¿Qué Educación Cívico Constitucional necesitamos?

Si el franquismo impuso su propia visión ética desde una dictadura, ahora un gobierno democrático estaba llevando a cabo la misma imposición ética pero de signo contrario.

El artículo 16.1 de la Constitución Española reconoce la libertad ideológica y religiosa de todos los españoles. Y según el TS la libertad de enseñanza recogida en el art. 27.1 obliga al sistema educativo público a respetar la neutralidad ideológica y moral.

Antes de que la última reforma educativa del gobierno socialista (la LOE) desarrollara su proyecto ideológico, la neutralidad del sistema educativo había sido respetada incluso en la asignatura de Ética que se daba en la LOGSE. A pesar de pretender colaborar para que los alumnos profundicen en su concepción moral, desde las primeras líneas del currículo quedaba explícitamente clara la neutralidad ideológica y moral:

“…tratando de desarrollar en los alumnos la capacidad crítica y argumentativa de un modo eminente y evitando cualquier forma de adoctrinamiento moral, político y religioso” (Real Decreto 3473/2000, BOE del 16 de enero de 2001, p. 1852).

Es decir, pretendía enseñar Ética y no una ética; pretendía hacer reflexionar sobre las teorías éticas y no construir la conciencia moral de los alumnos desde los supuestos de una teoría ética concreta. Exactamente lo contrario de lo que pretendía Educación para la Ciudadanía (EpC).

EpC se había implantado en España excusándose en la recomendación (2002)12 del Comité de Ministros del Consejo de Europa. Sin embargo todos y cada uno de los objetivos propuestos en esta recomendación ya se estaban desarrollando en España ¡desde hacía un año en la LOGSE!, (cfr. BOE supra). Era evidente que la intención iba más allá de la recomendación europea y así lo reconocían sin tapujos los redactores del borrador de EpC:

“La entrega a una determinada confesión de la formación de los alumnos en valores éticos y cívicos específicos ha sido practicada y deseada por la derecha conservadora siempre que ha podido” (borrador de EpC de la Fundación CIVES, p.4).

“El Estado debe adoptar una actitud activa y positiva, incompatible con la entrega exclusivista a una confesión o a un partido determinado de la formación en tales valores a todos los alumnos, o a una parte de los mismos” (ibíd.)

Se trataba pues de contrarrestar los efectos de un determinado modelo moral con otro modelo moral. Leemos en el Decreto de EpC de secundaria: “centrándose la Educación ético-cívica en la reflexión ética que comienza en las relaciones afectivas con el entorno más próximo para contribuir, a través de los dilemas morales, a la construcción de una conciencia moral cívica” (BOE de 5 de enero de 2007, p. 716).

Si el franquismo impuso su propia visión ética desde una dictadura, ahora un gobierno democrático estaba llevando a cabo la misma imposición ética pero de signo contrario. Esta “construcción de la conciencia moral” se llevaba a cabo según los Reales Decretos (al margen de la política comercial que siguieron algunas editoriales evitando contenido escabrosos) intentando entrar en la conciencia ética personal (pp. 688, 715, 717, 718 y 720), el control sobre los sentimientos y emociones (pp. 718 y 720), la configuración de las actitudes personales (p. 717), la toma de decisiones éticas de forma supuestamente autónoma (p.716).

Y todo ello amparado por el artículo 17 c. de la LOE que sentencia que “debe proporcionarse a los alumnos las habilidades necesarias para desenvolverse con autonomía en el ámbito familiar”. Leyendo el currículo de la asignatura se puede rastrear un modelo ético fundamentado en el relativismo moral –que socava los principios de una ética natural– el positivismo jurídico y la ideología de género. Es decir, cualquier cosa menos neutralidad ideológica. Pero, además, es una intromisión descarada en la educación moral del ámbito familiar.

Sobradamente conocida es la admirable reacción social que consiguió movilizar a miles de padres que se enfrentaron con coraje a la imposición ideológica. Es de reconocer, una vez más, la labor admirable de un buen número de asociaciones civiles que desde distintos criterios o métodos presentaron una batalla que sirvió de apoyo al esfuerzo de tantos y tantos padres que sufrieron lo indecible para oponerse a este proyecto ideológico.

