El deseo de familia está vivo

El deseo de familia está vivo

Llevamos décadas con uno de los índices más bajos del mundo en la natalidad, y este dato está pasando factura ya a nuestra sociedad. Si una sociedad no es capaz de transmitir la vida a la generación siguiente, es una sociedad que fracasa en una de sus tareas fundamentales.

«El deseo de familia permanece vivo, especialmente entre los jóvenes, y esto motiva a la Iglesia». Como respuesta a ese anhelo «el anuncio cristiano relativo a la familia es verdaderamente una buena noticia». Con estas palabras comienza el Papa Francisco su exhortación apostólica Amoris laetitia (AL), dedicada al amor humano en la familia. Hay crisis, ciertamente, en este y en tantos campos en este cambio de época. Pero el amor humano es precioso y el Evangelio tiene una buena noticia para ese amor humano que se vive en familia. ¿Cuál es esa buena noticia?

En primer lugar, que Dios vive en familia, Dios es familia. Son tres personas –Padre, Hijo y Espíritu Santo- que se llevan maravillosamente, todo lo tienen en común. El Dios que nos ha revelado Jesucristo no es un Dios solitario y aburrido, lejano, inaccesible. No. Es un Dios amor, familia, comunión, cercanía, que ha abierto su círculo más íntimo para hacernos partícipes de esa felicidad a todos los humanos. Todos -sea cual sea nuestra situación, nuestra condición- tenemos un lugar en el corazón de Dios. Nadie se sienta excluido porque Dios lo ha traído a la existencia para hacerle experimentar ese amor eterno e infinito de Dios, para hacerle feliz.

Y a su imagen, Dios ha creado al hombre, «varón y mujer los creó» (Gn 1,27). «La pareja que ama y genera la vida es la verdadera «escultura» viviente capaz de manifestar al Dios creador y salvador» (AL 11). Cuando la ideología de género afirma que no hay diferencia entre el varón y la mujer y que cada uno puede elegir para sí lo que quiera en este orden de cosas, está ignorando esta realidad honda de la persona humana, que tiene arraigo bilógico, existencial e incluso religioso. Ninguna persona debe ser discriminada por su orientación. Todos tenemos un lugar en el corazón de Dios y de Dios nos sentimos amados, sean cuales sean las condiciones de nuestra vida. Pero ese Dios que nos ama ha trazado un plan para de felicidad del hombre, y nosotros los humanos no podemos enmendar la plana a Dios.

«La ideología de género –recuerda el Papa Francisco- niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de mujer. Ésta presenta una sociedad sin diferencias de sexo, y vacía el fundamento antropológico de la familia. Esta ideología lleva a proyectos educativos y directrices legislativas que promueven una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente desvinculadas de la diversidad biológica entre hombre y mujer… No caigamos en el pecado de pretender sustituir al Creador. Somos creaturas, no somos omnipotentes. Lo creado nos precede y debe ser recibido como don» (Papa Francisco, Amoris laetitia, 56). He aquí uno de los retos más importantes en el campo de la familia hoy.

Y junto a esto, el invierno demográfico, es decir, los pocos niños que nacen en España. Llevamos décadas con uno de los índices más bajos del mundo en la natalidad, y este dato está pasando factura ya a nuestra sociedad. Si una sociedad no es capaz de transmitir la vida a la generación siguiente, es una sociedad que fracasa en una de sus tareas fundamentales. Son muchos los factores que concurren en este cataclismo, no depende sólo los esposos. Están las autoridades con sus planes de gobierno y de ayuda a las familias en todos los aspectos, está la sociedad entera con su mentalidad a favor o en contra de la vida. ¿Qué programa de gobierno será capaz de estimular a los esposos a ser generosos en la transmisión de la vida? Y en la tarea educativa que le acompaña.

La Sagrada Familia de Nazaret –Jesús, María y José- se nos presentan hoy como modelo de convivencia, donde el amor es el clima de relación de todos sus miembros. Pedimos hoy al Señor por nuestras familias, agradecemos a Dios haber nacido y crecido en una familia. Apoyemos todos la familia, que sigue siendo el nido del amor y el ámbito más valorado hoy en nuestros contemporáneos. Si nos acercamos un poco más al proyecto de Dios, seremos más felices en este campo tan vital de la familia.

Dios bendiga a nuestras familias, especialmente a los jóvenes que se casan o se van a casar en este año. Y a aquellos que han sido fieles durante 25 o 50 años, y lo celebran gozosos con sus hijos y nietos. Felicidades a todos.

