No a la adopción infantil por parejas homosexuales

La Iglesia Católica alaba la adopción por ser un acto supremo de caridad donde se acoge como hijos a niños huérfanos o desamparados, pero también sostiene que deben cumplirse determinados requisitos para asegurar el beneficio de los infantes adoptados.

En Bolivia, al igual que en otros países, existe una presión por parte de grupos activistas de transexuales, lesbianas, gays y bisexuales para legalizar las uniones entre personas del mismo sexo y equipararlas al matrimonio, incluyendo el derecho de adopción. El argumento fundamental de esa reclamación es la no-discriminación en razón de la orientación sexual o identidad de género, apoyándose en el artículo 14.I. de la Constitución Política del Estado (CPE).

Esa argumentación, sin embargo, no nos parece correcta. Sería una discriminación si hubiese un legítimo derecho universal a adoptar que fuese negado por razones injustas o arbitrarias. Nada de eso se da en el caso que tratamos. La Declaración Universal de Derechos Humanos (1946) reconoce únicamente a los varones y mujeres el derecho a casarse y constituir una familia como la célula natural y fundamental de la sociedad (art. 16). Por ello también en Bolivia la CPE reconoce al matrimonio como la unión del hombre (varón) y la mujer (art. 63). Este reconocimiento se basa en la naturaleza bipolar humana, masculina y femenina, llamada a complementarse en la unión heterosexual del matrimonio, tal como reconocen a nivel universal la gran mayoría de las culturas y por supuesto todas las de inspiración cristiana.

La adopción de infantes, si bien siempre ha existido, recientemente ha sido regulada por la Organización de las Naciones Unidas en la Convención sobre los Derechos del Niño (1989) para protección de las niñas o niños huérfanos o en situaciones de indefensión. Se subraya que la principal finalidad de la adopción debe ser siempre el interés superior del niño (art. 21).

Con esa premisa es obvio que las legislaciones de cada país deben establecer ciertos requisitos a las personas para poder adoptar. En Bolivia el Juez de la Niñez y Adolescencia concede la adopción infantil sólo a personas casadas o unidas legalmente y también a las personas solteras. Este requisito, lejos de ser arbitrario, es una protección para garantizar el beneficio del infante adoptado (Código del Niño, Niña y Adolescente art. 62-68, 80, 82).

Las parejas homosexuales no garantizan el desarrollo armónico integral de infantes adoptados, tal como muestran algunos estudios estadísticos realizados. Aunque las investigaciones todavía no son exhaustivas y muchas de ellas están parcializadas, ya se detectan claras desventajas en el desarrollo de los menores adoptados por parejas homosexuales frente a los adoptados por parejas casadas.

Un valioso estudio realizado en España el año 2005 con el expresivo título «No es igual» (HazteOir.org) recoge los resultados de diversas encuestas hasta esa fecha con los siguientes resultados: Los menores adoptados por parejas homosexuales han tenido mayores problemas psicológicos (baja autoestima, rechazo a uno de sus progenitores, trastorno de identidad sexual, inseguridad respecto a su vida futura en pareja, estrés). Adolecen de mayores trastornos de conducta (drogadicción, disfunciones alimentarias, fracaso escolar, peores calificaciones y mal comportamiento en clase). Con más frecuencia han sufrido experiencias traumáticas, como ser los abusos sexuales paternos y la ruptura de la convivencia de sus progenitores homosexuales. Además se constata en los menores adoptados una mayor tendencia homosexual que comprometerá su vida futura (problemas en la salud mental y sexual, tendencia al suicidio) y sus relaciones afectivas (mayor promiscuidad y relaciones con menores de edad).

Más recientemente en EEUU el sociólogo Mark Regnerus de la Universidad de Texas dio a conocer una investigación titulada «Cuán diferentes son los niños adultos de padres con relaciones homosexuales» (Social Science Research, julio de 2012). El estudio compara adultos que han sido niños adoptados por unas 3000 parejas homosexuales (en su mayoría lesbianas) con otros que han vivido con sus padres biológicos unidos en matrimonio. Sin pretender descalificar a nadie el artículo concluye indicando que los niños en sus familias naturales tienen mayor aptitud como adultos para desempeñarse en la sociedad, mientras que los adoptados por parejas lesbianas adolecen de más problemas físicos y mentales, tienen menores ingresos, relaciones menos estables y tasas de crímenes más altas.

Aunque Regnerus fue acusado de «mala conducta» por un activista gay, ha salido en su defensa Robert Oscar López, profesor de origen latino en la Universidad Estatal de California-Northridge. En un artículo titulado «Creciendo con dos mamás: La perspectiva no contada de los niños», difundido en agosto de 2012, el autor confiesa que «los hijos de parejas del mismo sexo tienen un duro camino por delante. Lo sé, porque yo he estado ahí». Describe su «muy difícil» niñez y agradece a Regnerus por subrayar la experiencia de otros como él.

