Esto hizo Dios por ti antes de que existiera el mundo

Palabras de San Pablo a los fieles que estaban en Éfeso y que valen igualmente para nosotros hoy:

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda bendición espiritual en los cielos. (Ef 1,3)

Somos bendecidos en Cristo, nuestra Redentor. Y no cortamente, sino con TODA bendición espiritual. No hablamos de bendiciones mundanas, carnales. La bendición es de orden espiritual. Se entiende entonces que es para aquellos que viven en y por gracia.

ya que en Él nos eligió antes de la creación del mundo para que fuéramos santos y sin mancha en su presencia, por el amor; (Ef 1,4)

Pensemos por un momento en lo que indica el apóstol, inspirado por el Espíritu Santo. No es que Dios elija a sus fieles antes de nacer, antes de ser concebidos. Los eligió antes de crear siquiera el mundo. Cuando las tres personas de la Trinidad estaban en esa perfecta comunión sin una creación a la que manifestarse, Dios ya pensó en todos y cada uno de aquellos a los que habría de salvar. Y en la elección iba la obra que habría de hacer en ellos: convertirlos en santos y sin mancha en su presencia. Y ello por el amor. 

Santos y sin mancha, no llenos de pecado sin arrepentimiento y conversión. Pecados cometen todos. Arrepentimiento, conversión, penitencia, no todos.

nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por Jesucristo conforme al beneplácito de su voluntad, (Efe 1,5)

Predestinados a ser hijos de Dios en Cristo, no por voluntad humana, no por nuestra voluntad, sino por la suya. Si llegamos a ser salvos es porque Dios así lo ha dispuesto. Incluso el mero deseo de ser salvados es obra suya en nuestra alma.

para alabanza y gloria de su gracia, con la cual nos hizo gratos en el Amado, (Ef 1,6)

Para alabanza y gloria de su gracia. Repítelo. Para alabanza y gloria de su gracia. No para tu gloria, sino para la suya. No para alabanza de tu capacidad de ser santo, sino para alabanza de la gracia que te capacita para andar en santidad. Por ello dice San Agustín: «Manifiestas tu gloria en la asamblea de los santos, y, al coronar sus méritos, coronas tu propia obra»

en quien, mediante su sangre, tenemos la redención, el perdón de los pecados, según las riquezas de su gracia, que derramó sobre nosotros sobreabundantemente con toda sabiduría y prudencia. (Ef 1,7)

En la cruz somos redimidos, perdonados, salvados. Es la sangre de Cristo la fuente de gracia. Es la Cruz de Cristo el trono de gracia

No en vano, también enseña el apóstol:

Sabemos que todas las cosas cooperan para el bien de los que aman a Dios, de los que son llamados según su designio. (Rom 8,28)

Pide al Señor que en su gracia hagas de esa verdad el motor de tu vida y no habrá nada ni nadie que pueda derrotarte. Ni cruz, ni tribulación, ni sufrimiento, ni pérdida, ni enfermedad. Nada. Ve en todo una oportunidad que Dios te da para tu bien.

Porque a los que de antemano eligió también predestinó para que lleguen a ser conformes a la imagen de su Hijo, a fin de que él sea primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó también los llamó, y a los que llamó también los justificó, y a los que justificó también los glorificó. (Rom 8,29-20)

Elegidos, predestinados, justificados, glorificados. Por ese orden. Ese el designio divino de Dios para sus santos. No puede faltar nada. En la justificación incluye la santificación (2 Tes 13), obra del Espíritu Santo en tu alma, paso previo a la glorificación. Recreados conforme a la imagen de Cristo. Recreados en santidad, no en pecado, no en concupiscencia. Nadie te engañe diciéndote que puedes alcanzar la glorificación si no andas en santidad. Nadie te engañe diciéndote que tus pecados actuales te impedirán alcanzar la glorificación, si en verdad permites que la gracia de Dios obre tu conversión.

Deja de vivir en temor, en oposición a la voluntad de Dios. Vive ya en aquello que Él te ha concedido ser. Que Cristo se apodere de tu alma.

