InfoCatólica / Cor ad cor loquitur / Categoría: Anti-magisterio

18.06.10

Arregui el hereje y sus palmeros mediáticos

Érase una vez una iglesia local, la de San Sebastián, cuya trayectoria apuntaba a la necesidad de que se la proveyera de un pastor con unas características muy concretas. En Roma se dieron cuenta de que dicho pastor no era otro que don José Ignacio Munilla, que tras ser sacerdote en dicha diócesis había sido ordenado como obispo el frente de la Iglesia en Palencia. Monseñor Munilla representa el modelo de obispo que el Vaticano quiere para la Iglesia en España. Justo el mismo que odian los que desean que se profundice en la secularización interna denunciada por los obispos españoles en el 2006.

Además, Monseñor Munilla es vasco de origen, de corazón y hasta de lengua, pues habla el euskera perfectamente. Políticamente no es ni nacionalista ni no-nacionalista. Ya como párroco en Zumárraga supo ser sacerdote para todos, independientemente de su adscripción política. Eso sienta mal a ese sector de la Iglesia en el País Vasco que antepone antes la identidad sociopolítica a la espiritual.

Por eso, cuando el Papa le nombró como nuevo obispo de San Sebastián, empezó una campaña brutal contra él. Aunque la misma se desarrolló en varios medios de comunicación, fue en uno de ellos, Religión Digital, el que llevó la voz cantante. Su director, José Manuel Vidal, llegó a pedirle que renunciara antes de tomar posesión. Hubo de todo, cartas de sacerdotes guipuzcoanos incluida. Ya entonces el franciscano José Arregui protagonizó uno de los sucesos más patéticos y repugnantes de dicha campaña, haciendo alusión a una carpeta del ordenador, supuestamente titulada “Mafia", que Monseñor Munilla se había dejado en la parroquia de Zumárraga. En la misma habría archivos con notas sobre otros sacerdotes de la misma diócesis. Precisamente el párroco que tomó el relevo de don José Ignacio aseguró que el franciscano había calumniado al obispo. Y, conviente tener muy en cuenta este dato, fue Monseñor Uriarte, no Munilla, quien ordenó callar al franciscano.

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14.06.10

La infidelidad de Berríos es la infidelidad de la Compañía de Jesús

Llevo ya unos cuantos años escribiendo centenares de artículos en defensa del Magisterio de la Iglesia e implorando a la misma que ponga orden en sus filas, de manera que aquellos que desde dentro atacan pertinazmente a sus enseñanzas, llegando al extremo de ridiculizarlas en público, sean apartados de cualquier tipo de ministerio sacerdotal o de enseñanza. Pues bien, en todos estos años nunca antes me había encontrado con una confesión de impotencia tan radical como la que acaba de hacer Monseñor Bacarreza, obispo de Santa María de los Ángeles, al respecto del sacerdote jesuita Felipe Berríos. Dice el obispo chileno: “Los Obispos no hemos tenido poder para conseguir que sus superiores lo moderen".

En esa frase se resumen dos de los males -hay más- que amenazan el presente y el futuro inmediato de la Iglesia. Por una parte, denota que existe una orden religiosa, la Compañía de Jesús, que se queda de brazos cruzados ante el espectáculo denigrante que, un día sí y otro también, ofrece ante todo el mundo uno de sus miembros. Por otra, demuestra que los obispos están inermes debido a la autonomía de esa orden religiosa, que en teoría sólo está sujeta a Roma. Lo de “teoría” no lo digo porque dude que alguien aparte de Roma pueda “sujetar” a dicha orden, sino porque dudo mucho que la Compañía de Jesús, con su Prepósito General a la cabeza, quiera sujetarse de verdad a ninguna autoridad eclesial, incluida la del Santo Padre. Son tantos los ejemplos en los que tal hecho no ocurre, que me parece perfectamente legítimo opinar que la orden fundada por San Ignacio de Loyola es, a día de hoy, un claro ejemplo de iglesia paralela que ha optado por permitir que en su seno existan herejes y cismáticos disfrutando del amparo de unos superiores, cómplices de sus herejías y sus actitudes cismáticas.

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11.06.10

El Papa y la vara para combatir la inmoralidad y la herejía

Sin duda la homilía que Benedicto XVI ha predicado hoy, ante miles de sacerdotes, en la Misa de clausura del Año Sacerdotal, ha sido uno de los momentos cumbres de este pontificado. Cuando hace un año y pico un profesional de la información me dijo que este evento -el Año Sacerdotal- no tendría demasiada importancia y no merecía prestarle atención, pensé en seguida que dicha persona andaba más bien desorientada. El tiempo me ha dado la razón.