En el origen de los hándicaps de los niños criados por homosexuales, la psicología y la pediatría descubren la frustración de la tendencia natural de todo infante en los primeros años de edad a buscar un referente paterno y otro materno. En las familias tradicionales estos referentes naturales se encuentran en los mismos progenitores biológicos. En cambio en los hogares homosexuales esta búsqueda se distorsiona y al no encontrar esos referentes en el hogar se los busca fuera del mismo. En todo caso se induce al menor a una confusión psicosexual de difícil solución.

Por otra parte es frecuente el rechazo al infante adoptado por una pareja homosexual dentro del ambiente escolar y social por parte de otros niños, vecinos o grupos que lo verán como un «caso raro», pudiendo ocasionarle problemas psicológicos. Este rechazo, aunque se quiera aminorar, es de hecho prácticamente inevitable.

Notemos, además, que un problema serio de las personas homosexuales mayores es precisamente la soledad familiar a la que ellas mismas se han expuesto. La tasa de inestabilidad de las parejas de gays y lesbianas es mucho mayor que la de los matrimonios. Al no tener una familia natural, al llegar a su ancianidad estas personas en la mayoría de los casos sufrirán una radical soledad de difícil solución.

En conclusión cabe afirmar que la adopción homosexual no contribuye al desarrollo armónico integral del infante adoptado. Por lo tanto el requisito de reservar el derecho de adopción únicamente a las parejas heterosexuales, casadas o legalizadas, es correcto y no constituye una discriminación de los convivientes homosexuales.

La Iglesia Católica alaba la adopción por ser un acto supremo de caridad donde se acoge como hijos a niños huérfanos o desamparados, pero también sostiene que deben cumplirse determinados requisitos para asegurar el beneficio de los infantes adoptados. Se debe favorecer su salud integral, corporal y espiritual. A la luz de la revelación bíblica el matrimonio es una institución esencial en el plan de Dios al crear al hombre como varón y a la mujer a su imagen y semejanza, para complementarse, amarse, tener hijos y asegurar, así, el futuro de la humanidad (Cf. Gn 1, 27-28). La Iglesia igualmente recuerda que, si bien hay que respetar a todas las personas, la tradición cristiana siempre ha considerado que los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados (Catecismo 2357).

 

 

P. Miguel Manzanera, SJ

11 comentarios

Gerardo
Padre.
Muy buen artículo.

Saludos.
22/08/12 6:30 PM
Jordi
De todo lo dicho, aún más: si se aprueba un matrimonio no heterosexual, por tanto, homosexual, entonces se ataca la siguiente propiedad, el matrimonio monogámico.

El siguiente paso será, pues, los matrimonios no monogámicos, es decir, los matrimonios bígamos y polígamos, y con ello, se llama al derecho musulmán matrimonial de la Charia.
22/08/12 10:52 PM
Nicolas
D. Miguel: Entiendo y respeto la condición, antinatural, de la homosexualidad. No entenderé nunca que esa situación conlleve a sentirse orgulloso de esta anormalidad física, asumiendo no solo la antireligiosidad, sino también generando el escándalo y la verguenza de una utilización del sexo que profana toda idea de lo que representa el amor entre dos personas. Me niego, como persona normal y lúcida, de llamar a eso MATRIMONIO, y mucho menos el poder adoptar a niños que más pronto o más tarde, y después de pasar un infierno de niñez, tienen un porcentaje muy alto de convertirse tambien en homosecuales. Creo que se debería pensar mucho más en estos niños para que cuando sean mayores puedan escoger su identidad sexual sin ninguna atadura por parte de unos, no progenitores, que por culpa de la idiócia de unos gobiernos, han podido poseer un capricho que la ley natural no se lo permite.
23/08/12 6:17 PM
Gaby
Hay algo en todo esto que no me parece correcto y son las restricciones legales para adoptar. Si asumimos que el ideal es que el niño adoptado tenga lo más parecido a una familia natural, ¿por qué le exijimos a las familias adoptivas que cumplan requisitos que no se le exijen a las familias naturales?

Por ejemplo y sólo para empezar, es requisito que los adoptantes tengan un nivel económico y social fuera de la norma, como si los pobres no tuvieran derecho a tener hijos. Se estudia al adoptante como si fuera una rata de laboratorio, se visita su casa, se asegura que el niño cuente con su propia habitación, sus juguetes, su televisión, su computadora, su pediatra y su nana, y su educación asegurada hasta la universidad. De hecho, en mi país, adoptar exije unos desembolsos económicos tan exagerados, que sólo los extranjeros de alto nivel económico tienen la posibilidad de adoptar, dejando a las familias nacionales de clase media y baja absolutamente marginadas. ¿Es eso natural?

A raíz de eso, los niños abandonados se convierten en una especie de mercancía que se vende al mejor postor y por supuesto, una vez convertidos en mercancía, se les clasifica por edad, color de piel y estado de salud y los hay unos más "valiosos" que otros.

¿Y eso qué tiene que ver con los homosexuales? Todo. Una vez convertidos los humanos en mercancía, se vuelve un "derecho" comprarlos y venderlos y no se puede negar a quien tiene el dinero la compra del bien.