Cuéntanos Señor, entre tus elegidos.

Luis Fernando Pérez Bustamante

16 comentarios

  
Joaquín Simó Caballer
Precioso LF.
La Santísima Virgen fue la primera elegida. Libre y esclava. Combinación perfecta. Tutora del mismo Dios hecho hombre. Abogada de los hombres ante Dios. El Espiritu de Dios es su esposo, que apodera su integridad pura, majestuosa e Inmaculada. Oh! qué misterio!
Gracias Luis Fernando.
25/11/15 7:18 AM
  
JUAN NADIE
Gracias, una vez mas.
25/11/15 9:59 AM
  
Joaquín
Ejem...no dice "nos eligió antes de la creación del mundo" sino "EN ÉL nos eligió antes de la creación del mundo". Pequeño detalle, pero que cambia completamente el sentido de la frase, y que invalida por completo todas las conclusiones posteriores. Porque lo que implica es que el plan de salvar por medio de la muerte y resurrección de Cristo a todos aquellos que creen en Él es anterior incluso a la creación del mundo. Tampoco acepto eso de que "la bendición es para todos aquellos que viven en y por gracia". Eso no lo dice el texto. La bendición es para todos. Cuestión aparte es que todos la acepten. Y no tengo problema en creer que muchos la rechazan.

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LF:
Conviene leer bien el contexto. San Pablo se dirige a los santos, que están en Éfeso, a los fieles en Cristo Jesús. No a los incrédulos que, por otra parte, no podrán entender prácticamente nada por una razón que el propio San Pablo da en otra de sus epístolas:
Pues el hombre natural no capta lo que es propio del Espíritu de Dios, le parece una necedad; no es capaz de percibirlo, porque solo se puede juzgar con el criterio del Espíritu.
1ª Cor 2,14


Por supuesto, el texto puede servir para que un incrédulo crea, pero básicamente está dirigido a quien ya cree.

Aclarado eso, vamos a la otra objeción. La elección EN CRISTO sigue siendo elección antes de la creación del mundo. Antes. No después. No es la única vez en que San Pablo enseña eso:
Él nos salvó y nos llamó con una vocación santa, no por nuestras obras, sino según su designio y según la gracia que nos dio en Cristo Jesús desde antes de los siglos,
2 Tim 1,9


Ahí lo vemos de nuevo. Por supuesto que la elección no es aparte de Cristo. Es en Él. Pero la Escritura es clara, nítida, luminosa, veraz. Dicha elección se produce ANTES de que siquiera existiéramos. Los elegidos ya estaban en el plan de Dios antes de siquiera crear un solo átomo.
25/11/15 10:43 AM
  
Luis Fernando
Recordemos, por otra parte, la enseñanza de Trento:

“Nadie, tampoco, mientras vive en esta mortalidad, debe hasta tal punto presumir del oculto misterio de la divina predestinación, que asiente como cierto hallarse indudablemente en el número de los predestinados [Can. 15], como si fuera verdad que el justificado o no puede pecar más [Can. 23], o, si pecare, debe prometerse arrepentimiento cierto. En efecto, a no ser por revelación especial, no puede saberse a quiénes haya Dios elegido para sí [Can. 16].”


Por eso imploramos al Señor que nos cuente entre sus elegidos. Porque salvo revelación especial, que raramente se produce, no tenemos manera de saberlo. Podemos tener esperanza, podemos ver señales de elección -Pío XII señaló el amor por la Virgen-, pero certeza absoluta, no.
25/11/15 11:17 AM
  
María de las Nieves
Gracias ,es un himno bellísimo para leerlo despacio y meditarlo.
25/11/15 1:03 PM
  
Tannhäuser
Magnífica exposición y un repaso muy bonito, pero a mí, la palabra "predestinación", aún en el contexto cristiano, siempre me ha dado escalofríos, ya que al menos en apariencia, todo se reduciría a la elección o no por parte de Dios, lo que anularía la libertad humana, cosa que ya se que no puede darse, como tampoco que Dios cree algo que no ame, como sucedería en el caso de un no predestinado a la gloria.

