María Corredentora según San Alfonso María de Ligorio.

Hay tres motivos esenciales por los cuales María es corredentora, que quiere decir que colaboró en la redención:

1. Obedeciendo a Dios:

Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia. (Lc 1,38)

2. Trayendo al Redentor al mundo:

Vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin(Lc 1,31-33) 

3. Sufriendo junto a su Hijo al pié de la Cruz:

Y una espada traspasará tú misma alma, para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones. (Lc 2,35)

El historiador Rafael María Molina, siguiendo la doctrina de San Alfonso de María de Ligorio, analiza la doctrina de María como Corredentora.

Javier Navascués y Rafael María Molina

7 comentarios

  
José Luis (OFS)
Cualquier lector atento a la Palabra de Dios, sabe muy bien, que la Santísima Virgen María, es también Corredentora, pues es el Espíritu Santo, quien nos lo ha enseñado en primer lugar, luego los Santos Padres, nos lo han explicado.

En las bodas de Caná, la Madre de Dios, intercedió ante su Divino Hijo Jesús, para sacar de un apuro cuando faltaba el vino, y Jesús hizo el milagro de convertir el agua en vino. La Madre de Dios nos lleva a Jesús: «Haced lo que Él os diga» (San Juan 2,5). Y esta es la verdadera devoción a la Madre de Dios, que perfecciona nuestra devoción, amor a Cristo Jesús. Cuando rezamos y meditamos los misterios del santo rosario, estamos siempre con Cristo Jesús y con su Madre María Santísima, la Llena de Gracia.

Son muchos los santos que fueron verdaderos devotos a la Madre de Dios, y llegar a la salvación eterna.

San Bernardo compuso esta bella oración:

Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos acudo, Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos.
Madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.

30/12/19 8:39 AM
  
Norberto E.
La Redención no es compartida, solo un Redentor: Xto.
Exagerar la especialísima intercesión de María no es acertado.
María tiene proclamados 4 dogmas, en ellos está la certeza de su figura suficientemente.
30/12/19 9:19 AM
  
José Luis (OFS)
Teme nuestro enemigo el diablo que el creyente confíe en la Madre de Dios, pero sin ellas, no podemos acertar como vamos a encontrarnos con Cristo. Fijémonos en la locura de quienes dicen aman a Dios, a Jesucristo, sin embargo, las injusticias que cometen son terribles.
En el Evangelio de San Juan dice:

«Jesús, viendo a su Madre y al discípulo a quien amaba, que estaba allí, dijo a la Madre: «Mujer, e ahí a tu hijo» Luego dijo al discípulo: «He ahí a tu Madre». Y desde aquella hora el discípulo la recibió en casa» (San Juan 19,26-27).

Por la Madre de Dios vino la salvación al mundo, compréndase, que es por el sí que dio a Dios, que se haga la Voluntad divina. Si no fuera por que quiso ser fiel a Dios, la mayoría no sabría como salvarse, porque ese sí de María, que es participar de la Voluntad divina para que, por medio de su Hijo Jesús, se salvase todo aquel que lo quisiera de verdad.
La consagración a la Madre de Dios, nos trae ventajas infalibles.
Los protestantes que dicen que aman a Jesucristo, pero que no honran a la Madre de Dios, el demonio se aprovecha de ellos para hacerle caer en cualquier tipo de maldad.

Para ser fiel a Jesucristo, debemos tener siempre presente la Voluntad de Dios. Y la Virgen María, que es la Llena de Gracia, la Llena de Dios, nos ayuda a perfeccionar nuestro camino hacia Jesucristo nuestro Salvador.

Como hemos leído el texto bíblico de San Juan (19,26-27), veo que Jesús encomendó tanto a su Madre, a continuar con la misión entre los Apóstoles, con su humildad, su recogimiento, sus oraciones, y que el bienaventurado Juan, la acogió en su casa.

