Incrédulos, escépticos, burlones...

Comparto con los lectores del blog esta consulta que recibí hace poco y su respuesta. Por si sirve…

Incrédulos y escépticos

¿Qué me recomendaría para vencer a incrédulos y escépticos? Tengo muchos amigos que no creen y que me dicen que la fe está superada. Incluso algunos, me parece, me miran con lástima y burla…

Su consulta me recuerda una anécdota que viví hace años. En aquellos momentos me dedicaba a impartir clase de Religión a chicos y chicas de Bachillerato. En el instituto había un personaje curioso que ejercía como profesor de Filosofía y que venía a ser una versión degenerada de la escuela de los cínicos. Un día, en la sala de profesores, yo estaba con otros compañeros trabajando y entró él un poco alterado. Sin ningún preámbulo se dirigió a mí y me dijo: «¡Qué lástima Joan! Piensa que cuando te mueras y veas que no existe Dios ni nada, considerarás que te has perdido tantas cosas buenas…».

Algunos se echaron a reír. Otros que le conocían, me miraron como diciendo que no le hiciera ni caso. Yo le dije: «Me sorprende que seas tan incompetente en filosofía que, entre otras cosas, se supone que debe enseñar a la gente a pensar con rigor.» Puso una cara indescriptible y, antes de que pudiera abrir la boca le dije: «Sí, hombre. Si no existe Dios ni hay nada después de esta vida, yo no me daré cuenta de nada, ni nada me preocupará, ni haré ninguna consideración ni lamentación, ni nada de nada, porque, simplemente, ya no existiré. Y si no existo, no pienso ni soy, como diría Descartes”.

Se puso de un color entre rojo y amarillo y su cara era todo un poema. Todos nos miraron. Y yo seguí impertérrito: «Sin embargo, piensa que quizás sí existe Dios y que después de esta vida hay cielo e infierno y tendremos que rendir cuentas del bien o del mal que hayamos hecho. Y entonces, la sorpresa puede ser desagrada- ble.» Se escapó diciendo que tenía trabajo y que ya conversaríamos en otro momento. Años después todavía espero esta conversación.

Él quería sembrar dudas sin demasiados razonamientos y yo las sembré de manera más fundamentada. En el fondo utilicé la vieja argumentación de Pascal que siempre es buena en estos casos.

Vencer a escépticos, burlones e incrédulos es complicado, por no decir imposible. Quizás lo que tendríamos que hacer es intentar «convencer», implicando al otro a superar el obstáculo de la incredulidad, aportando argumentos y testimonio de vida.

A mí, a aquellos que presumen de incredulidad y ateísmo, me gusta decirles: «Y esta forma de pensar cerrada a la trascendencia, ¿te hace más feliz?, ¿te ayuda a vivir? A mí, al menos, la fe me da alegría y esperanza…» Sé, por experiencia, que estas reflexiones muchas veces ayudan a remover actitudes cerradas y a abrir rendijas a la luz. Poco más se puede hacer. Rezar, sobre todo. Finalmente, le diría que seleccione bien a sus amigos. Un buen amigo siempre respeta y no mira con “lástima”.

 

10 comentarios

  
Palas Atenea
Dado como va el mundo ese profesor de filosofía sería hoy el hazmerreir de muchos comentaristas no precisamente católicos. En este momento no hace falta ser católico, cualquiera que defienda algo está perdido porque le atacarán, lo que ahora se lleva es no defender nada y esperar entre las sombras a cualquiera que defienda algo para echarle ácido corrosivo. Es lo que se lleva.
15/08/17 6:25 PM
  
Juan Mariner
En efecto Padre, hay muchos burros cargados de filosofía.
15/08/17 7:18 PM
  
Sancho
El ateo también es un creyente, pues cree que Dios no existe, con la diferencia respecto al cristiano que lo hace temerariamente, mientras este cree que existe no solo por la tradición recibida y lo que dice la Biblia, sino porque tiene el don de la fe, que le impulsa a creer en Él y en su Hijo Jesucristo. Además, esa fe ha sido confirmada a lo largo de toda la historia con innumerables milagros (apariciones celestiales, dones de profecía, conocimientos sobrenaturales, curaciones imposibles, multiplicaciones de alimentos, levitaciones, cuerpos incorruptos que ahí siguen, inedia y muchos otros), un cúmulo de hechos inexplicables y de testimonios que es irracional despreciar. Como es irracional empeñarse en que no hay una causa incausada (Dios) de todo lo que existe, incluido el tiempo y el espacio, defendiendo implícitamente con ello el absurdo de que de la nada puede surgir algo.
15/08/17 8:26 PM
  