Trato de entender ese concepto considerando que al estar Dios fuera del tiempo que es criatura suya, conoce como va a responder, libremente, a su gracia, cada persona y en ese sentido si puedo digerir el indigesto término "predestinación", pero me sigue dando repeluz.

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LF:
Desde luego Dios conoce cómo va a responder cada hombre. Molina dice que predestina precisamente en base a esa respuesta del hombre, pero, por decirlo suavemente, convierte a Dios en mero espectador de la respuesta humana. Santo Tomás y San Agustín enseñan que predestina a los elegidos y en base a dicha predestinación ellos responderán por la acción de la gracia.

Aunque Molina tuviera razón, que no la tiene, Dios crea igualmente a los que sabe que van a ser condenados. Con lo cual sospecho que el problema que da una predestinación u otra es exactamente el mismo.
25/11/15 3:34 PM
  
Joaquín Simó Caballer
Te lo dedico Luis Fernando. A ti a los niños de corazón.
VIRGEN, LA NOBLEZA VUESTRA
(Versos tomados del Libro segundo de Pastores de Belén, de Félix Lope de Vega y Carpio).

"""Virgen, la nobleza vuestra hoy vuestra patria averigua, que sois más que el cielo antigua,
Fuera de Dios, no hay quien sea tan antigua como vos, pues es sin principio Dios, y os hizo Dios en su idea.
Si con vos por bien del hombre la serpiente amenazó, no sólo el poder mostró, mas la antigüedad del nombre;
que, poniéndoos de por medio su misericordia inmensa, antes que fuese la ofensa érades vos el remedio.
¡Qué más antigua hidalguía que haber, cuando os hizo Dios, uno solo, y ése Dios y que en sí mismo vivía!
Pero de tantas coronas, Virgen, como os quiso honrar, tres testigos podéis dar, pues en Dios hay tres Personas;
y pues son, Virgen hermosa, verdad sola, ellos dirán, que gloria, que gracia os dan por Virgen, Madre y Esposa."""

Y QUEVEDO en estos versos pone en boca de la Virgen:
"""Soy más antigua que el tiempo (...) Infinitos siglos antes que criara el firmamento, ya Él me había criado en mitad de aquel silencio."""

(sigue así Luis Fernando, pero aún te queda .... jajaja ...)

¿No es para caerse de espaldas extasiado o en el suelo postrado? ¿es que ya no hay hombres o mujeres que se admiren de Dios, de su creación y de su excelsa criatura, la Niña de Sus Ojos?

25/11/15 3:40 PM
  
Feri del Carpio Marek
La humanidad está tan contaminada de humanismo pelagiano naturalista, que ya nos cuesta entender que lo primero, la razón de ser de toda criatura, es la gloria de Dios. Se glorifica tanto al hombre, que a Dios ya lo hemos puesto al servicio de esa gloria. Entonces ya no se entiende para qué estamos aquí, que no es para salvarnos, ni para ser santos, sino para dar gloria a Dios, esa es nuestra razón primera para existir. La salvación, la santificación, vienen después, subordinadas a esa glorificación de Dios.

Es que el "serán como dioses" continúa susurrando a nuestro oído, aún después de ser restaurados por el bautismo, y vivimos en esa permanente lucha de renunciar a nuestra gloria para buscar la gloria de Dios. Eso sólo es posible mirando al crucificado, por eso san Pablo dirá a los corintos que «el mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden, pero para los que se salvan --para nosotros-- es fuerza de Dios» (1 Co 1,18) y «no quise saber nada, fuera de Jesucristo, y Jesucristo crucificado.» (1 Cor 2,2), y rematará en su carta a los gálatas diciendo «yo sólo me gloriaré en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo está crucificado para mí, como yo lo estoy para el mundo» (Ga 6,14).

Es la Cruz de Cristo la que nos libera del deseo esclavizante de buscar nuestra propia gloria. Como lo dijo el mismo Maestro: «Ustedes saben que aquellos a quienes se considera gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños, y los poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos. Porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud.»

