Multitudinario encuentro del Papa con el Camino Neocatecumenal

Era impresionante la multitud reunida para el acontecimiento. Y daban una hermosa imagen de felicidad. La edad media, bajísima. Había muchísimos niños y apenas personas de la tercera edad.

Muchísimos sacerdotes, jóvenes la inmensa mayoría, todos de impecable clergyman. Y más de medio centenar de cardenales y obispos. Entre ellos Rouco y Cañizares. Ambos en lugar muy destacado. Los dos en primera fila y el cardenal de Madrid inmediatamente al lado de quienes encabezan ese movimiento.

Recuerdo un acto parecido, hace creo que exactamente un año, día más, día menos, con Benedicto XVI. Es pues evidentísimo que la Iglesia quiere y bendice el Camino. Sin duda el movimiento más en auge hoy de todos los de la Iglesia. Y que no parece conocer, al menos de momento, estancamiento alguno.

Para mí fue un gozo eclesial el espectáculo. Allí estaba Dios. Y cuando las cámaras nos presentaron a un niñito Dawn, en el Camino no se aborta, me emocioné al verle. Y me acordé de tantos iguales que él, tan hijos de Dios como él, que no han llegado a nacer porque fueron asesinados en el vientre de sus madres. En un genocidio abominable que la asquerosa sociedad de hoy reclama como detrecho de la mujer. Derecho a matar a sus propios hijos.

El tema de los kikos ha llenado las páginas de este Blog de comentarios. Creo, y me alegro mucho por ello, que ha casi desaparecido la insostenible tesis de que no son Iglesia sino algo contrario a la misma. Cosa muy distinta de que a algunos no les guste el Camino Neocatecumenal. O algunos aspectos del mismo. Que me parece legítimo. Y que se puede expresar.

Numerosas familias recibían en el acto la misión de la Iglesia, no de Kiko Argüello, para ir a evangelizar en lugares remotos y no pocas veces abiertamente hostiles. Y allí se iban, felices, con un sacerdote y con sus niños. Dejándolo todo. Confiando solamente en Dios. Me parece admirable. Puedo entender que algunos no lo comprendan. Dios no les habrá llamado a eso o no tendrán la suficiente confianza en Él para entregarse así a propagar el Evangelio. Pero aunque no seamos capaces de imitarles me parece lamentable que les critiquemos su entrega. Al ver hoy a esas familias, por mi parte, chapeau. Y viendo a los sacerdotes que les van a acompañar en esa determinación heroica, benditos seminarios Redemptoris Mater. Que cada día son más. Ahí si que no hay el menor atisbo de carrrerismo eclesial.

Creo que en el Blog ha decaído mucho la hostilidad a algo que es Iglesia y que la Iglesia reconoce como tal. Ya hace falta libre examen para erigirse en expendedores de carnets de catolicismo por encima de Papas, cardenales y obispos. Porque aquí no estamos ante la opinión particular de un Papa o de un sucesor de los Apóstoles sino ante una repetida ya por muchos años declaración de eclesialidad. Aunque ello no cubra todas las ocurrencias de Kiko, Carmen o cualquier catequista o miembro del Camino.

El Papa que, en algún nomento parecía contemplar con asombro la volcánica intervención de Argüello, les dirigió muy hermosas palabras de acogida y aprobación. Y también alguna advertencia para su mejor ubicación en la Iglesia. Hablo de memoria pues todavía no leí el texto de la alocución. Pero creo recordar que les exigió su integración en la comunidad eclesial bajo la autoridad de los pastores diocesanos incluso renunciando en ocasiones a las propias peculiaridades del Camino si ellas rompieran esa comunión.

Un acto hermosísimo que manifestó sin la menor duda que aquello era Iglesia. Y en mi opinión, mucha Iglesia. Francisco feliz besando a infinidad de niños que iban a acompañar a sus padres en el anuncio de Cristo. A los lugares más lejanos e inhóspitos. Ya el opinar sobre la guitarra de Kiko, su oratoria, los besos de Carmen, la música... queda al gusto del consumidor.

 

Francisco José Fernández de la Cigoña

Publicado originalmente en La Cigüeña de la Torre

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