Si por el contrario, se
24/08/12 3:46 AM
Jocepe
Me alegra que un sacerdote jesuita esboce ideas y reflexiones fielmente al magisterio de la Iglesia Católica. Ojalá que todos aquellos jesuitas que dictan cátedra o dirigen universidades, actuaran también en sus discursos o decisiones totalmente fieles al magisterio de la Iglesia católica
27/08/12 12:17 AM
albaro robert
porque las personas no entienden que la homosexualidad NO ES NINGUNA DEFORMIDAD FISICA. la ignorancia de las personas sobre el tema hace que malinterpreten antes de hablar del tema deberian informarse mas y mejor.
habiendo tantos niños en este mundo que no tienen un hogar y que nosotros no pudiendo tener propios les brindamos la oportunidad de crecer dentro de un hogar.

asi que nicolas y las personas que quieras hacer algun tipo de comentario sobre el tema lean y recien comenten gracias
25/09/12 8:20 PM
Ruben
He leído el articulo y los comentarios con mas o menos indignación, las parejas de hombres o mujeres (y no hablo de matrimonio, porque respeto el santo sacramento), no somos ningunos enfermos, muchas personas se basan en estereotipos poco merecidos de los homosexuales como "promiscuos", pero ¿acaso eso no es tambien una actitud también propia del hombre heterosexual? Se da en cada barrio el típico hombre que persigue con la mirada las faldas de cualquier mujer, y que frecuenta la prostitución.

Me ha sorprendido la puntualización de que los niños adoptados por parejas homosexuales son mas susceptibles a abusos sexuales, bien, jamás he oído esa atrocidad, tendré que pedirle al padre las fuentes dudosas de sus estadísticas, por el contrario si que está en boca de cualquier ciudadano los abusos sexuales a menores de algunos párrocos que dejan de lado sus votos y su conciencia; esos padres que atentan contra la integridad física y psíquica de su mujer e hijos; o esas madres sin corazón que abandonan a sus hijos recién nacidos o abortan sin pensar en otras opciones mejores.

Claro está, que es mucho más fácil ver la paja en el ojo ageno, y también es muy fácil criticar a unas personas, también hijos de Dios, sin conocimiento de causa, porque la Iglesia no quiere ni convivir con ellos.

Un respetuoso saludo.
28/10/12 9:45 PM
Nara
El "infierno de niñez" que pasan quienes son adoptados por una pareja homosexual no es porque sus padres los atormenten, es porque la sociedad los atormentan, porque todos tienen la mente tan cerrada y hacen bullying a quienes son diferentes por alguna razón. No culpen a los padres homosexuales, cúlpensen todos ustedes por desgraciar la vida de esos niños, mirándolos con recelo, como si tuviesen alguna peste contagiosa.
5/07/13 5:39 PM
Israel
Muy buen punto de vista
14/02/15 6:10 PM
Anónima
Si piensan que esto está bien, y me refiero a la no adopción me parece que deberían plantearse un poco los valores Morales en los que se basan. Aclaro que no soy católica, pero no me dedico a lo que ustedes, no me dedico a decir a la gente que no sea cristiano porque es una tontería y porque es inmoral. Me parece que la biblia puede ser interpretada libremente y dudo que en ningún momento Jesús (o cualquiera de sus sus nombres, puesto que en otras regiones es igual) quisiera que en este mundo fueran discriminadas personas, orientación sexual, raza..., y menos que se les negará sus derechos, porque las derechos humanos son universales y ninguna religión, política... Puede quitarlos. Esto que están haciendo me parece muy mal, y creo sinceramente que deberían disculparse por todos los daños que han causado a la comunidad LGBT
17/05/17 6:56 PM
Anónim@
Hablan de que los homosexuales no pueden tener derecho a adoptar niños, que sería algo súper malo para los niños pero ¿acaso las familias tradicionales son lo mejor? Todas las familias tienen sus problemas, no pueden decir que las mejores familias son las que están formadas por un "hombre y una mujer", solo porque así es como debe ser. Sinceramente se van completamente del foco de lo que realmente importa, el bienestar del niño. No pueden decir que un niño va a estar bien porque "esta familia es tradicional, es lo normal" cuando hay cientos de familias tradicionales en las que hay problemas, ya sean peleas, drogas, abusos sexuales, etc. Y no tienen nada que ver con la orientación sexual. Todas las personas tienen sus lados buenos y malos, y por ende las familias, por lo que no pueden clasificar si una familia es mejor que otra. Mayoritariamente los niños en familias homoparentales la pasan mal, pero por los comentarios de la parte de la sociedad que son cerrados de mente y generan en los niños ideas de que no pertenecen a la sociedad. Si un niño es adoptado por padres gays o madres lesbianas y estos son capaces de darles amor, cuidados y una enseñanza en valores ¿cual es el problema? La sociedad necesita aprender a respetar a los demás, todos tenemos derecho a una familia.

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LF:
¿Quién habla de entregar niños en adopción a familias tradicionales donde hay peleas, drogas, abusos, etc?
Se trata de entregar a los niños a familias de las que haya certeza de que funcionan bien. Y con padre y madre. Esto último no lo puede dar una unión entre homosexuales.
4/09/20 6:52 PM

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