Por todo ello es de celebrar con prudente alegría la noticia que hace pocos días nos daba el actual ministro de Educación de que EpC sería sustituida por otra materia que, según ha dicho, estará "libre de cuestiones controvertidas y de adoctrinamiento ideológico".

Pues bien, ¿qué condiciones debería entonces tener esta nueva materia? De entrada ya suena mal incluso decir que EpC será sustituida por una Educación Cívico Constitucional, no porque no se pueda dar una materia noble (aunque bastante aburrida) con ese nombre, sino porque parece que en España no hemos superado los idealismos del s. XIX y no sabemos hablar de formación ética sin adoctrinar para la derecha o para la izquierda. Pero concediendo que podamos dar una materia similar deberían respetarse al menos los siguientes elementos:

  • Llevar a cabo esta reforma sin demoras.
  • Declarar explícitamente la neutralidad ideológica tal y como se hizo en la Ética de la LOGSE. Y eliminar cualquier criterio que conlleve directa o indirectamente a la construcción de la conciencia moral del alumno tal y como pretendía EpC y he señalado más arriba.
  • Dejar en 4º ESO una materia similar a la que hubo en LOGSE con una orientación eminentemente crítico-racional (es decir, filosófica) y no doctrinal ni actitudinal.
  • Devolver a la Filosofía y Ciudadanía de 1º de bachillerato su programa estrictamente filosófico: es decir quitarle el lastre de “ciudadanía” que es lo que, de hecho, hacemos la inmensa mayoría de docentes (aunque a mí me gusta, además, decirlo públicamente y dárselo por escrito a mis alumnos).
  • Eliminar por completo EpC en primaria y en el primer ciclo de secundaria para dejarlo como materia transversal. No solo se trata de evitar a los menores un bodrio insípido, sino que es necesario poder mejorar la presencia de materias básicas como la lengua o las matemáticas. Si en Europa se da una materia semejante a EpC, solo en España se ha dado en cuatro niveles diferentes (!).
  • Y por último y no menos importante, atender las necesidades de los alumnos objetores que se encuentran en situación académica comprometida.

Si algo hemos aprendido en los últimos años es que los padres no pueden ya descansar fiándose ciegamente del sistema educativo. Por eso, padres y asociaciones educativas debemos seguir vigilantes para verificar que esta prometida reforma respete realmente la prioridad de los padres sobre el Estado en la educación moral de sus hijos dentro de los límites de la Constitución Española.

 

Fernando López Luengos

11 comentarios

Luis Fernando
Aviso a navegantes. En la zona de comentarios de este artículo no vamos a permitir críticas, directas o indirectas, a movimientos cívicos. Sean las siglas que sean.
13/02/12 2:01 PM
Seneka
Quizá D. Fernando L.L. no se percata de que es "neutralidad" ideológica y/o religiosa es imposible por la propia naturaleza de la cosa. Y si se da cuenta, aún peor ... ¿o no?

¿Era "neutral" la ética de la LOGSE"?
13/02/12 4:21 PM
Manuel Morillo
Si la frase que encabeza el artículo (Si el franquismo impuso su propia visión ética desde una dictadura, ...) es de Fernando López Luengo muestra que será muy "valiente" cívicamente, pero primero que es un acomplejado ideológico y después un analfabeto histórico.
Resulta que la "visión ética" que se "imponía" en el franquismo no era la de la dictadura sino la de la Iglesia, tal como estaba acordado primero en acuerdo previos y confirmado y elevado en el Concordato del 53
No es novedad este tipo de torpezas pero es sorprendente en un individuo que se supone que está defendiendose contra el Sistema
13/02/12 7:52 PM
Roi
Manuel Morillo,

Sí,pero...¿Era una imposición o no? ¿Es malo adoctrinar per se,o lo malo es hacerlo en valores que no nos gusten?
13/02/12 11:15 PM
Fernando L.
Seneka:
La neutralidad ideológica es solo posible en el mundo de las Ideas de Platón. Pero aquí en la realidad hay principios que sí se pueden respetar: no es legítimo intentar inculcar a un menor mis propios puntos de vista sobre conciencia moral, religión o política. EpC toma partido dejando abierta la puerta de la instromisión en la conciencia moral del menor suplantando la iniciativa de los padres. Además los Reales Decretos transmiten un modelo ético concreto que muchos no aceptamos.
En el presente artículo no hay espacio para desarrollar esto con detenimiento. Puede consultar nuestros análisis en nuestro portal www.educacionypersona.es en la sección de INFORMES TÉCNICOS.

