Artículo del Vicario General de Palencia sobre Monseñor Munilla

He descubierto en él una lucha sin parangón contra el relativismo, la tibieza y la mediocridad.

Nuestro Obispo

Ahora vamos a entrar en sede vacante. Después del día nueve de enero tenemos que prepararnos para esperar un nuevo obispo que guíe la nave de nuestra diócesis. La confianza en el Espíritu apaciguará la incertidumbre y el trabajo riguroso e ilusionante hará que el nuevo obispo entre con la serena certeza de que en esta tierra somos “gente de buena masa”.

En este año y medio como su Vicario General, la mitad de su tiempo entre nosotros, he aprendido mucho de don José Ignacio y también le he ayudado, junto al Pro-vicario y al Vicario de Pastoral, en todo lo que he podido. Me he encontrado con un hombre creyente, bueno y trabajador, preocupado y ocupado por la buena marcha de esta porción de Iglesia y, en este sentido, nada se le pone por delante, porque sabe de quién se ha fiado. Su lema episcopal: “En vos confío” los deja bien claro.

He descubierto en él una lucha sin parangón contra el relativismo, la tibieza y la mediocridad. Desea creyentes bien formados, entregados y místicos, porque esta es la única manera de salir de la superficialidad y de la manipulación de cualquier tipo. Personas de oración contemplativa y de entrega desinteresada de su tiempo y de sus bienes. No le gustan las ñoñerías, por muy religiosas que estas parezcan, ni las medias palabras o intenciones.

Ama a la Iglesia con pasión. Sufre profundamente cuando una comunidad, unos laicos, o unos sacerdotes, se tambalean por miedos, por indefinición, por falta de humildad, de pobreza o de obediencia. Pero es comprensivo con las debilidades y los pecados que todos arrastramos y que el mismo se reconoce. Le duele la incapacidad que a veces mostramos para manifestar el amor que Dios nos tiene, amor arrollador para todo aquel que quiera aceptarlo.

Aunque parezca mentira, nos se siente un obispo mediático, pero por la soltura y la destreza que manifiesta, de la Conferencia Episcopal, es uno de los mejores surfistas que domina la cresta de las olas de los medios. Sabe que los medios de comunicación son un importante camino de evangelización, los areópagos del siglo XXI, y debemos estar en ellos para gritar contra viento y marea a los que nos quieran escuchar.

Nadie le puede enmudecer, sólo guarda silencio si hablan mal de él. En él no hay medias tintas ni palabras diplomáticas. Cuando tiene que resolver un problema que entraña dificultad pregunta, escucha todas las opiniones, piensa y te mira a los ojos, pide aclaraciones y expone una posible solución. Si no está aún claro, lo deja para otro encuentro y nos pide que lo recemos. No se medra, habla con quien  tenga que hablar y dice lo que tenga que decir. No es lo que mucha gente espera de un obispo al uso, es joven, dinámico, sin complejos, con muy buen humor y… la ropa se la hace su madre.

Muchas personas me preguntan cómo se encuentra ahora nuestro Obispo. La verdad es que don José Ignacio no tiene miedo, porque el miedo entorpece la marcha de los acontecimientos y de la misma vida.  El miedo lo provoca el que no se cumplan tus expectativas o el que seas rechazado, cuando lo que buscas es agradar. Nada de esto pasa por su mente. No ha buscado nada, ha sido llamado y responde ¡Aquí estoy!. Tiene la certeza que el camino del discípulo es como el del Maestro, que “aprendió en la escuela del dolor lo que cuesta obedecer” [Hb 5,8].

Todo esto, y el trabajo a pie de obra con nuestro Obispo, me hacen sentir que, como otras muchas personas, le voy a echar en falta… pero, mi fe me dice, que el Señor sabe lo que hace.

Antonio Gómez Cantero, Delegado Episcopal “ad universa”, diócesis Palencia

1 comentario

Jose
Acabo de volver de Alemania. Allì he podido hablar con otros sacerdotes del "asunto Munilla". Al final hemos estado todos de acuerdo: La actitud de Mons. Munilla es la de un verdadero obispo. Desde aquì expreso mi màs sincera cercanìa con la oraciòn y el afecto.
1/01/10 12:50 AM

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