mujeres. Vamos, es lo que se entiende como un “obispo progre". Y entre los progres, casi casi el que más. Ahora bien, incluso los obispos progres suelen tener el cuidado de no decir burradas. No parece que esa prudencia esté presente en monseñor Gumbleton. Si ya es absurdo que un sacerdote o un religioso vayan en contra de la enseñanza de la Iglesia en doctrinas pertenecientes al depósito de la fe, la situación roza el esperpento si el disidente es un obispo, aunque sea un mero auxiliar. ¿Qué sentido tiene ser obispo y no estar en comunión con la fe de la Iglesia?

Monseñor Sample ha dado además una lección al resto de la Iglesia. Ha dejado a un lado a ese sujeto opresor en que se ha convertido el lenguaje político y eclesialmente “correcto” y ha puesto las cosas en su sitio. Lo grave no es que este obispo le haya dicho a monseñor Gumbleton que no asome su episcopal careto por Marquette, sino que el auxiliar de Detroit, aun manteniéndose en posturas disidentes respecto al magisterio, pudiera seguir siendo auxiliar hasta cumplir los 76 años. Es decir, Roma ha consentido que un obispo como ese, que hoy tiene que sufrir la vergüenza de que le digan que sus posturas hacen daño al pueblo católico de una diócesis hermana, haya sido obispo en ejercicio durante la friolera de 38 años. El hecho de que no pasara de ser auxiliar indica que en la Ciudad Eterna vieron que había sido un error el hacerle obispo. Pues un error no se tapa con otro. Si al primer indicio de que monseñor Gumbleton se apartaba de la fe de la Iglesia se le hubiera advertido de que a la próxima pasaría a ser emérito y, de continuar en esa línea, se le reduciría al estado laical, hoy no tendríamos que asistir al espectáculo de un obispo censurando a otro.

Bien por el buen pastor de Marquette. Ojalá otros pastores con mayor responsabilidad que la suya sigan su ejemplo.

Luis Fernando Pérez Bustamante

12.10.09

Sorpresa en el "caso Forcades"

Sinceramente no me esperaba que Roma interviniera de forma tan directa y tan inmediata para intentar atajar el escándalo creado por una declaraciones de sor Teresa Forcades en TV3, en las que la benedictina se apartaba de forma radical del magisterio de la Iglesia en un asunto tan importante como el del aborto. Por cierto, que no fue el único punto en el que la hermana Forcades se situó fuera de la comunión doctrinal con la Iglesia. También lo hizo en el asunto de la ordenación sacerdotal de mujeres, algo que no es novedoso en ella. Pero todo parece indicar que ha sido su postura sobre el aborto lo que ha provocado la intervención del cardenal Rodé.

No sabemos el texto completo de la carta que el prefecto del dicasterio encargado de las órdenes religiosas dirigió a la superiora del monasterio benedictino de San Benet de Montserrat, en la que al parecer le pedía que se encargara de que sor Teresa se adhiera a la fe de la Iglesia y deje de manifestarse en contra de la misma de manera pública. Creo saber quién se encargó de hacer llegar a Roma el vídeo de la religiosa catalana, pero como no tengo la certeza absoluta, no puedo decirlo. Lo que sí puedo afirmar es que una vez que la Santa Sede ha tomado cartas en el asunto, el “caso Forcades” entra en una nueva dimensión que sólo puede acabar de dos maneras: o la religiosa se retracta públicamente de sus opiniones y se compromete a no volver a difundirlas de forma pública o acabará siendo sancionada e incluso apartada de la vida religiosa.

Dudo muchísimo de que la respuesta que Teresa Forcades ha dado al cardenal Rodé sirva para contentar a Roma. Decir que la función magisterial de la Iglesia “tiene que ser respetada por todos los bautizados católicos y de manera particular por todos los teólogos católicos, pero este respeto no excluye la manifestación pública de hipótesis razonables que puedan hacer avanzar el magisterio eclesial", para a continuación volver a reafirmarse en sus posturas sobre el aborto contrarias radicalmente a dicho magisterio, es pretender tomar el pelo al cardenal que le ha pedido que se deje de zarandajas y se retracte. Y ya hemos visto lo ocurrido con otros religiosos que han pretendido jugar al tira y afloja con Roma. Al final ceden y obedecen en todo o acaban fuera de la vida consagrada.

