InfoCatólica / Cor ad cor loquitur / Archivos para: Febrero 2015

28.02.15

No se puede reinventar la rueda del carro de la santidad

El carmelita Bruno Secondi ha protagonizado dos hechos en la última semana. El primero, sin duda el más importante, dirigir los Ejercicios espirituales del Papa y de la Curia. El segundo, conceder una entrevista a Religión Digital. Pues bien, tras leer dicha entrevista manifiesto mi honda preocupación por lo que el religioso nos cuenta. 

Valgan estas dos respuestas:

¿Hay una nueva forma de entender la santidad?

Los viejos modelos de santidad siguen teniendo todavía espacio y suscitando atención, sobre todo a través de las numerosas beatificaciones y canonizaciones de personas que vivieron en otro universo cultural y en otro modelo de Iglesia. Pero no suscitan interés en empeñarse por seguir este caminoHay que repensar profundamente estos modelos, acogiendo nuevos recorridos guiados por el Espíritu, que sigue operando con mucha creatividad. Hay que cambiar incluso el léxico. Por ejemplo, hablar de virtudes ‘heroicas’, un término que no evoca el lenguaje bíblico, sino el lenguaje mítico helenístico. Jesús no fue un ‘héroe’ y tampoco María ni los apóstoles. Fueron ‘zaddiq’, es decir justos y píos, términos bíblicos que indican cosas diferentes a las del héroe, que exalta incluso el esfuerzo personal, la unicidad aislada, el ’superman’. Y de esta santidad ordinaria y normal hay muchos ejemplos alrededor de nosotros, algo que recuerda a menudo el Papa Francisco.

Yo juraría que el modelo de santidad no es una cosa que el hombre propone. Yo juraría que el modelo de santidad es algo que emana de Dios y de su gracia. Yo juraría que Dios sabe muy bien lo que tiene que hacer, y ha hecho, para convertir en santos a sus hijos. Y yo juraría que es una temeridad afirmar que aquello que ha servido para llenar la tierra y el cielo de santos hoy necesita ser repensado.

Que estemos, sin la menor duda, ante una crisis de santidad -la proliferación de canonizaciones es como el dedo que intenta tapar el sol- no significa que el camino para ser santo haya cambiado. El problema no está en el modelo, que Dios ha marcado, sino en que una masa ingente de cristianos ha decidido que están más cómodos actuando como mundanos que como hijos fieles de Dios y de su Iglesia. El problema es que hay una ausencia tremenda de la predicación sobre la gracia, lo que nos ha llevado a la extensión, como plaga nefasta, del semipelagianismo y/ o el pelagianismo rampante. Y si a la gente no se le enseña a vivir en la gracia, ¿cómo va a poder hacerlo? Ya es milagroso que Dios, a pesar de esa carencia espiritualmente criminal, siga suscitando vocaciones a la santidad, tanto en la vida consagrada como en la seglar.

No está de más recordar que las congregaciones que están viviendo un resurgir de vocaciones, siguen un modelo bastante tradicional, anclado precisamente en aquello que dio resultado siglos atrás. Los responsables del fracaso que hemos padecido en las últimas décadas suelen mirar con malos ojos esa circunstancia. Debe ser difícil de aceptar que el modelo que ellos se inventaron no funciona y sí lo hace la vuelta a las sendas antiguas de las que hablaba el profeta Jeremías(Jer 6,16):

Esto dice el Señor: Paraos en los caminos a mirar, preguntad por las rutas antiguas: dónde está el buen camino y seguidlo,  y así encontraréis reposo. Pero dijeron: «No lo seguiremos».

En todo caso, no resulta casual que hoy tengamos un día sí y otro también noticias de nuevos mártires que riegan con su sangre la tierra por fidelidad a Cristo. Y es que, se ponga como se ponga el P. Secondin, hay cosas que no cambian.

Es más, precisamente llevamos más de medio siglo en el que el Espíritu Santo ha puesto en marcha herramientas de santificación para los seglares. Nunca antes en la historia las órdenes y congregaciones religiosas han sufrido una crisis tan espantosa como la actual, cuando su secularización interna les ha llevado a una situación catatónica, de esterilidad espantosa y que puede acabar con la desaparición de muchas de ellas. Y, por mucho que tengan elementos que necesitan ser corregidos, nunca antes en la historia han aparecido tal cantidad de movimientos enfocados en los seglares para ayudarles a santificarse. Ninguno de esos movimientos se ha inventado la rueda para seguir el camino de la santidad. Siguen el mismo modelo que ha funcionado durante veinte siglos.

Por poner un ejemplo, lo de la santidad ordinaria y normal ¿se parece a lo que nos habló, y mucho, ese santo y profeta de nuestro tiempo llamado San Josemaría Escrivá de Balaguer? Y sin embargo, no creo que a la santidad se le pueda llamar “ordinaria y normal", pues ser santo es un don de Dios y no tiene, en este mundo, nada de ordinario y de normal. Al contrario, es algo extraordinario y sobrenatural, sin por ello dejar de ser humano.

