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14.03.07

Texto oficial del Vaticano sobre las obras del P. Jon Sobrino, SJ

CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE

NOTIFICACIÓN sobre las obras del P. Jon SOBRINO S.J:
Jesucristo liberador. Lectura histórico-teológica de Jesús de Nazaret (Madrid, 1991)
y
La fe en Jesucristo. Ensayo desde las víctimas (San Salvador, 1999).

Introducción

1. Después de un primer examen de los volúmenes, Jesucristo liberador. Lectura histórico-teológica de Jesús de Nazaret (Jesucristo) y La fe en Jesucristo. Ensayo desde las víctimas (La fe), del R.P. Jon Sobrino S.J., la Congregación para la Doctrina de la Fe, a causa de las imprecisiones y errores en ellos encontrados, en el mes de octubre de 2001, tomó la decisión de emprender un estudio ulterior y más profundo de dichas obras. Dada la amplia divulgación de estos escritos y el uso de los mismos en Seminarios y otros centros de estudio, sobre todo en América Latina, se decidió seguir para este estudio el "procedimiento urgente" regulado en los artículos 23-27 de la Agendi Ratio in Doctrinarum Examine.

Como resultado de tal examen, en el mes de julio de 2004 se envió al Autor, a través del R.P. Peter Hans Kolvenbach S.J., Prepósito General de la Compañía de Jesús, un elenco de proposiciones erróneas o peligrosas encontradas en los libros citados.

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Acerca del revuelto ante la carta de Monseñor Sanz Montes

A los políticos en general, y a los de izquierda en particular más acusadamente, no le gusta nada que los obispos osen analizar la situación que ellos crean con sus actuaciones. Para que quede claro que no es solo un problema de la izquierda, recordaré la patética actuación del gobierno de Aznar cuando los obispos se negaron a firmar el pacto antiterrorista. Hasta el embajador de España ante el Vaticano pidió explicaciones en Roma. Ahora que hemos visto en qué ha quedado ese pacto y cómo se ha usado para la confrontación política, sólo podemos alabar la decisión episcopal de no firmarlo, pues de haberlo hecho, habrían estado como firmantes del mismo en medio del huracán.

Ahora bien, una cosa es que los obispos no se conviertan en agentes activos de la política española y otra muy distinta que no tengan el derecho, y muy posiblemente también el deber, de hacer oir su voz ante las circunstancias actuales. A nadie se le escapa que España está hoy pasando por la crisis política más importante de la reciente etapa democrática. A ningún católico fiel al magisterio, ¿acaso se puede ser católico de otra manera?, se le escapa que en estos tres años se ha legislado contra la ley natural, se ha reabierto la polémica absurda sobre la II República, la Guerra Civil y todo aquello que se enterró durante la Transición siguiendo el modelo evangélico de "dejar que los muertos entierren a sus muertos" y "no mirando a lo que queda atrás, prosigo hasta la meta…". A millones de españoles no se nos escapa que el gobierno quiere meter sus narices en algo tan sagrado como es el tipo de educación en valores que queremos para nuestros hijos. Y somos millones los que también estamos indignados ante el cambio de política terrorista que nos ha llevado a una situación en la que Eta ha resucitado política y socialmente después de haber estar contra las cuerdas.

Ante semejante panorama, ¿puede un pastor de la Iglesia mirar para otro lado? ¿puede situarse en una equidistancia entre los que según su criterio llevan al país al desastre y el resto? Por supuesto que no. No caben medianías, no caben componendas, no caben tibiezas ante la que nos está cayendo. Por tanto mientras, como guante a la mano, los obispos se amolden a la doctrina de la Iglesia sobre los asuntos sociales y políticos, tienen la responsabilidad de orientar a sus fieles en todas estas cuestiones. Lo podrán hacer mejor o peor, con más o menos tacto, con mayor o menor contundencia, dependiendo de la personalidad y forma de expresarse de cada uno de ellos. Pero han de hacerlo. Y mi obispo, Monseñor Jesús Sanz Montes lo ha hecho en su carta del pasado domingo.

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13.03.07

En un lugar de Extremadura, de cuyo nombre no quiero acordarme

En un lugar de Extremadura, de cuyo nombre no quiero acordarme, nació un personaje peculiar que, cámara fotográfica en mano, hizo de la provocación, el mal gusto y la zafiedad su modo de ganarse la vida. Dado que vivió en una era donde la estupidez humana había alcanzado tal grado de ignominia que a la basura llamaban arte, nuestro "caballero de la cámara obscena" logró que el material nacido de sus excrecencias mentales fuera expuesto en museos y objeto de estudio en universidades. Por ejemplo, el servicio de Publicaciones de la Universidad de Extremadura (Uex) editó un trabajo de investigación, realizado por una licenciada en Historia del Arte, que versaba sobre los contenidos y la estética de la fotografía del pornofotógrafo. Dicho trabajo, que era la memoria de licenciatura de su autora, había sido dirigido por la catedrática de Historia del Arte de la Uex. La autora, chica cabal donde las haya, decía de la obra del envilecido que "…. sus contenidos fuertes, provocadores e impactantes hacen que muchas personas no vean lo que hay detrás de sus fotografías. Por ello se pretende que quien lea esta obra entienda todo lo que esconde la imagen. Su trabajo no tiene nada gratuito, todo tiene su sentido".