Alberto el retrógrado reaccionario y rigido
El mismo razonamiento absurdo que hace "cuando mueras y veas que no existe Dios..." indica lo arraigada que es la transcendencia y la existencia del alma, que ni años de filosofía materialista pueden borrar.
16/08/17 8:59 AM
  
chico
Esto me parece igual que hablar de religión con otro que no es católico. Si va de buena fe, te escuchará a tus argumentos. Y si va de mala, por más que le quieras retrucar no se dará por vencido. De razón a razón se puede hablar. Pero es imposible hacerlo desde razón contra sentimiento. El sentimental no razona, sólo siente y desde el sentimiento dice todo. El sentimental es el que más cree sin razonar nada. Con sentimentales no se puede hablar. Pierdes el tiempo.
16/08/17 3:48 PM
  
Uno
"«Y esta forma de pensar cerrada a la trascendencia, ¿te hace más feliz?, ¿te ayuda a vivir? A mí, al menos, la fe me da alegría y esperanza…» Sé, por experiencia, que estas reflexiones muchas veces ayudan a remover actitudes cerradas y a abrir rendijas a la luz. "

Pues yo, lamentablemente, nunca lo he visto y no es por falta de amigos y familia ateos. Cualquier ateo con dos dedos de seso contestará "pues no, claro, pero yo saco la felicidad, la alegría y la esperanza (si la saco) de otras cosas, no de un viejo cuento chino. Al menos, no vivo engañado. ¿Siguiente pregunta?"

No se puede confrontar a los ateos pensando "en clave religiosa." Eso puede valer para gente de otras religiones, desviados de la religión, pero gente en último término creyente. Si una persona es atea, es como preguntarle a un pez si no echa en falta el aire. Si pudiera contestar, contestaría "pues no, gracias, el oxígeno del agua me va de lujo."

Y a la pregunta de qué pasa si nosotros tenemos razón y al final tiene que enfrentarse al juicio de Dios, te contestan fácilmente que imagínate si los egipcios tenían razón y *tú* tienes que enfrentarte al juicio de Osiris. De nuevo, es intentar convencer en clave religiosa a una persona que carece de religión. Algunos se emperran en que el ateísmo, indiferentismo y demás es "otra creencia" y la tratan como tal. Es un error: es *la ausencia de creencia* y sólo se puede confrontar desde esa perpectiva.
17/08/17 3:03 PM
  
ricardo de Barcelona
Gracias por darnos una sencilla, pero muy efectiva respuesta, para ocasiones similares.
Un antiguo alumno de algunas de sus clases.
19/08/17 7:58 PM
  
Luis Piqué Muñoz
¡La desesperación y el aburrimiento del Mundo moderno, ése es el fruto de la Incredulidad y escepticismo ¡el hoy sagrado Relativismo! Como usted dice muy Bien, Padre, la Virtud y el Bien producen un Gozo y Felicidad ¡una Alegría! ya en esta Vida ¡el Espíritu Santo! ¡la Omnipotencia! El materialismo y la Fornicación, física y espiritual, sólo produce insatisfacción y Miseria ¡La Materia es limitada y Corrupta, el Espíritu Infinito y Glorioso! Nada más ¡Muera el materialismo! ¡Viva el Espíritu! ¡Viva la Virtud! ¡Viva Dios!
21/08/17 5:28 PM
  
Arnulfo Gomez G
Muchas gracias por el articulo, me ayuda bastante, siempre tropieza uno con personas asi, hoy en dia no es dificil encontrarlas, asi no sean de su circulo de amigos, lo mas importante es poder estar abiertos a esperarlos para cuando tengan un sufrimiento imposible de soportar desde la incredulidad y el ateísmo estar dispuestos a escucharlos y acogerlos con amor cristiano.
21/08/17 5:32 PM
  
Ignacio
Uno: Una de las formas de enfrentar a un ateo en "clave religiosa" es preguntarle por el sufrimiento y la necesidad de trascendencia, sobre todo si el caso expuesto es personal (ruina total económica, enfermedad y muerte del cónyuge o de un hijo, etc.), cuestiones que, sin la fe, habitualmente llevan a desesperación a quien las padece, y es difícil encontrar en causas humanas un fundamento tan sólido del cual hallar esperanza, o al menos una esperanza duradera; desde lo 'materialmente humano' (es decir, sin trascendencia), sólo se encuentran respuestas evasivas al sufrimiento, cuál más o cuál menos (alguno dirá que puede ser una oportunidad de realización personal, etc.), pero que a la larga, no convencen a nadie, no satisfacen la pregunta existencial frente al dolor y el sufrimiento humanos.
04/09/17 9:02 PM

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