Si la Cuaresma ha sido mediocre, intentemos ser más fervorosos el Triduo Pascual

En esta Semana Santa, justo en las puertas del Triduo Pascual, deseo hacer una pequeña meditación sobre el momento fuerte del año litúrgico que empezamos por si estas pobres palabras pueden ayudar a alguien, aunque sea un poco, a tener más fervor y caer en la cuenta de la grandeza de los misterios que vamos a vivir en estos días y tener una actitud acorde a lo que celebramos.

Debemos preguntarnos si hemos vivido bien la Cuaresma, con fervor y si hemos estado fuertes espiritualmente o más bien tibios y disipados.Cuenta un familiar muy virtuoso que antiguamente la Cuaresma en España se vivía con mucha más intensidad que ahora. Era un tiempo marcadamente penitencial y se palpaba en el ambiente, en las costumbres, en el día a día. La religiosidad era algo ambiental y se vivía con mucha seriedad todo lo relativo a la fe. Hoy en día, esto no sucede y el que quiere ser fiel al Señor tiene que hacer un agere contra al ambiente imperante.

En general en estas fecha los fieles católicos hacían más oración, más sacrificios para prepararse convenientemente para vivir la Semana Santa como Dios manda. Era realmente un tiempo de más silencio y recogimiento, tiempo conversión, de hacer propósitos de cambio de vida en aras a mejorar los hábitos y las costumbres. A ello contribuían mucho las famosas Misiones Populares, hoy prácticamente desaparecidas o en la irrelevancia light. Religiosos de tosco sayal predicaban con contundencia las verdades eternas e interpelaban a un cambio de vida.

Cuenta mi tío que los muchachos iban a casa mucho más fervorosos, con santo temor de Dios. También eran frecuentes los retiros cuaresmales y los Ejercicios Espirituales.

Muchas veces me pregunto en qué ha quedado todo esto, pues hoy en día tengo la sensación de que muchos católicos viven como si la Cuaresma no existiera y todos nos dejamos llevar de esta laxitud, pues no ayuda nada el ambiente, el buen tiempo y el florecimiento de la mundanidad en nuestras ciudades.

¿En qué se diferencia la Cuaresma del resto del Año Litúrgico? Prácticamente en nada. Luego no se nota mucho la alegría de la Pascua porque ha habido tanta laxitud en la Cuaresma que no se percibe apenas la diferencia.

Antiguamente había un gran respeto, cuando en Semana Santa cerraban los cines y en las televisión prácticamente solo emitían películas sobre la Pasión de Cristo o algún tema pío. Había un gran respeto a lo más sagrado de nuestra santa religión. La religiosidad era como he dicho algo ambiental y eso ayudaba mucho.Me podrán decir que había mucha hipocresía e incoherencia, a lo que añado que seguramente mucha menos que ahora. Para empezar ha bajado dramáticamente la cantidad y la calidad de los católicos practicantes y el indiferentismo religioso impera en el ambiente. Algo estaremos haciendo mal. Esforcémonos, al menos durante este Triduo Pascual a vivir santamente, a dedicar estos días a la oración y a pedir muchas gracias para seguir perseverando en los buenos propósitos el resto del año.

 

Javier Navascués Pérez

5 comentarios

  
Silvia
Gracias, que el Señor nos conceda lo que has publicado, Felices Pascuas, por estas tierras también era así en mi infancia, siglo pasado y todo ayudaba, ahora da, damos lástima.

Muy Feliz Pascua de Resurrección, que realmente sea de Resurrección.
17/04/19 3:15 PM
  
José Luis
La modernidad, e incluso la "democracia", son incompatibles con cualquier clase de fe, no solo la católica.
Es imposible vivir rodeados de "juguetes" y diversiones superfluas y constantes, manteniendo a la vez ecuanimidad. No es un modo de vida natural para el hombre.
Por ello la Iglesia ha sido derrotada por la modernidad, pero no desde el VII, si no desde mucho antes; el concilio solo fue la declaración abierta de liquidación por derribo.
¿Porqué se extraña usted tanto de lo que sucede ahora? Es lo normal en la clase de mundo que vivimos.
17/04/19 5:38 PM
  
Carlo
Muchas gracias! me sirvió mucho el articulo.
17/04/19 8:35 PM
  
Martinna
Los creyentes se supone que tenemos claro que no seguimos las modas del mundo, así que el modernismo ambiente no debería influirnos tanto. Lo que afecta más es la falta de conocimiento del evangelio, se enseña poco y mal, así que no despierta interés. Los anuncios de la prensa, de la TV, de los centros comerciales y demás, ganan terreno porque insisten hasta la saciedad. Se nos cuelan por todos los lados sin permiso y como la gota en la piedra acaba calando. El Cristianismo se instaló en el corazón de la gente porque se proclamaba. Últimamente parece que hay que disimularlo, así que... O nos envalentonamos o lo dejamos perder.
18/04/19 12:38 AM
  
José Luis
Efectivamente Martinna, pero es que eso es uno de los efectos del modernismo, que viene de lejos.
El mundo actual, ya aceptado por la Iglesia, es incompatible con cualquier mensaje espiritual.
18/04/19 10:40 AM

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