La familia como solución

Algunos, con una enorme irresponsabilidad, no han dudado en afirmar que debía replantearse incluso su naturaleza y en algunas naciones -España entre ellas- se ha legislado de manera que el concepto mismo de familia ha quedado desvirtuado.

La Iglesia, fiel a la misión que Cristo le encomendó de ser la luz del mundo, se mantiene tenazmente firme en la defensa de la familia, aunque la ataquen por ello. Un hecho que lo demuestra es el Congreso y la Jornada Mundial de la Familia que, desde hoy hasta el domingo, va a tener lugar en México. La familia se ha visto en estos últimos años como un problema. Algunos, con una enorme irresponsabilidad, no han dudado en afirmar que debía replantearse incluso su naturaleza y en algunas naciones -España entre ellas- se ha legislado de manera que el concepto mismo de familia ha quedado desvirtuado. Sin embargo, para la Iglesia, la familia no es un problema sino que, por el contrario, es la solución a muchos de los problemas que existen. De ahí la enorme gravedad que revisten los ataques que sufre la institución familiar, porque al herirla se está impidiendo que se pongan en marcha las soluciones que se necesitan para resolver muchas y graves cuestiones. Por ejemplo, la familia es el lugar donde los niños aprenden el «arte de amar», de convivir, de ser generosos; si la familia es debilitada, la capacidad de socialización, de convivencia, de las futuras generaciones será mucho menor y eso llevará a un aumento de divorcios, con las consecuencias terribles que son fáciles de imaginar. La Iglesia, consciente de todo esto, ofrece dos servicios a la familia: la defensa de sus derechos cuando los políticos los olvidan y una asistencia pastoral. Démosle gracias a la Iglesia, hoy más que nunca, por todo ello. La Razón

Santiago Martín, sacerdote

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