Dando su vida en la Cruz, el Señor nos rescata de la esclavitud de buscar nuestra propia gloria. Como ya lo anunciaba Isaías: «El fue traspasado por nuestras rebeldías y triturado por nuestras iniquidades. El castigo que nos da la paz recayó sobre él y por sus heridas fuimos sanados.»

«Miren hacia él y quedarán resplandecientes, y sus rostros no se avergonzarán.» (Sl 34,6)

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LF:
... la razón de ser de toda criatura, es la gloria de Dios

Ni más ni menos.
25/11/15 5:13 PM
  
escobedo
Un gran regalo. Me ha gustado mucho leerlo. A veces me es dificil una que otra cosa entender, pero hago provecho de sus escritos lo mas que puedo. Dios lo bendiga.
25/11/15 5:21 PM
  
Alvaro
Efectivamente, solo queda postrarse ante Dios.
25/11/15 5:50 PM
  
pablovelasco
"Ni cruz, ni tribulación, ni sufrimiento, ni pérdida, ni enfermedad. Nada. Ve en todo una oportunidad que Dios te da para tu bien."

Es más, sin esas cosas, raramente podrás encontrarte con Dios, solo te encuentras con Dios en la debilidad.


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LF:
Solo no. Pero ahí, sin duda.
25/11/15 9:00 PM
  
JOSÉ IGNACIO LESACA ESEVERRI
Hay un interesante artículo sobre la predestinación en ec.aciprensa.com (Ec wiki, Enciclopedia católica en línea, "on line"). Ahí se incluye un apartado, "Teoría de la predestinación "post proevisa merita", que es lo más convincente que yo haya leído sobre el tema. Dice que esa teoría fue defendida por, entre otros, San Alberto Magno. Y que fue recomendada con calor por San Francisco de Sales.

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LF:
Es un artículo claramente molinista, que para nada refleja bien las enseñanzas de Santo Tomás y San Agustín. Una cosa es que el molinismo, una vez aguado por la Compañía de Jesús, no sea herético, y otra elhecho de que sin duda lo son muchos de los que esconden su semipelagianismo bajo la capa de argumentos molinistas. El propio artículo sostiene algo alucinante:
Aquel que pone la razón de la predestinación exclusivamente ya en el hombre ya en Dios acabaría inevitablemente sacando conclusiones heréticas sobre la elección eterna.


Y luego dice (negrita mía):
Teoría de la Predestinación Post Prævisa Merita
Esta teoría defendida por los primeros escolásticos (Alexandro de Hales, Alberto Magno), así como por la mayoría de los Molinistas y recomendad con calor por S. Francisco de Sales “como la opinión más verdadera y más atractiva”, propone como su más importante distinción que está libre de la necesidad lógica de mantener la reprobación negativa.


O sea, está llamando herejes a Santo Tomás y San Agustín, que indican que la predestinación es un acto absoluto de la soberanía de Dios. Y al hacer eso no niegan, como sugiere el artículo, que eso anule la libertad del hombre. Al contrario, indican que dentro de dicha soberanía está el hacer libre al hombre para poder obrar por gracia conforme a su designio salvífico. Y desde luego la predestinación agustiniana y tomista, que es pre Praevista Merita no lleva a la reprobación negativa, que sostiene Calvino. Por cierto, para comprender la postura de San Francisco de Sales hay que ver que el contexto era precisamente de un intenso debate sobre el predestinacionismo en la Europa del s. XVI y la angustia personal que le creaba la posibilidad de un doble decreto predestiniacionista que la Iglesia siempre rechazó.

Dice también el artículo:
el dogma católico sobre la predestinación mantiene la regla de oro, porque ve la felicidad eterna primariamente como la obra de Dios y de su gracia, pero secundariamente como el fruto del premio a las acciones meritorias de los predestinados.



