Polémicas baldías, por el P. Luis Alberto Loyo Martín

Esta cuestión me parece mucho más grave al suceder dentro de la Iglesia, por parte de unos presbíteros que se creen el tarro de las esencias y con capacidad para enmendar la plana al Papa y los Obispos, acusando a estos últimos de realizar «una afrenta a Jesús crucificado cometida en los empobrecidos por el sistema económico y su última crisis».

Es lamentable la polémica baldía que se ha desatado en Bilbao, provocada por un grupo exiguo de sacerdotes pertenecientes al llamado “foro de curas de Bizkaia”, y que aglutina a algo más de 40, y recogida de forma desmesurada por algún medio de comunicación de amplia tirada.

Y digo que es lamentable porque lo importante de la VI. Jornada de Católicos en la Vida Pública, al margen del grupo eclesial que la organice o se sienta más o menos identificado, es la importancia de la fe cristiana en la vida cotidiana de la sociedad.

Cuando una determinada ideología, la que sea, pretende imponerse a las demás, sin darse cuenta de que se sustenta sobre planteamientos tan subjetivos e interesados como los de la otra parte que critica, por sí misma se deslegitima.

Pero esta cuestión me parece mucho más grave al suceder dentro de la Iglesia, por parte de unos presbíteros que se creen el tarro de las esencias y con capacidad para enmendar la plana al Papa y los Obispos, acusando a estos últimos  de realizar “una afrenta a Jesús crucificado cometida en los empobrecidos por el sistema económico y su última crisis”.

También les critica que paseen la Cruz de la juventud por la ría lo que describen como “un espectáculo de dudoso gusto estético”, señalando además que “no contribuye a dar gloria al Dios de Jesús de Nazaret, sino a la efímera gloria de la Iglesia y su descrédito”.

Ellos que tanto hablan de pluralidad y pasean por sus parroquias a sus estrellas “teológicas”, alguna de ellas canónicamente censurada, para que sigan confundiendo la fe de los fieles que con buena voluntad se acercan a escucharlos fiados de sus pastores, son los que ahora critican con beligerancia a otros grupos eclesiales.

Ningún colectivo ni grupo eclesial contiene la totalidad de la sensibilidad creyente, cada uno se reúne y aglutina conforme a su piedad y modo de expresar la fe. Pero para que un grupo sea considerado dentro de la comunión de la Iglesia, ha de estar reconocido por ella, y casualmente quien organiza este encuentro sí lo está, y por ello cuenta con el respaldo de los responsables eclesiales, mientras que los autores de estas críticas actúan a sus espaldas y en contra de su legítima autoridad.

Los sacerdotes, al recibir la ordenación presbiteral prometemos obediencia y respeto a nuestro Obispo, con absoluta libertad y disponibilidad. Lo hacemos con la conciencia de ser enviados a una comunidad cristiana para servirla en la fe, la esperanza y el amor, en fidelidad al Evangelio y a quien en nombre de Cristo apacienta su grey por la sucesión apostólica. Sin embargo cuando olvidamos esta responsabilidad y nos creemos en posesión de una verdad, que por partir de nuestros prejuicios personales y no del contraste eclesial, está contaminada de subjetividad e interés, en vez de realizar la sagrada misión que se nos encomendó, la manipulamos y distorsionamos, poniendo en serio riesgo la fe de nuestros hermanos.

Todo grupo o movimiento es en sí mismo imperfecto por no poder abarcar la totalidad de los matices de la enorme riqueza que encierra la fe en Jesucristo, pero para eso estamos los ministros de la Iglesia, para cuidar, animar y orientar desde la fidelidad a Cristo y a la Tradición eclesial, al Pueblo de Dios que ansía vivir con coherencia y disponibilidad su fe, y sentirse fortalecidos en la esperanza. Hagámoslo desde nuestra capacidad personal, pero no confundamos nuestras sensibilidades particulares con la naturaleza fundamental de la fe, la cual ha de ser siempre contrastada y purificada desde el Evangelio del Señor y en la comunión eclesial.

 