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10.09.09

Las monjas del preservativo, el aborto y el sacerdocio femenino

La Primera de Televisión Española emitió días atrás un reportaje titulado “Mujeres de Dios” en el que se puede ver a una serie de monjas defendiendo, entre ataques a la jerarquía de la Iglesia, una serie de típicos-tópicos del progresismo eclesial. Las “hermanas” se muestran favorables al uso del preservativo, a una nueva “visión” sobre el aborto que parta del derecho a decidir de la madre y, cómo no, al sacerdocio femenino.

El vídeo, lo puedo adelantar ya, va a ser visionado en Roma, lo cual tiene su interés ya que una de las monjas dice en el reportaje que ellas sólo tienen como autoridad superior a la Santa Sede. Pues muy bien hermana, de eso se trata. De que la Santa Sede vea lo que ustedes dicen ante las cámaras de un programa de la televisión pública española. No podrán alegar que ha sido cámara oculta o que se les ha engañado para sacar declaraciones “escandalosas”. No, ustedes son como son, piensan como piensan y lo que toca ver es si la Iglesia acepta que sigan siendo monjas católicas. No es que yo piense que vayan a tomar serias medidas contra ustedes. A estas alturas me sorprendería una reacción contundente por parte de Roma, pero ¡quién sabe? Lo mismo han vertido la gota que faltaba al vaso de una futura visita apostólica a las religiosas españolas que siga el modelo de la que está teniendo lugar en EE.UU.

En relación a los argumentos esgrimidos por estas “hermanas del disenso", la cosa va desde la simpleza más burda a la elaboración anti-magisterial más aguda. Choca, ciertamente, ver a una monja decir que los obispos, al ser célibes, no están capacitados para hablar de asuntos como la anticoncepción. Hombre, no me imagino yo que el progresismo de estas monjas les lleve a ser unas expertas en las relaciones sexuales entre hombres y mujeres. Eso ya sería demasiado y lejos de mí suponer semejante “cualidad” en ellas. Pero es que ese argumento es tan absurdo como decir que un cura no puede aconsejar a unos padres sobre la forma de tratar a sus hijos porque, al fin y al cabo, él no los tiene.

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7.09.09

Una patochada con 700 concelebrantes

Como muchos de ustedes sabrán, y si no lo saben no se han perdido nada pero yo se lo digo, los jovenzuelos de la asociación de teólogos Juan XXIII, se han reunido este fin de semana en Madrid. Para los lectores no españoles que desconozcan qué es esa asociación, les diré que es algo así como el asilo al que van a parar todos los heterodoxos habidos y por haber en España y parte del extranjero. Como quiera que la heterodoxia con pretensiones de catolicidad no tiene capacidad de producir vida, cada año acuden menos personas a este tipo de encuentros. De los presuntos mil asistentes de años pasados hemos pasado a los presuntos setecientos del actual. Y dentro de una década, si reúnen trescientos se podrán dar con un canto en los dientes.

Pero dejemos a un lado las consideraciones geriátricas y vayamos a lo que me ha motivado a escribir este post. En Religión Digital podemos leer la siguiente descripción de José Manuel Vidal de lo que, según él, fue una celebración eucarística:

“Jesús, poco antes de morir, tiempo de crisis para él y los suyos, hizo lo que tantas veces había hecho en su vida: repartir el pan. Tomad y comed, dijo, esto es mi cuerpo”. Son las palabras de la consagración. Recitadas por un coro de cientos de voces. Todas al unísono. Con profunda unción y conscientes de estar consagrando. No es una misa hereje ni masónica. Es la eucaristía que este mediodía concelebraron los 700 asistentes al XXIX Congreso de Teología, que se clausuró hoy en Madrid.

La eucaristía de clausura, organizada por el Movimiento pro celibato opcional (MOCEOP) fue un auténtico acontecimiento salvífico. Toda ella giró en torno a un “diccionario del corazón”. Porque, “como la crisis quienes más la sufren son los pobres, tener corazón, tener entrañas de misericordia, removerse el corazón…son expresiones que nos evocan la solidaridad y la bondad y misericordia de Dios”.

Una eucaristía distinta, pero “con la misma liturgia”. Eso sí, “con un lenguaje más laico, más cercano, más simbólico y más vivo”, como explica Andrés Muñoz, uno de los líderes del Moceop.

Bien, en una cosa tiene razón Vidal. Si aquello se desarrolló como él relata, no estamos ante una misa hereje ni masónica. A mi entender, sencillamente no hubo misa. Fue una pantomima en la que la fórmula usada a la hora de consagrar no es válida. Pero es que además, nótese lo siguiente:

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