Como continuadora de la obra de Dios, Corredentora, ya que sabemos que el Señor es el Redentor. Nunca se llamó a la Santísima Virgen María “Redentora”, porque eso solamente podía serlo Cristo Jesús.
Leemos también cuando después de haber visto a Jesús ascender a los cielos: «Entonces se volvieron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, que dista de Jerusalén el camino de un sábado. Cuando llegaron, subieron a la estancia superior, donde se alojaban Pedro y Juan, Santiago y Alfeo y Simón el Zelote, y Judas de Santiago. Todos perseveraban unánimes en la oración, con algunas mujeres, con María la Madre de Jesús y con los hermanos (primos) de este» (Hechos 1,12-14).

No podía faltar la Madre de Dios, aceptada por los Santos Apóstoles, por su fidelidad a Cristo Jesús.

Cuando la fe se enfría, se desvanece, se excluye a la Madre de Dios.
San Alfonso María de Ligorio escribió un precioso libro sobre las glorias de María. Ella todo lo que quiere es conforme a Dios.

Las desventajas de no consagrarse a la Madre de Dios, es que el alma es engañada por el padre de la mentira, que procura apartar a la Madre de Dios en la Redención de Cristo como verdadera Corredentora. Las Santas Escrituras nos ayuda a comprender la verdad, si nos abrimos al Espíritu Santo. Como lo hicieron los Padres de la Iglesia.

Cuando padecemos una tentación, acudimos inmediatamente a la Madre de Dios el diablo huye espantado. El diablo no puede hacer nada en un verdadero devoto de la Santísima Madre de Dios.

Por el contrario, como he referido, el diablo puede hacer tremendos estragos en las almas que no confía a la Madre de Dios, pero solo en Jesucristo.

Si la Santísima Trinidad, ha querido que María sea Corredentora, la decisión de Dios, es la correcta. Y si el Señor lo quiere, un Papa de Tradición Apostólica, lo definirá al mundo entero, como dogma de fe. Que para muchos de nosotros, por tener esas pruebas en la Santas Escrituras, es como un dogma. Muchos cristianos lo creemos profundamente. Y salimos ganando, gracias a Dios.
30/12/19 12:38 PM
  
Silvia
Estimado Norberto:

para una Madre y esta Madre, nada es suficiente, como para Su Hijo Nuestro Señor, tampoco nada es suficiente de lo que podamos hacer, rezar y alabar.

Si a tí te parece suficiente, rezaré por tí para que se te quite el velo de los ojos y del corazón..
Que Nuestra Bendita Madre del Cielo, Corredentora y Medianera de todas las Gracias te bendiga
30/12/19 1:52 PM
  
Tulkas
Nadie lo duda. El problema es el término "co-redentora". Es inadmisible tal término.
30/12/19 2:49 PM
  
Marcelo
Me parece que el Santo Padre fue Claro.
30/12/19 4:36 PM
  
Norberto E.
Estimada Silvia, creo que alguien que está consagrado mediante el Voto de Esclavitud Mariana, no tiene respecto de la Madre velo alguno, pero, no obstante, muy agradecido por sus oraciones, pedir unos por otros es fraternidad eclesial cristiana de verdad.
Como indica Tulkas, un saludo viejo conocido, la palabra no es la adecuada porque descentra, descoloca y equipara lo que no puede resultar equívoco: Xto. es el Único Redentor.
Creo importante señalar que:
"Dado que María anticipa la Iglesia en cuanto tal, y por así decirlo, es la Iglesia en persona, ese “con” se consuma en ella de manera ejemplar. Pero ese “con” no debe hacernos olvidar que el “primero es Cristo": todo procede de Él, como dicen sobre todo las epístolas a los Efesios y a los Colosenses; María es lo que es gracias a Él.
La palabra “corredentora” ensombrecería ese origen. Una intención correcta se expresa con un vocablo erróneo. En asuntos de fe es esencial enlazar con el lenguaje de las Escrituras y de los Padres; el lenguaje no es manipulable a voluntad. (J. Ratzinger, Dios y el mundo, Ed. Galaxia Gutenberg, 2005, pp.287-288)
30/12/19 8:42 PM

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