Hombre, es que resulta que las acciones meritorias de los predestinados son también OBRA de la gracia de Dios en ellos. Así lo afirma San Agustín en la cita que he puesto en este post:
«Manifiestas tu gloria en la asamblea de los santos, y, al coronar sus méritos, coronas tu propia obra»


La teoría de la predestinación positiva post praveista merita hace a Dios testigo de la respuesta humana, y no directamente autor, como causa primera, de la misma. Y además, no resuelve algunas de las dificultades que presentan los que se oponen a cualquier tipo de predestinación, que es lo mismo que decir que se oponen a la fe católica.
25/11/15 10:56 PM
  
Grace del Tabor - Argentina
Perdón, pero a mí también me estremece la palabra "predestinados".
Si Dios nos ama infinitamente, ¿cómo crearía a alguien que se condenará?


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LF:
Predestinación aparte. Si Dios es omnisciente y sabe que muchos se condenarán, ¿por qué les crea?
26/11/15 4:57 AM
  
JOSÉ IGNACIO LESACA ESEVERRI
Luis Fernando: sea como sea la predestinación exactamente, tengo claras las siguientes cosas:
1-Dios quiere que todos los hombres se salven (aunque sabemos y Dios sabe mejor que nosotros que una cantidad de hombres y mujeres se condenan).
2-La gracia no anula nunca la libertad. Leí por ahí, en un comentario tuyo, que la perfecciona. En todo caso, la respeta.
3-Dios da a cada persona las gracias necesarias para salvarse.
4-Según todo lo anterior, quienes se condenan se condenan porque, haciendo un mal uso de su libertad ("libertinaje"), rechazan las gracias que Dios les ofrece para que se salven (las rechazan, en concreto, en el instante de su muerte, se entiende).

A mí no me preocupa saber por qué Dios crea a alguien si sabe, y lo sabe, que se condenará. Porque quien se condena lo hace por su culpa. Dadas las reglas del juego que Dios ha establecido, seres racionales y libres, que pueden hacer un buen o un mal uso de su libertad, es "normal", digamos, que haya quienes se condenen. La única alternativa que Dios tenía para evitarlo era... no habernos creado, ni a nosotros ni a los ángeles. O, también, habernos creado con un impulso irresistible hacia el bien, de manera que no tuviéramos que elegir y nos fuésemos al Cielo derechos, sin problemas.

Yo sospecho que Dios habría querido predestinar a la vida eterna a todos, pero no pudo hacerlo porque sabía, desde antes de la creación del mundo, que algunos se resistirían a la gracia y, por tanto, no los pudo predestinar.


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LF:
Te respondo:

1- Dios da a todos gracias suficientes pero el don de la perseverancia final solo se lo da a los predestinados para la salvación. Y es infalible.

2- Dios es autor, como causa primera, de la respuesta positiva a la gracia. Esa es la libertad perfecta, inclinada siempre al bien:
Si la posibilidad de apartarse del bien perteneciera a la esencia y a la perfección de la libertad, entonces Dios, Jesucristo, los ángeles y los bienaventurados, todos los cuales carecen de ese poder, o no serían libres o, al menos, no lo serían con la misma perfección que el hombre en estado de prueba e imperfección.
Libertas Praestantissimum, León XIII

Queda claro, pues, que la esencia y la perfección de la libertad no es apartarse del bien. A pesar de lo cual, muchos eligen el mal.

3- Dios pudo predestinar a todos para la salvación. No lo hizo porque no quiso. Así de simple.

26/11/15 4:18 PM
  
JOSÉ IGNACIO LESACA ESEVERRI
Supongo, Luis Fernando, que Dios da la gracia de la perseverancia final a quienes sabe que la van a acoger, aceptar. Y no se la da a quienes sabe que la van a rechazar.

En cuanto a lo de que la libertad es para hacer el bien, lo entiendo. La libertad mal usada, usada para el mal, es libertinaje. Lo sé pero no veo qué tiene que ver con esto. Cuando digo que la gracia no anula la libertad, quiero decir la capacidad de elegir entre el bien y el mal. Por muy influido que esté uno por la gracia, sigue teniendo capacidad de elegir entre el bien y el mal. En ese sentido, sigue siendo libre. (Incluso se me ocurre que hacer el mal es, desde otro punto de vista, negarse a ser libre, negarse a ejercer la libertad en el sentido de libertad para hacer el bien. Pero este paréntesis es secundario. Me interesa lo anterior al paréntesis).

