InfoCatólica / Cor ad cor loquitur / Categoría: Benedicto XVI

15.10.10

Solicito la intervención de Roma ante las declaraciones del Abad de Montserrat

El Abad de Montserrat, el P. Josep María Soler, dio ayer una charla-conferencia ante los presentes en el desayuno convocado por el Fórum Europa Tribuna Catalunya. Aunque habría muchas cosas que comentar de la totalidad de sus palabras, el escándalo llegó en el turno de preguntas. Preguntado por la ley del aborto, el abad respondió que como creyente está a favor de la vida, desde el inicio hasta el final de la existencia de la persona. También dijo que la nueva ley convierte al aborto en un derecho, algo con lo que él no está de acuerdo. Hasta ahí, todo bien. Pero justo tras decir eso, el abad afirmó que otra cosa es que un estado democrático, si se da la situación de que se producen abortos, no haya de regular de alguna manera el tema del aborto. No contento con eso, aseguró que la nueva ley puede reducir el número de abortos en algunos casos e incrementarlos en otros. Finalizó sus palabras volviendo a apelar a su condición de creyente para resaltar que lo ideal sería que no hubiera ley del aborto ni abortos.

Como fieles católicos que acatamos la totalidad del magisterio, yo creo que tenemos el derecho e incluso el deber de solicitar a nuestros pastores que hagan todo lo que está en su mano para impedir que sacerdotes y religiosos que ocupan cargos de gran relevancia no solo eclesial sino también social, hagan manifestaciones que chocan de frente con la enseñanza de la Iglesia. No sé si en España hay algún obispo que tenga autoridad directa sobre el abad de Montserrat. Sinceramente no sé si en la orden benedictina existe algún superior que pueda poner coto al escándalo provocado por las declaraciones de don Josep María. Lo que sí sé es que el Papa o más concretamente la Congregación romana de los Religiosos sí tienen dicha autoridad. Y el Papa va a visitar Barcelona en breves días. Montserrat es para la Iglesia en Cataluña algo muy importante. Por tanto, no creo que sea casual que el abad diga eso justo antes de que llegue el Vicario de Cristo a su tierra. Es evidente que está queriendo transmitir la idea de que el discurso de un sector muy importante de la Iglesia en Cataluña es “otro” en una cuestión tan fundamental como el aborto.

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5.10.10

Supongo que el Cardenal Sistach no lo permitirá

La noticia la da hoy El Periódico: “Católicos de base recibirán al Papa con un rezo para que pierda poder”. Según Jordi Casabella, Església Plural prepara un acto de reflexión y plegaria que reivindicará un cambio del modelo de gobierno de la Iglesia católica que reste poder a la curia y al propio pontífice. La entidad ha invitado al resto de los movimientos católicos progresistas a unirse a su propuesta.

Además, se asegura que estos “católicos no-católicos” pretenden reunirse en una iglesia a la misma hora en que una multitud aclamará al Papa en la avenida de la Catedral, tras su aterrizaje en el aeropuerto de El Prat procedente de Santiago de Compostela, sobre las nueve de la noche del sábado 6. Església Plural confía en que al menos una decena de asociaciones de cristianos progresistas secunden la propuesta, que consistirá, inicialmente, en la redacción de un documento que recoja las reclamaciones que se darán a conocer coincidiendo con la visita del Santo Padre a la ciudad.

Bien, vamos a ver si quedan claras un par de cosas. La primera, que los ciudadanos miembros de esas organizaciones tiene perfecto derecho a reunirse, manifestarse, publicar comunicados y bailar sardanas hasta altas horas de la madrugada. Pueden criticar al Papa, a los obispos, a la Iglesia y al Altísimo. Pueden decir, como se asegura en la noticia, que el papado “no es un hecho inamovible e incuestionable". Pueden eso y mucho más. Ahora bien, lo que no pueden pretender es pensar como piensan y decir lo que dicen y a la vez ser católicos. Y de ninguna de las maneras pueden usar un templo católico para reunirse, manifestarse y publicar comunicados contrarios al Vicario de Cristo y la Iglesia.

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4.10.10

¿Un verdadero católico iría de la mano con los enemigos de la Iglesia?

Por si algunos no lo tenían claro, los católicos progres -léase también “críticos” y “heterodoxos"- con el Papa y la Iglesia tienen con quien ir de la mano. Efectivamente, esos católicos, que no son católicos por mucho que pretendan serlo, no están en comunión con la Iglesia sino con todo tipo de sindicalistas, laicos, ateos, librepensadores, colectivos de homosexuales y feministas.