Con mi afecto y bendición:

+ Demetrio Fernández, Obispo de Córdoba

 

11 comentarios

Hector R
Una de las cosas que mas provoca tristeza es pensar de aquellos jóvenes que quieren encontrar una pareja para casarse y vivir en santidad. Les es ya difícil encontrar a alguien :( Muy triste Dios no los abandones por favor
29/12/17 7:50 PM
Juan Alonso
Ya vemos los "brotes verdes del concilio".
29/12/17 9:07 PM
DJ L
La población mundial pasó de 1.500 millones de habitantes (año 1.900) a 6.000 millones de habitantes (año 2.000) en tan sólo 100 años.

Los españoles, y en general los occidentales, somos necesarios pero no imprescindibles. La vida, obra de Dios, continuará.
29/12/17 11:00 PM
Esron ben Fares
No creas Hector, soy joven y si hay chicas que quieren vivir en santidad. Conozco a varias. Alegrate. Es sòlo cuestiòn de buscar en los lugares donde asisten los cristianos. Ánimo
30/12/17 4:04 AM
Mar
Ahora vienen las lamentaciones, pero esta jerarquía tenía que haberse opuesto con uñas y dientes al divorcio, al aborto y a la eutanasia. Debían haber dicho a quien NO se podía votar... pero desde el 78, tomaron estos tres males (progresivos), como algo inevitable y miraron para otro lado. Sobre todo en épocas de gobierno del PP, porque ya se sabe que el aborto del PP es menos malo que el del PSOE. Y ahora de que se quejan? Reconozcan su desidia y transigencia y luego lloren su omisión.
30/12/17 8:37 AM
Franciscus the first
Una consecuencia obvia será la escasez de sacerdotes nativos. Y si no hay sacerdotes no hay quien administre los Sacramentos. Y sin administración de Sacramentos, particularmente la Santa Misa, sanseacabó. Nos quedan tres telediarios (a la Iglesia católica tal y como la conocemos; sabemos que el Señor la sostiene y dirige y en Él confiamos. A pesar de sus pastores).
30/12/17 2:22 PM
Hector R
Muchas gracias, Esron ben Fares por tu consejo y me llena de esperanza saber que hay muchos jóvenes hombres y mujeres como tu y yo que buscan la Santidad en el Matrimonio. Que Dios te bendiga y bendiga tu vocacion, Paz y bien
30/12/17 3:14 PM
Juan Mariner
En efecto, Mar, los jerarcas prefirieron seguir las consignas de su grupo social, antes que el Evangelio. No hacía falta ser un suicida temerario, un acomplejado político (desde los años 60 ya no estaban con el franquismo), un desfasado temporal y anacrónico, un extremista minoritario..., sólo era necesaria cierta coherencia intelectual y una actitud crítica positiva y lo demás ya viene por sí solo sin sangre y sin muertos en la calle. El dramatismo sólo lo ponía ETA y similares, por desgracia
30/12/17 7:27 PM
Luis
No le echéis la culpa al empedrado, que es la famosa paradoja demográfica y no conoce de religiones, sociedades ni culturas. Cuanto más desarrollada, segura y próspera es una sociedad, más bajan sus tasas de natalidad. Ahí tenemos dos casos de tradición cultural y religiosa bien distinta como son Japón y Alemania demostrándolo. Y al menos en Japón os aseguro que el CVII o la jerarquía católica o las corrientes del cristianismo en general se la refanfinfla al >97% de la población.

Los mismos inmigrantes que se supone que "nos van a desplazar", "nos van a comer", etc., a la 2ª generación tienen 1 hijo más de media que los nacionales y a la 3ª, exactamente la misma tasa de natalidad, sean cristianos, musulmanes o del Atlético de Madrid.
2/01/18 9:07 AM
Franciscus the first
Monseñor, ¿por qué no consulta con Josef Seifert? Haría mucho bien con ello. Seifert sabe más de doctrina católica (y de coherencia intelectual y doctrinal) que muchos obispos.
8/01/18 6:53 AM
Fernando G. B.
Y luego los políticos no hacen más que quejarse de la despoblación e inventan observatorios, jornadas, cumbres, comisiones, planes,... Partidarios del aborto, acérrimos defensores del antinatalismo, sorprendiéndose de que no nacen niños y de que la población baja. Y para algún político suelto que tiene algún cargo de alcalde y poco más y sí pone el dedo en la llaga, se lo cargan...
9/01/18 8:28 PM

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