Algo sobre la historia y la historicidad

Todos hemos escuchado hablar sobre el tema de la historia y de la historicidad, sin embargo, pocas veces encontramos reflexiones serias sobre ellas. De aquí mi inquietud de escribir algunas palabras sobre la historia y la historicidad de la persona humana que pretenden una cierta profundidad. Y lo primero que me llega a la mente es que para que haya historicidad, es necesario que exista un ente que sea consciente de la realidad, que sea consciente de sí mismo dentro de esa realidad y que participe de la realidad de un modo contingente, es decir, que ese existente sea finito y consciente de su finitud.

Ese existente ha de tener una duración que no sea eterna como es el caso del Ser Absoluto, por lo que ni Dios, ni la naturaleza son susceptibles de historia. Sólo el hombre es capaz de ser consciente de la realidad y de su presente como algo que dura sucesivamente en el tiempo. Y justo esa consciencia o percepción de la duración sucesiva que es la percepción en el tiempo es la historicidad.

La temporalidad y la historicidad son propias y exclusivas del hombre y aquí es preciso hacer la aclaración de que aunque Dios no es propiamente histórico, es el fundador de la historia en cuanto la misma historia no tiene sentido, principio ni fin si se excluye a Dios.

Por otra parte, en lo que se refiere a la naturaleza, aun cuando no es propiamente histórica, participa de la historicidad del hombre. De aquí que todo lo que hace el hombre en el tiempo sea histórico y la historia no sea otra cosa que la actividad libre de los hombres en el tiempo pasado, presente y futuro.

Pero además, si reflexionamos un poco más, no hay actividad libre que no esté precedida por la actividad intelectual, y es así como la autoconciencia o la conciencia de nosotros mismos, nos permite ver la temporalidad histórica y nos descubre necesariamente a Dios como creador de la duración sucesiva. De hecho la filosofía de la historia, como doctrina del tiempo integral, se encarga de ver cómo Dios, que es descubierto por la razón humana, interviene en los actos históricos del hombre. Porque de lo contrario, si el hombre se queda anclado en la duración sucesiva del cosmos, como si ésta fuera única y definitiva, necesariamente concluye en una visión trágica y nihilista de la historia en la que sólo le queda precipitarse a la nada.

Pero por el contrario, si consideramos el caso del conocimiento de Dios, y más aún del cristianismo, aunque apostataran todos los cristianos y rechazaran a Dios todos los no cristianos promoviendo un pluralismo relativista como el que estamos viviendo actualmente, ningún acto histórico podría escapar de la potestad de Dios. Y es que tanto en el cristianismo, como en una visión profunda de la realidad, la abominación de Dios no es más que la manifestación del mal que pone el sentido y fin de la historia en este mundo. Una exaltación de la temporalidad muy superficial y exterior que necesariamente deriva hacia el espejismo de la exaltación del hombre y del mundo que desemboca en la nada.

Cuando reflexionamos con seriedad, nos percatamos de que la conciencia es un abismo que no cabe en el alma humana y que la conciencia de ese abismo, que es justo la conciencia histórica o conocimiento del ser, del saber y del amor,  fundan la libertad o amor inicial que produce una opción primera del Bien de la que dependen las demás elecciones como medios que se ordenan a ese Bien. Si pensamos con rectitud, veremos que de que la conciencia de lo que acontece en la vida cotidiana de la humanidad es de donde se funda la reflexión filosófica sobre la historia.

Pero hay que reconocer que la reflexión meramente natural, si no pasa de lo singular, no es suficiente en el orden del conocimiento y por lo mismo no logra alcanzar el sentido último y total de la historia de una manera integral. De hecho, es la reflexión natural la que plantea el problema de la historicidad y de la historia, pero la misma historia demuestra que por sus solas fuerzas la razón natural no logra ofrecer una solución totalmente integral sin que Dios que es la Verdad se lo revele.

Por último quiero recoger de lo anterior, que aun conociendo el sentido trascendente alcanzado gracias a la razón y a la revelación, si la libertad humana opta en el tiempo histórico por rechazar la Verdad y el Bien, produce una fractura que le conduce hacia la muerte concebida como precipitarse hacia la nada. Definitivamente el rechazo al orden de la naturaleza y el rechazo a Dios en el orden natural y sobrenatural son temas los temas fundamentales de la filosofía y la teología de la historia.

Lamentablemente es por demás evidente que en este contexto histórico, el hombre se ha empeñado en concebir al mundo y al poder como algo absoluto en un egoísmo antropocéntrico que paradójicamente se vuelca hacia lo terrenal de una marera que concibiendo al mundo como algo absoluto, lo destruye y se destruye a sí mismo, porque bajo esa percepción el mundo y el hombre no tienen sentido.

3 comentarios

  
Ricardo de Argentina
"El hombre es una pasión inútil", concluyó el existencialista Sartre. Con lo cual quiso decir que la vida no tiene sentido y que de última, es absurda.
Y razonó bien, con agudeza, honestidad y rigor. Sin embargo su conclusión, tan coherente y lógica, es errónea porque partió de un supuesto equivocado: que Dios no existe.
Por el contrario, la vida tiene sentido y ese sentido se lo da Dios.

"¿Yo para qué nací?" se pregunta el ateo. Y se responde: "Para terminar en la nada".
En cambio el hijo de la Iglesia se responderá:
"Yo para qué nací? Para salvarme.
"que tengo que morir es infalible
"dejar de ver a Dios y condenarme
"triste cosa será pero posible.
"¿Posible, y río y canto y quiero holgarme?
"¿Posible, y tengo amor a lo visible?
"¿Qué hago, en qué me ocupo, en qué me encanto?
"¡Loco debo de ser pues no soy santo!"

O dicho más breve: el sentido de la vida del cristiano es aspirar a la santidad.
Luego viene todo lo demás.
30/03/16 2:53 AM
  
Antonio
¡No estoy deacuerdo! La historia aparece con la escritura, así que la historia sí tiene sentido si se excluye a Dios, es la prehistoria la que no tiene sentido si se excluye a Dios.

Perdón por la broma. No me pude resistir. Ya me callo.
30/03/16 5:30 PM
  
El Indalecio
La historia la hace Dios al crear todo. Y el hombre ha sido creado para hacer la historia de su Fe católica. Ha sido creado para creer en católico. vivir en católico y salvarse. La historia es buena o mala. La con La Iglesia es la que perdura y vale y es útil . La sin la Iglesia es inútil y es un estorbo para la historia. Lo bueno que tiene conocer bien a Santo Tomás es que te da pie para escribir pensar y hablar sobre todo deberiá serlo para los curas en sus sermones, es que te da pie para decir las cosas con fuerza, con picor, que te escueza el alma al decir lo que hay que decir. ¡ Estamos modorros ! desconocindo al Santo.
02/04/16 5:07 PM

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