En cuanto a que Dios pudo haber predestinado a todos para la salvación pero no quiso... Eso, suponiendo que sea así, sospecho que lo estás explicando mal. Es decir, no puede ser que Dios decida que unos, porque le caen bien, por decirlo chuscamente, estén predestinados a salvarse y los demás no. Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. (Aunque, por supuesto, no todos se salvan) .Y más aún el Dios que se hace Hombre y muere en la Cruz, en el sacrificio del Calvario. Eso que dices sugiere más una divinidad pagana o calvinista: un Dios (o dios) que, caprichosa, arbitrariamente, se divierte con su creación; y a unos los favorece porque sí y a otros no los favorece porque no. Y como no creo que los autores que lo afirman quisieran decir lo que acabo yo de exponer, porque eran católicos y no paganos ni calvinistas, entonces debo sospechar que quisieron decir otra cosa.

Ojo con este tema que puede confundir mucho a los lectores (yo mismo me siento confundido). Leí por ahí que San Ignacio de Loyola recomendaba no predicar mucho de estas cosas, porque preveía que la gente sacaría conclusiones erradas: si estoy predestinado, lo mismo da que me porte bien o mal; y si no lo estoy, también da lo mismo. Sea como sea exactamente esto de la predestinación, es un tema sutil, que hay que explicar muy bien... o callarse. Yo me he pasado toda la vida sin tener ni idea de él y, sinceramente, no lo he extrañado para nada. Y cuando al fin empiezo a leer un poco, me veo desorientado y tengo la impresión de que el Dios del que siempre me han predicado no es como yo pensaba. Un saludo.

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LF:
No, Dios no da la da la gracia de la perseverancia final a quienes sabe que la van a acoger sino más bien sabe que aquellos a quienes se las da, la van a acoger. Esto es así porque la salvación tiene como primera causa la voluntad de Dios y no la del hombre, que es lo que ocurriría si hiciéramos a Dios espectador de la respuesta del hombre y no quien causa dicha respuesta.

Respecto a por qué Dios decide que unos se salven y otros no, vuelvo a citar tanto a Santo Tomás como a San Agustín, que sospecho que explican bien las cosas:
“Porque, si me preguntas en singular por qué Dios da a este y no al otro el don de la perseverancia, no hay otra razón que la divina voluntad” (In 2 Tim 2, lect.3)

“Por qué, entre dos fieles piadosos, a éste se le da la perseverancia final, y al otro no, es un misterio inescrutable de Dios” (“De dono perseverantiae”, c9, n21)


Efectivamente, San Ignacio pidió que no se predicara sobre esto. Lástima que los jesuitas no le hicieran caso y se pusieran a predicar contra esto. Si hubieran dejado esto en manos de los dominicos, nos habríamos ahorrado muchos quebraderos de cabeza.

En relación a la importancia de la doctrina católica sobre la predestinación, aunque no es pequeña, conviene señalar que tiene mucha más el correcto entendimiento de cómo actúa la gracia divina en nosotros. Entender tal cosa cambió mi vida en los dos últimos años. me da mucha tranquilidad saber que mi crecimiento en santidad depende sobre todo de Dios y no de mis propias fuerzas, aunque desde luego tengo clarísimo que no soy ni puedo ser un mero receptor pasivo de la gracia divina, sino que debo "trabajar con temor y temblor" en mi salvación (Fil 2,12).
Resumiendo:
... por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no se ha frustrado en mí. Antes bien, he trabajado más que todos ellos. Aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios conmigo.
Fil 2,12
26/11/15 8:35 PM
  
Oscarito
Debo reconocer que he aprendido mucho sobre la predestinación y la gracia a través de tus reflexiones. Pero aún no logro encajar en ello el libre albedrío y la libertad humana.
Cuando le preguntaron a Jesús que había que hacer para entrar en la vida, respondió : cumple los mandamientos. Podría haber dicho: no hagas nada, pues ya estás predestinado...

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LF:
Los predestinados, mayormente, cumplen los mandamientos.
05/12/15 2:46 PM

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