Por otra parte, los grandes santos de la historia de la Iglesia siguen atrayendo hoy a muchos fieles. Sin salir del sigo XX, ahí está San Pío Pietralcina, cuya devoción en Italia es inmensa. Por tanto es falso que la santidad de toda la vida no suscite interés. Quizás no lo suscite a los que han enterrado su fe bajo el fango de la apostasía, el neopaganismo y la indiferencia religiosa. Pero los santos son y serán luz segura para todos los que entiendan que el cristianismo no es un elemento decorativo en sus vidas, sino su verdadera identidad como seres humanos redimidos por Dios.

¿Cómo traducir en el lenguaje actual los ‘pecados capitales’?

Plantea usted, precisamente, uno de los problemas (junto a otros muchos) del lenguaje moral y espiritual. Necesitamos primero deconstruir el lenguaje, de lo contrario nadie entiende nada. Necesitamos hacer un nuevo ejercicio de creatividad lingüística y simbólica. Vivimos repitiendo viejas antropologías con el uso de términos que ya casi nadie entiende. El Papa Francisco está ayudando a la Iglesia a cambiar el lenguaje. Él mismo inventa palabras nuevas, como enfermedades curiales, alzheimer espiritual, etc. Y no sólo sus palabras, sino también con sus gestos, con su estilo, con sus visitas, con sus abrazos…muchas cosas se tornan nuevas.

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27.02.15

Les molesta que en clase de religión se enseñe religión

Los laicistas antirclericales están que rabian porque en el currículum de la asignatura católica se ha introducido, entre otras cosas, el aprendizaje de algunas oraciones. Los facistoides de nuevo cuño se dan golpes en el pecho diciendo que volvemos a los tiempos de Franco, en los que se rezaba en las clases. Si algo odia esta gente es ver a un cristiano rezando, pero mucho más si el cristiano es un niño. Y es que, aunque lo desprecian, deben intuir que Dios tiene una especial querencia a las peticiones de los más pequeños. Quizás recuerdan que, siendo ellos pequeñajos, alguien les contó que Jesucristo dijo aquello de “dejad que los niños se acerquen a mí".

El caso es que lo que se pretende es que la asignatura enseñe material propio de la religión católica. Y dentro de ese contenido figuran, faltaría más, algunas oraciones. 

Aunque sé que intentar razonar con esta gente es como intentar convencer a un yihadista de la maldad de sus acciones, hay un argumento que van a entender aunque lo sigan rechazando. A saber, se puede ser perfectamente ateo y licenciarse en teología. Basta con que la persona sepa el contenido que se le imparte en las asignaturas de la carrera, aunque no esté de acuerdo con el mismo. Ese licenciado en teología sabrá explicar en qué consiste el dogma de la Trinidad aunque no crea en la existencai de Dios.

Es decir, enseñar a un niño la oración del padrenuestro no signifca que se le obligue a rezarlo, sino que le obliga a escribir en un examen esa oración, y de otras, para recibir una buena nota.

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26.02.15

Resumen de lo dicho por el cardenal Marx: "Haremos lo que nos dé la gana"

¿Qué se pensaban ustedes? ¿Que los que quieren torcer el brazo de la Iglesia en la cuestión de los divorciados vueltos a casar y la homosexualidad tienen intención de aceptar lo que diga Roma y un sínodo general si no se les da la razón?

Pues no. Ni lo hicieron hace décadas, tras la exhortación apostólica post-sinodal Familaris Consortio ni tienen la voluntad de hacerlo ahora si, como parece que empiezan a sospechar, multitud de obispos, arzobispos y cardenales se plantan y deciden defender la fe católica de quienes están dispuestos incluso a traicionar las enseñanzas de Cristo sobre el matrimonio y el adulterio.

El argumento del cardenal Marx es que las conferencias episcopales no son filales de Roma. Y tiene razón. Pero más razón hay en decir que los obispos no son funcionarios de las conferencias episcopales. Es decir, la Iglesia ha sobrevivido durante siglos sin conferencias episcopales. Pero no sobreviría sin obispos -salvo casos extremos como ocurrió en Japón-. Algún obispo alemán puede decidir que en su diócesis sí se va a respetar la fe de la Iglesia.

Y más cierto es que la Iglesia Católica no es como la comunión anglicana, en la que se da la circunstancia de que en un país se actúa de una manera y en otro de la contraria. Incluso entre diócesis vecinas, puede que unos celebren “bodas” gays y otros no admitan ni siquiera tener “sacerdotistas".