P. Luis Alberto Loyo Martín, Deán y Párroco de la S.I. Catedral de Bilbao

13 comentarios

maria
Pues este obispo precisamente es de lo más sensible como no podía ser menos con las personas que están afectadas por la crisis económica.
10/04/11 2:32 PM
DEOLAVIDE
¿Qué medidas ha tomado la Jerarquía de la Iglesia para meter en cintura a este foro de curas descarriados?
10/04/11 8:09 PM
Antonio
Sus diferencias con la Jerarquia las deben de tratar en privado. ¿Por qué las hacen públicas? ¿no se dan cuenta del mal tan grande que hacen al pueblo fiel y llano? si no están de acuerdo con el Obispo ni la Jerarquia tienen la libertad de marcharse.
11/04/11 7:12 AM
P
Conozco tanto a Luis Alberto como a algunos de los curas del foro. Simplemente están ejerciendo su derecho a opinar sobre nuestra Iglesia porque la quieren y no les gusta algunas de las acciones que hoy en día se hacen desde la Jerarquía o desde las bases. Pero ello no significa que se crean en la verdad absoluta porque nadie la tiene, ni los del foro, ni Luis Alberto, ni la Jerarquia.
11/04/11 12:38 PM
Vicente
P, léete lo que dice el Vaticano II respecto a la jerarquía y lo que tanto sacerdotes como fieles deben de hacer respecto a la misma. Luego vienes y nos lo cuentas.
11/04/11 3:01 PM
Angeles
Por caridad, podría decir alguien a este foro ( que cree representar a alguien aparte de a si mismos )que ya somos mayorcitos para pensar por nosotros mismos....?
11/04/11 3:28 PM
Jesús
Ya era hora de que alguien respondiera a los que pretenden manejarnos. Bravo por el P. Loyo.
11/04/11 6:17 PM
Javier
Cabria preguntarse qué afán persiguen al escandalizar de esa manera y hacer tanto daño a la Iglesia.
El texto que publican es de pura dialéctica marxista y no les pediría yo que estuvieran plenamente identificados con aquellos que apostamos por la defensa y promoción de la dimensión pública de la fe, pero al menos, que no busquen la resonancia mediática de esa manera tan vergonzosa.
Pediré por ellos y, aparte, dedicaré mis esfuerzos para que esta Iglesia que peregrina en nuestra diócesis no se aparte de la fe de Cristo.
11/04/11 10:58 PM
Carmen
Por qué son siempre los mismos los que ponen la cara para que se la partan con nombre y apellidos y los que hacen daño se refugian entre foros y asociaciones? Por qué en barría no se plantan los laicos liberados ante sus jefes y les plantean que esa no es su guerra? Las luchas de poder existen y existirán, los cobardes tambien
11/04/11 11:29 PM
Arantza
Somos bastantes aquellos que hemos tenido la suerte de conocer tanto a Luis Alberto como a otros miembros de la iglesia de Bizkaia y que en estos momentos se posicionan en torno al foro citado, dada la rotación de presbíteros por nuestras parroquias. Si hacemos un pequeño esfuerzo por mirar con realismo a nuestra actual Iglesia no debería resultarnos estraño reconocernos en esta inquietud y esta lucha por evolucionar desde diferentes prismas y talantes, a fin de cuentas no somos más que parte de la sociedad en la que vivimos. No quisiera de nadie el afan de protegerme de la ruptura y la transformación dado que es el crecimiento el que nos distingue como personas que maduramos, y también en la fé. En este sentido necesito y agradezco la proliferación de perspectivas, que por rupturistas y críticas que sean seguro que provienen de una reflexión profunda y prolongada. Quiero creer que la evolución y el crecimiento provienen de los conflictos de los que han manado como nuevas soluciones. Y finalmente, como creyente de base quiero tener acceso al conocimiento y a la opinión, ya que el tiempo de entender a los laicos como meros espectadores de esta Iglesia por fortuna ha terminado para dar paso, aunque sea a trompicones, a una Iglesa que sueña con ser más democrática y solidaria.
Un abrazo.
13/04/11 4:22 PM
Ana
¿DIALOGO SERENO O DIALOGO CRISPADO?

La discrepancia ha existido, existe y seguirá existiendo dentro de la Iglesia. ¿Es realmente baldía? Me parece más bien un germen lleno de vida y un signo de búsqueda sincera, que bien abonado con un diálogo sereno podría ser muy fecunda.

La diferencia fundamental entre el tratamiento de la discrepancia en el pasado y en la actualidad, es que entonces se recurría hasta a la violencia para acallarla y, en nuestra sociedad de la información, es imposible callar a quien no quiere callarse, ni tapar ojos y oídos a quien quiere leer y escuchar. Para muestra, un botón: en los últimos años hemos visto cómo cuando la jerarquía censura un libro, éste se convierte en un best seller; cuando quiere silenciar a algún teólogo, éste apenas puede cerrar la boca, con una agenda de charlas y conferencias cerrada con meses de antelación.

Ante esta situación, se me ocurren dos reflexiones-propuesta:
1. Ante la convivencia de monólogos, cada vez más estridentes: ¿no sería más inteligente habilitar los cauces para que se diera un diálogo sereno en lugar de un “diálogo” tan crispado?
2. Vistos los artículos y el tono de parte de nuestro clero, que no siembran paz, ni transmiten amor fraterno, ni transpiran bondad. ¿No habrá llegado quizá el momento de delegar menos la dirección de la construcción del Reino en nuestros curas, de descansar menos en ellos, y ponernos los laicos y las laicas manos a la obra con mayor determinación? Somos el grueso de la
14/04/11 12:48 PM
ANA
(continuación: ¿Diálogo sereno o diálogo crispado?)

Somos el grueso de la Iglesia, las manos y los pies de Dios. Formémonos para tener criterio y no ser manipulados, sembremos paz, seamos sensibles y solícitos en nuestros entornos, construyamos, construyamos… construyamos…


Paz y Bien.
15/04/11 3:23 PM
Luis Fernando
Eso formémonos con el Catecismo, con el magisterio pontificio, con la lectura de los padres de la Iglesia y la vida de los santos. No nos formemos con aquellos que desde dentro de la Iglesia combaten sus enseñanzas.
15/04/11 4:51 PM

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