InfoCatólica / Cor ad cor loquitur / Archivos para: Enero 2016

28.01.16

Carros de fuego y nube de testigos

- No me puedo creer lo que me estás diciendo.

- No se trata de que me creas, sino de que lo veas. Mira…

- Oh… Dios mío…

Sí, se repetía de nuevo aquello que nos relata el segundo libro de Reyes

Cuando el criado del hombre de Dios se levantó de mañana y salió fuera, viendo el destacamento que rodeaba la ciudad con carros y caballos, preguntó: «¡Ay, mi señor!, ¿cómo vamos a hacer?».
Y Eliseo respondió: «No temas. Son más los que están con nosotros que con ellos».
Luego se puso a orar diciendo: «Abre, Señor, sus ojos para que vea». Entonces el Señor abrió los ojos del criado, quien vio la montaña cubierta de caballos y carros de fuego en torno a Eliseo.
2 Rey 6,15-17

Pero en esta ocasión, el combate no era por ningún territorio. El combate era por las almas. Satanás estaba presto a soltar su mayor ataque contra la Iglesia de Cristo. Durante décadas había colocado estratégicamente a sus peones ante la pasividad de quienes debían haber velado por la salud del pueblo escogido de Dios. Y, como le ocurrió en el Calvario, cuando pensó que derrotaría a Cristo en la Cruz, creía llegada la hora de asestar la estocada final a lo más preciado para el propio Cristo.

El enemigo había aprendido que era mejor infiltrarse que ir de frente. Había aprendido que era mejor usar el lenguaje de la verdad, distorsionándolo, que presentar la mentira flagrante. ¿Para qué pedir a los fieles incautos que se rebelen contra Dios si es mucho más efectivo engañarles acerca de la naturaleza de Dios?

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26.01.16

Cuando Dios usó a un pastor luterano sueco para abrirme los ojos

No me acuerdo de su nombre ni he vuelto a saber de él, pero la primera persona que el Señor usó para abrirme los ojos, siendo todavía protestante, a la presencia real de Cristo en la Eucaristía fue un pastor luterano de Suecia, con quien entablé cierta amistad a finales del siglo pasado. Dado que él no hablaba español y mi dominio del sueco era más bien escaso, nos escribíamos en inglés. De hecho, mis primeros años en internet sirvieron para que mejorara grandemente mis conocimientos sobre el idioma de Shakespeare, dado que la mayor parte del material cristiano que merecía la pena presente en la red estaba en ese idioma.

El pastor no necesitó hacer ninguna treta como hizo Lutero con Zwinglio cuando debatieron precisamente sobre la Eucaristía en la Disputa de Marburgo. Le bastó usar la Biblia, especialmente el capítulo 6 del evangelio de Juan. Obviamente la tesis luterana sobre la presencia real no alcanza la verdad completa presente en la fe católica. Cosubstanciación  no es lo mismo que Transubstanciación, pero dentro del protestantismo es lo que más se le acerca. Desde aquellas charlas que mantuve con él, me abstuve casi por completo de debatir con católicos sobre la cuestión de la presencia real, aunque yo seguía negando el carácter sacrificial de la Eucaristía. De hecho, cuando un par de años después el Señor me trajo de vuelta a la Iglesia, ese tema, a diferencia de las doctrinas sobre María y el uso de las imágenes, no supuso el menor problema para mí.

Sin embargo, lo que más recuerdo de mis coloquios con el pastor luterano era su oposición radical a la deriva que el luteranismo oficialista había tomado no solo en su país sino en el resto de países europeos donde su fe era la religión oficial de estado. Él detestaba la teología liberal y me aseguraba que había llevado la apostasía a su patria y a gran parte del luteranismo en todo el mundo. Por supuesto, yo estaba plenamente de acuerdo. Su oposición le llevó a abandonar la iglesia “estatal” luterana para unirse a una independiente, pero auténticamente luterana. Eso suponía, entre otras cosas, que renunciaba a un sueldo seguro, pagado por el estado, durante toda su vida.

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25.01.16

Preparados, listos... ¡¡YA!!

24.01.16

Newman, católico por fidelidad a Dios

A todos aquellos que veneramos grandemente al Beato John Henry Newman la noticia de la posible aprobación de un segundo milagro atribuido a su intercesión, que abriría de par en par las puertas a su canonización, nos causa gran alegría.

La vida de este hombre de Dios se caracterizó por dos cosas:

1- Su fidelidad a Dios (Lead Kindly Light), quien le llevó primero a la conversión al cristianismo y posteriormente su conversión al catolicismo, que es la perfección de la fe cristiana.

2- Su batalla constante contra la peor perversión del cristianismo. A saber, la teología liberal, que en el ámbito católico toma el nombre de modernismo.

Newman es además un testimonio claro, inequívoco y radical de cuál es el destino de todo hombre que se deja iluminar por el Espíritu Santo: la fe católica.

En una época donde muchos abogan porque da lo mismo ser católico que ortodoxo, protestante o incluso miembro de otras confesiones religiosas no cristianas, el beato Newman marca el camino a seguir. Y eso vale igualmente para el movimiento ecuménico. Cristo fundó una sola Iglesia y la misma subsiste completamente solo en la Iglesia Católica, aunque haya elementos de la misma en otras confesiones cristianas.

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20.01.16

El Papa y el bautismo entre los protestantes

El papa Francisco ha dedicado su catequesis de hoy al sacramento del bautismo, en el contexto de la Semana de Oración para la unidad de los cristianos. Destaco un par de párrafos de la alocución pontificia:

Cuando nosotros cristianos decimos que compartimos un solo Bautismo, afirmamos que todos nosotros -católicos, protestantes y ortodoxos- compartimos la experiencia de estar llamados de las tinieblas feroces y alienantes al encuentro con el Dios vivo, pleno de misericordia.

Y:

En conclusión, queridos hermanos y hermanas, todos nosotros cristianos, por la gracia del Bautismo, hemos obtenido misericordia de Dios y hemos sido recibidos en su pueblo.

La realidad es que católicos y ortodoxos tenemos una misma visión sobre el bautismo, pero no ocurre tal cosa en el protestantismo. Entre los protestantes, se dan las siguientes tesis:

  1. El bautismo limpia todo pecado en quien lo recibe. Debe ser administrado a los bebés.
  2. El bautismo limpia todo pecado en quien lo recibe pero solo puede ser administrado a adultos (o niños con uso de razón).
  3. El bautismo no limpia pecado alguno y es un simple signo de fe. Debe ser administrado a los bebés.
  4. El bautismo no limpia pecado alguno y es un simple signo de fe. Solo puede ser administrado a adultos (o niños con uso de razón).

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