Pero, lógicamente, muchos contemporáneos no tenían tal amplitud de miras. Y así, se produjo una reacción popular cuando esa Universidad y la consejería de Cultura de la Junta de Extremadura publicaron sendos libros del fotógrafo indigno, en los cuales aparecían fotografías pornográficas que pretendían representar a Jesucristo, su Madre María y el arcángel San Gabriel. Para más inri, el candidato socialista a una de las capitales extremeñas había prologado el libro blasfemo.

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12.03.07

Un sacerdote comprometido con la defensa de la vida.

En noviembre del año 2004, un niño de Avilés, hijo de una deficiente mental, fue condenado a muerte. Le mataron con todos los vistos buenos de una ley que permite el sacrificio de inocentes, la muerte de los que gritan sin ser oídos, la eliminación de los no nacidos. Pelayo, como le bautizamos aquellos que dimos la batalla para salvar su vida, contaba ya con siete meses de vida en el seno de su madre. Pero dio igual. A pesar de que la práctica totalidad de los partos prematuros sietemesinos acaban felizmente, Pelayo no tuvo esa suerte.

De Avilés era párroco nuestro llorado y recordado Julio Asterio, fallecido el 11 de julio del año pasado a causa de un cáncer que se nos le llevó en pocos meses. Y de Julio, blogger en RD, fue la iniciativa de celebrar cada año en su parroquia una eucaristía por los niños no nacidos. Espero que su sucesor haya seguido sus pasos.

Y es que, queridos lectores, desde la Iglesia se puede hacer mucho por los que corren el peligro de no nacer por la acción de manos asesinas. Además de la denuncia, además del compromiso para ayudar a aquellas mujeres que no quieren abortar, pero no encuentran a quién les apoye para llevar a feliz término su embarazo, la Iglesia puede y debe sobre todo elevar sus preces al Señor por todos esos inocentes. Y si de verdad creemos, como afirma la Escritura, que la oración del justo puede mucho, mucho será lo que por medio de nuestras oraciones podremos hacer.

Es por ello que cabe felicitarse por lo que está haciendo mi compañero de blog, el padre Guillermo Juan Morado, vicario parroquial de San Pablo, Vigo.

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10.03.07

Una nación digna se echa a la calle

No sé qué imágenes darán los telediarios de las televisiones nacionales, pero por lo que estoy viendo en Radio Intereconomía TV, la manifestación de Madrid de esta tarde está siendo la mayor celebrada en la historia de España. Lo que hay en las calles de Madrid es esa España que está orgullosa de ser lo que es, que reivindica su dignidad frente a un sujeto cobarde, traidor y mentiroso que llegó al poder, no lo olvidemos, tras el mayor atentado de la historia de este país.

Dudo mucho que los que están en la calle hoy sean sólo simpatizantes del PP. No, si uno es español de verdad, da igual de qué tendencia política sea. Ante la bajada de pantalones de Zapatero ante la banda asesina, los colores políticos han de dejarse a un lado. A menos que uno sea socialista o comunista antes que español, no puede consentir que este país sea gobernado por el presidente más nefasto de la historia de la democracia en España.

Una de las cosas que más llama la atención es la multitud de banderas españolas que ondean al viento portadas por los manifestantes. Todas ellas con el escudo oficial o sin escudo alguno. No es pues la extrema derecha la que está en la calle. Es simple y llanamente la España que no quiere doblar la rodilla ante Eta, la España que no quiere dejar de ser lo que es, la España que no está dispuesta a que en su nombre se cometan más indignidades.

Sólo queda esperar que a ese país que hoy sale a la calle, se le permita expresarse a través de las urnas. Para ello no bastan unas elecciones municipales y autonómicas. No, si el señor Zapatero quiere seguir humillándose ante Eta, ha de pasar por las urnas en unas elecciones generales para ver el apoyo que tiene. España no se merece un gobierno cobarde. España no se merece un gobierno traidor. España no se merece un gobierno indigno. España no se merece un gobierno frentista, resucitador de guerracivilismos y legislador de leyes contrarias al sentido común y la ley natural.

Despierta España, y recupera tu libertad, tu dignidad, tu grandeza, tus raíces. Sé fiel a ti misma y a tu Dios.

Acabo repitiendo lo que acaba de decir Rajoy en un discurso que va a ser histórico:

Viva la libertad

¡¡¡ Viva España !!!

Luis Fernando Pérez Bustamante