Este ha sido un año decisivo para el sacerdocio en todo el mundo. Y no es casual, como bien se ha encargado el Papa de recordar hoy, que haya sido precisamente en estos meses cuando más se han dado a conocer los pecados de aquellos que demostraron ser indignos del sacerdocio y del episcopado. El Acusador de los hermanos ha pretendido echar la basura del pecado de unos cuantos sacerdotes sobre la totalidad de ellos. Pero a su vez, lo ocurrido nos ha dado la oportunidad de poner solución a un mal al que, conviene reconocerlo, no se enfrentó adecuadamente.

Benedicto XVI ha vuelto a pedir perdón a las víctimas y ha asegurado que la Iglesia pondrá más atención en el discernimiento de las vocaciones al sacerdocio. No es imposible que en el futuro surjan nuevos curas indignos, pero será más difícil. Y todavía será más raro que haya obispos que quieran tapar sus pecados con traslados y encubrimientos necios. El Señor sabrá perdonar a aquella que en cada Misa reza “no tengas en cuentas nuestros pecados sino la fe de tu Iglesia“. Veremos si el mundo, tan rápido en acusar a la Iglesia de males que en él son el pan nuestro de cada día, es capaz de plantar cara de forma tan eficaz al mal. Va a ser que no. Ni quiere ni puede.

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9.06.10

¿Existe algo parecido a la Iglesia Católica en la Córdoba argentina?

La archidiócesis argentina de Córdoba ha sido noticia en los últimos días. Su pastor, el arzobispo Carlos José Ñañez, ha visto como varios de sus sacerdotes se han manifestado a favor del matrimonio entre homosexuales. El cabecilla de esos sacerdotes es el padre Nicolás Alessio, quien no sólo no ha hecho ni repajolero caso a su pastor cuando éste le ha pedido que se retracte, sino que además le planta cara públicamente, con grave escándalo para los fieles y con no poco jolgorio por parte de los enemigos de la Iglesia.

Dije el otro día, y vuelvo a decir, que si a la Iglesia en Argentina, y más concretamente en Córdoba, le quedara un mínimo de dignidad, el protagonista de este vídeo no podría seguir ejerciendo el sacerdocio ni un minuto más:

Pero si ustedes piensan que ahí queda la cosa, se equivocan gravemente. En Córdoba no sólo existe un grupo de sacerdotes que se pitorrean de las enseñanzas de la Iglesia y las contradicen públicamente. También existe una Universidad Católica, en manos de la Compañía de Jesús, cuyo Vicerrector da charlas en las que usa unos argumentos que para sí los quisieran algunas de las mentes pensantes del lobby gay. Efectivamente, el P. Carlos Schickendantz, sj, participó el pasado 3 de junio en el panel sobre “Sexo, género y matrimonio” organizado por el Insituto Jacques Maritain de Córdoba. Pueden ver el vídeo completo de su conferencia haciendo click aquí. El resumen de su intervención es fácil. Viene a decir casi lo mismo que el padre Alessio pero en plan profesor universitario. Eso sí, he de reconocer que ha conseguido sorprenderme cuando ha llegado a defender la pareja homosexual estable desde la doctrina católica del mal menor. Hasta hoy no había escuchado semejante argumento. Se ve que la originalidad todavía forma parte de los adalides del error.

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6.06.10

¿A qué espera Monseñor Ñañez para suspender al padre Nicolás Alessio?

Argentina está asistiendo a un espectáculo ciertamente lamentable. Los Kirchner y cía andan empeñados en seguir los pasos zapateriles en el camino de la ingeniería social y puede que logren que el matrimonio entre homosexuales sea una realidad en el país sudamericano. Como era de esperar, la jerarquía católica se ha manifestado en contra de forma bastante clara. Incluso los cristianos evangélicos, dando una lección a más de uno, convocaron una manifestación en contra del “gaymonio” que fue todo un éxito.

Pues hete aquí que un grupo de sacerdotes y religiosos católicos han apoyado públicamente, mediante la firma de un escrito, el dichoso matrimonio homosexual. Ante lo cual, el arzobispo de Córdoba ha llamado a capítulo al cabezilla de esos curas rebeldes, Nicolás Alessio, para pedirle que se retracten públicamente.

El resultado de la petición del arzobispo ha sido “fulminante". Al poco de reunirse con él, el padre Alessio participó en un programa televisivo en el que se debatió sobre la cuestión. Enfrente tenía a un político evangélico. ¿Quiénes creen ustedes que se mostró contrario al matrimonio homosexual? El político evangélico. ¿Quién lo defendió? El cura católico, a pesar de lo que había pedido Monseñor Carlos Ñañez.

Si a la Iglesia en Argentina le queda un mínimo de dignidad, que espero y confío en que así sea, ese sacerdote estaría mañana mismo suspendido. Si no la tiene, Nicolás Alessio seguirá siendo sacerdote y se podrá presentar como tal ante los medios de comunicación.

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