Más peculiar es el anuncio del cardenal Marx de la publicación de un carta pastoral de los obispos alemanes tras el sínodo. ¿Se le ha olvidado que la exhortación post-sinodal es cosa del Papa? ¿Es que no van a esperar a que el Papa diga lo que tenga a bien decir?

Y además, ¿cómo es eso de que un sínodo de toda la Iglesia no le puede decir a los obispos alemanes lo que tienen que hacer? ¿es que ellos están por encima del Sínodo? ¿están por encima del Papa? Si lo que la Iglesia en Alemania, al menos sus obispos, pretende hacer es ir por libre, sin esperar al Papa y sin hacer caso al sínodo, ¿se le puede llamar a eso Iglesia Católica? 

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24.02.15

Don Carlos Osoro en La Razón

Mons. Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, tuvo a bien asistir ayer al diario La Razón para dar una conferencia y luego responder a las preguntas de los presentes. Como suele ocurrir en estos casos, los mayores titulares suelen salir precisamente del tiempo dedicado a la tertulia posterior a la conferencia.

En todo caso, me reconocerán ustedes que don Carlos jugaba a favor de obra. Y si no, vean la primera pregunta que le hizo Cloria Lomana, directora de informativos de Antena 3:

- Muchos piensan que usted es el mejor discípulo del Papa en España. Tienen manifestaciones muy singulares en común, como una vida austera: ha vivido varios meses en un hogar de ancianos, ha visitado de forma discreta cárceles… Incluso ha suspendido esa concentración que se celebraba en Madrid donde miles de ciudadanos se manifestaban contra los gobiernos de turno. Se le reconoce una buena mano para estos nuevos tiempos. ¿Cuál es esa política y gestos que tiene que hacer la Iglesia para acercarla más a los fieles?

Conmovedor, ¿no creen? ciertamente no acabo de entender qué tiene que ver la suspensión del acto de Colón a favor de la familia con ser el mejor discípulo del Papa, pero en todo caso al arzobispo le debió gustar que desde la derecha mediática de este país se esté comprando también la idea de que él es el Francisco de la Iglesia en España. En eso coincide Antena 3 y Religión Digital. 

Por otra parte, don Carlos respondió adecuadamente diciendo que aunque él admira mucho al Papa, no es discípulo suyo sino de Jesucristo. Y respecto a lo de Colón, explicó que ha querido convertir ese día en algo propio de su archidiócesis. De hecho, y esto lo añado yo, son bastantes los obispo españoles que pensaban que el acto que tenía lugar cada año en esa plaza madrileña debía de suspenderse para ser celebrado en cada una de las diócesis de este país. 

Cuando Mons. Osoro dijo que él es obispo de todos, doña Carmen cogió el testigo y le preguntó:

Entre esos «todos» está uno de los políticos emergentes, Pablo Iglesias, líder de Podemos, que acaba de decir en «Vanity Fair» que está en la misma barricada que Francisco. ¿Cómo lo ve? ¿Qué le parece que el Papa despierte esa admiración en un sector anticlerical?

Confieso que me preocupa algo -no mucho, no vayan a creer-, que ese personaje totalitario de izquierdas llamado Pablo Iglesias diga que el Papa está en su misma barricada. Confieso también que es cuano menos lamativo que el sector anticlerical de la sociedad admire al Santo Padre. Pero, seamos claros, no es ni la primera ni la última vez que la izquierda radical quiere apropiarse de una figura religiosa. Lo han hecho con Jesucristo, al que han llegado a llamar comunista, así que no tiene nada de particular que lo hagan con Francisco.

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22.02.15

¿Entienden ahora porqué ni un millón de ISIS podrán vencer?

Cuento con los dedos las noticias que hemos dado en Infocatólica que me han emocionado hasta las lágrimas. Y de ellas dos son sobre los mártires y confesores cristianos en Oriente Medio.

La primera es de este obispo que lloró por no poder celebrar una fiesta cristiana en su diócesis:

Obispo de Mosul rompe a llorar y se recompone lleno de santo orgullo

La segunda es esta maravilla de entrevista a tres niñas cristianas de Irak, una de las cuales deja al entrevistador árabe impresionado.

La respuesta de una niña cristiana al odio de ISIS conmueve a un reportero árabe

No hay nada en este mundo que pueda vencer el amor de esas niñas por Cristo. No hay nada en el fundamentalismo islámico que pueda derrotar ese testimonio.

Podrán tener las armas, podrán cortar cabezas, podrán seguir expandiendo el odio, podrán seguir demostrando hasta qué punto el ser humano es capaz de ser un monstruo. Pero ese simple vídeo vale más que mil predicaciones, mil citas bíblicas y mil reuniones diplomáticas.

El ISIS, el Ejército Islámico, Al Qaeda, Boko Haram, etc, son la muerte. Tanto el obispo como las nenas son la vida. Son de Cristo. Han vencido. 

Luis Fernando Pérez Bustamante