Esos colectivos han decidido convocar una manifestación en contra de la visita del Santo Padre a España. Quieren reivindicar “el estado laico” y protestar por las, según ellos, “muchas prebendas que todavía disfruta la Iglesia Católica” en este país. Concretamente, el líder del Movimiento Laico y Progresista considera “intolerable” que “el dinero de todos los españoles se invierta en pagar la visita del Santo Padre", y estima que “cada hora que el papa pase en España costará 800.000 euros".

En un país libre como el nuestro, cada cual puede manifestarse por lo que le venga en gana. Yo no sé lo que puede costar al contribuyente español la visita del Papa, como tampoco sé lo que le costó en su día la visita del Dalai Lama o lo que le puede costar la visita de cualquier otro líder mundial político o religioso.

Lo que sí sé es que al Estado le cuesta dinero organizar la seguridad de los partidos de fútbol y otros eventos deportivos así como de los conciertos de estrellas del pop y del rock. También sé que el Estado reparte subvenciones al mundo de la cultura y del arte, que en muchas ocasiones desarrolla un tipo de actividad paralela y/o contraria al de las confesiones religiosas a la hora de transmitir determinado tipo de valores. Es decir, si el Estado se gasta algo de dinero para favorecer el ocio de los ciudadanos, ¿cuál es el problema en que vele por la seguridad del Papa y los católicos que quieren verle en vivo y en directo?

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27.09.10

La eternidad es muy larga como para pasarla en el infierno

Sí, he dicho infierno. Palabra que parece proscrita del lenguaje cristiano en las últimas décadas. Quizás porque antes estuvo demasiado presente en predicaciones donde se aludía más a la atrición que a la gracia santificadora y a la buena nueva de la salvación en Cristo.

Creo sinceramente que es necesario hablar tanto de las bondades que nos ofrece Dios, de la eternidad a su lado que espera a quienes lo dejan todo en brazos de Cristo, como del espantoso destino que espera a los que no creen en Él o, creyendo, viven como si no les importara lo más mínimo cumplir su voluntad. Y la misma se resume en dos mandamientos: amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo.

Benedicto XVI dijo ayer las cosas bien claras aprovechando la parábola del joven rico y el pobre Lázaro. Dijo el Papa que “mientras estemos en este mundo, debemos escuchar al Señor que habla mediante las Sagradas Escrituras y vivir según su voluntad, de otra manera, tras la muerte será demasiado tarde para arrepentirse“.

Ya dijo el autor de la epístola a los Hebreos que “a los hombres les está establecido morir una vez, y después de esto el juicio” (Heb 9,27) y ya dijo Cristo que “llega la hora en que cuantos están en los sepulcros oirán su voz y saldrán: los que han obrado el bien, para la resurrección de la vida, y los que han obrado el mal, para la resurrección del juicio” (Jn 5,28-29).

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22.09.10

Análisis del viaje del Papa al Reino Unido

Aunque sea un poco tarde, no puedo dejar pasar el análisis del reciente viaje del Papa Benedicto XVI a Gran Bretaña. No creo que baste con decir que ha sido un éxito, cosa bastante evidente incluso a los ojos de los enemigos del papado y del catolicismo. Hay un factor que va más allá del éxito temporal de un viaje papal y que consiste en saber qué frutos deja de cara al futuro. Aún es pronto para averiguarlo, pero de momento lo que sí se aprecia es que los medios de comunicación británicos, especialmente anticatólicos por razones que no hace falta explicar, se han rendido a la bondad del “anciano” alemán que ocupa la Cátedra de San Pedro. Que no es poco.

Sus discursos y homilías han seguido la línea de lo que es más característico del actual pontificado. Van en una doble línea. A saber, un mensaje hacia el exterior de la Iglesia en la que se advierte al mundo de la necesidad de que el ámbito de lo religioso no sea dejado a un lado de cara al devenir de la sociedad. En Occidente el cristianismo en general y el catolicismo en particular empieza a ser una especie de elemento exógeno, que molesta a la hora de configurar los valores de la sociedad. Como quiera que lo que se ofrece a cambio es una ética y una moral sin otra base que un consenso de mínimos marcado por una izquierda anticlerical y una derecha sin principios, y que además puede variar según las modas del momento, es evidente que estamos ante un monstruo con pies de barro que, como ocurrió en el siglo pasado, puede volver a ser barrido y aniquilado en cuanto surjan nuevas formas de totalitarismos ajenas al ethos cristiano en el que nuestros antepasados nacieron, vivieron y murieron.

Por otra parte, el Papa habla a la Iglesia para pedir a los fieles un compromiso real con su fe de forma que el mundo note que son católicos y no elementos decorativos más del sistema. También ha hablado el Santo Padre para reconocer los errores del pasado más reciente y para recordar que sólo la santidad nos puede librar de un destino que hoy aparenta ser cuanto menos incierto y peligroso.

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