«No negamos la Comunión»

Así de rotunda, y así de clara, ha sido la portavoz de la Diócesis de Baton Rouge (Luisiana. EEUU), al salir al paso de una queja que elevó un homosex, casado con otro igual, al que, en una parroquia de la ciudad, se le había negado la Sagrada Comunión cuando se acercó a recibirla en un Misa. Era conocida, por pública, su situación, y el sacerdote, sabedor, se la negó.

El homosex, ni corto ni perezoso, sino estimulado por el ambientillo público que, en el seno de la misma Iglesia Católica, se ha creado en torno a este tema, se quejó al sr obispo, que perdió la categoría que se le supone y el honor que se le debe, en cuanto adelantó sus disculpas por el hecho. Disculpas que la portavoz de la diócesis se apresuró a confirmar, rematando la faena –al menos, de rabo; no sé si hubo más trofeos- afirmando que qué barbaridad: «Nosotros no negamos la Comunión». Hablando de la homosexualidad, dijo que «eso es algo entre Dios y la persona».

Y, naturalmente y como no podía ser de otra manera, se agarró a la frase que ha hecho furor entre la progrez eclesial, tomándola como divisa para justificar cualquier aberración: «¿Quién soy yo para juzgar?». Por supuesto, sin haber entendido ni el texto ni el contexto de lo dicho el Papa.

Así están las cosas. Y no lo recojo porque confirme «de pe a pa» lo que escribí en mi anterior artículo acerca del desprecio práctico, a la hora de la administración de los Sacramentos –no es el caso del que le negó a este sujeto la Comunión- del «ex opere operantis», es decir, de las condiciones que son necesarias para admitir a un fiel a cualquiera de los Sacramentos que Cristo mismo instituyó, y entregó a la Iglesia Católica para que los administrase: «No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas a los cerdos» (Mt 7, 6).

Un desprecio, por cierto, que se alienta o, como mínimo, se disculpa, desde la misma jerarquía católica, como en el caso que nos ocupa. Y lo digo con toda la pena de la que soy capaz desde mi condición de sacerdote.

¿Le va a decir alguien –de los que pueden decírselo- algo a este buen hombre? Me refiero al obispo, claro. Él, por su parte, sí se lo ha dicho al sacerdote de su presbiterio: y, para más escarnio público, publicándolo a los cuatro vientos.

¿La Iglesia –hablo ahora humanamente-, se puede «sostener» con estas (anti)praxis y estos anti-testimonios? ¿Es perdurable, como lo ha sido por más de 2000 años, y eso a pesar de herejías, persecuciones e intentos de borrarla repetidamente de la faz de la tierra?

Leía hace unos días que la jerarquía alemana «no se explicaba» los cientos de miles de fieles católicos que se han dado de baja en la Iglesia, sólo el año pasado. No sabían cómo les había caído tal maldición cuasi-bíblica, ya que estamos en un ámbito eclesial.

Se ve que ni me han preguntado, ni me leen. Así les va.

(Lo digo de broma: porque el tema es de llorar).

Por José Luis Aberasturi y Martínez, Sacerdote

12 comentarios

Noemi
Se puede hacer algo para apoyar/animar al sacerdote que actuó correctamente?
23/07/15 2:58 PM
lucila lopez
Felicito al padre que nego la comunion, es decir q le esta ayudando al homosexual a no hundir mas su alma y oro por el q pido disculpas porq no tiene claro el valor y el sentido de la comunion. Pobres los pastores q estan llevando las obejas a la perdicion.
23/07/15 4:18 PM
Menka
Van marcando el camino los de esas diócesis... de salirse de la Iglesia. Tengan permiso que quieran tener.
23/07/15 4:57 PM
Luis López
Exacto Lucila. Negarle la comunión a un pecador que sigue exhibiendo su pecado es una suprema obra de caridad.

Lamentable lo del obispo, por cierto.
23/07/15 6:33 PM
Jaime Fernández de Córdoba
Hoy en día lo normal resulta heroico. Por cumplir son su deber este buen sacerdote se ha convertido en un Quijote.
23/07/15 10:15 PM
Miguel Antonio Barriola
Dos noticias hoy en Infocatolica que lo dejan a uno helado, comprobando lo extendida que se encuentra esta falsa piedad o misericordia.
Ya se ha instalado en el seno mismo de la Iglesia el cisma práctico. Y...ni una llamada de atención de quienes deberían hacerlo.
Sancte Michaël archangele, deffende nos in proelio!
23/07/15 11:55 PM
Gregory
Si el homosexual ha emprendido un camino de conversión y castidad ¿quien soy yo para juzgar?
24/07/15 1:18 AM
Mon Hernandez
Bien por el Sacerdote, cumpliendo la Palabra de Dios. Galatas 1, 10 «¿Con quién tratamos de conciliarnos?: ¿Acaso tenemos que agradar a los hombres? Si tratara de agradar a los hombres, ya no sería siervo de Cristo.»
24/07/15 4:24 AM
María-Ar
El obispo lamentable...
Me pasó con un sacerdote y me contestó igual " damos a todos la comunión, no podemos negarla". En este caso era a un grupo de concubinos y dos homosexuales.
Dios, nuestro Señor, tenga piedad de ellos.
+
25/07/15 7:03 AM
Beatriz Mercedes Alonso (Córdoba - Argentina)
¡¡¡Qué doloroso lo que estamos viviendo!!! Todo al revés. Se descalifica al que actúa como Dios manda y se cantan loas al pecado.

Dios nos proteja.
27/07/15 6:49 PM
Silvia Liliana Sueyro
No pidan mas la comunión, por favor, no molesten más a la Iglesia, si no dejan el pecado .Sacerdotes ,no bajen los brazos, porque Dios nos mira y eso es lo único que nos debe importar.
28/07/15 5:28 AM
Joel
Joel (en espera de validar)

El reformismo que en realidad es la Reforma radical de la Contrarreforma de Trento, lo primero que hizo fue meter cuñas de confusión en el concepto mismo de Liturgia que deriva de Heb 8,2 cuyo texto, a pesar de ser la referencia, en los pronunciamientos del Vaticano II solamente se cita una sola vez. Es inútil cualquier otra referencia para la comprensión cabal de cuanto se encierra en el vocablo Liturgia en sentido católico, en el que no se precisan diálogos y consensos sino asumir la FE Católica de la Revelación del Señor. Y que no se queda en solemnidad protocolaria.
Es en los Sacramentos cuando y donde se hace efectiva la acción santificadora del Espíritu Santo, activación transmutadora,pero resulta que esta realidad sobrenatural santificadora choca frontalmente con enunciados conciliares en la Declaración Nostra aetate tal como se interpretan.
Y como quiera que se encuentran incompatibles ha de decaer la FE Católica en obsequio de la interconfesionalidad y la interreligiosidad. Cuestión irresoluble y definitoria de la FE. Cuestión de optar. El preSínodo ya ha optado hasta por el cuestionamiento del concepto pecado. Entramos en el talmudismo regresivo de un Dios intuido protector, en lugar de la Revelación de Cristo: de Dios Redentor y Salvador por la santificación de nuestras vidas por el Espíritu Santo que es la conversión a la que somos llamados. Sacramento es la traducción latina en católico del término misterio. Puede degradarse la R
13/08/15 11:05 AM

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