Manuel Morillo:
En la misma época en la que la Iglesia española colaboraba con la dictadura franquista, la Iglesia polaca era perseguida en la Polonia comunista. La doctrina ética es exactamente la misma, la situación política exactamente la contraria. Por eso me he limitado a resaltar que una imposición ideológica (también si procede de gente de Iglesia) es ilegítima. Pero el Concilio Vaticano II ya dejaba muy claro las condiciones de la libertad religiosa, poco compatible por cierto, con el franquismo o con el sector eclesial afin a esta imposición.

La intención del artículo es, precisamente, recordar que la libertad ideológica y de conciencia es previa a cualquier ordenamiento jurídico. Ni una Dictadura, ni un parlamento, ni el Papa si fuera el caso, están legitimados a limitarla.

Fern
14/02/12 8:06 PM
Roi
"La intención del artículo es, precisamente, recordar que la libertad ideológica y de conciencia es previa a cualquier ordenamiento jurídico. Ni una Dictadura, ni un parlamento, ni el Papa si fuera el caso, están legitimados a limitarla."

Todo mi apoyo a eso.
15/02/12 11:48 PM
Nova
"Se trataba pues de contrarrestar los efectos de un determinado modelo moral con otro modelo moral", escribe D. Fernando López Luengos.

Pues me temo que no, D. Fernando. Lo que se ha tratado de hacer es contrarrestar los efectos de un determinado modelo moral, basado en el Cristianismo, con otro modelo que puede ser calificado de mil formas menos de "moral". De hecho, era rabiosamente inmoral y anticristiano.

Por cierto, no me consta que el Concilio Vaticano II haya prohibido los Estados confesionales cristianos. Pero vamos, coincido con usted en que no se debe educar a los niños en la fe cristiana si sus padres se oponen a ello. Ahora bien, lo que pretendía trasmitir el PSOE con la EpC no se puede comparar con lo que se enseñaba durante el Franquismo. Las comparaciones son odiosas, en realidad.

Finalmente, de la nueva asignatura del PP no me fío ni un pelo.
16/02/12 12:29 AM
Fernando L.
Nova:
Para un epicureista la ética estoica es inmoral, y para un estoico es inmoral la ética epicureista. Pero ambas son teorías éticas y tienen coherencia. Nos podrá gustar o no la ética relativista del "catecismo socialista" pero es una ética y se fundamenta en una moral determinada. Yo también creo que tal moral (modo de comportamiento o costumbre) no responde a la verdad de la naturaleza del hombre, pero he de reconocer que hay gente que lo considera estupendo y para ellos no sería inmoral. En el artículo he cuestionado el relativismo moral, la ideología de género y el postivismo jurídico que hay en EpC.

Sin embargo el artículo se centra en algo previo a este problema: en el hecho de la imposición por parte del Estado de un determinado modelo ético independientemente de su validez. Yo creo que esto es ilegítimo incluso aunque se intente imponer la ética que para mí es verdadera. Para mí no hay dictaduras buenas y dictaduras malas (como parece pensar Gaspar Llamazares cuando habla de Cuba), en todo caso podría hablarse de dictaduras malas y dictaduras peores. Y sobre la bondad o maldad de la educación franquista habría mucho que discutir pero el tema excede y se aleja del contenido del artículo.
16/02/12 6:45 PM
Grego M. P.
¡Enhorabuena por el artículo Fernando! Los que te conocemos aquí en Toledo confiamos en que sigues alerta y dirás siempre la verdad sobre EpC, ECC o cómo se llame.

Creo que tu artículo merece un doble reconocimiento en este momento en que quizá hay un ambiente de excesivo optimismo por parte de bastantes que han sido referentes en la lucha contra EpC. No nos podemos fiar nada del PP. Pero es que además, por una mera prudencia, hay que poner la cosa en sus justos términos cuando veamos que se aplica.

Ahora bien, no sé si la educación franquista llegaba a tanto para poder compararla en términos de igualdad. No sé si pretendía inocular una visión ética y moral global, y además suspender a quién no la asumiera en sus propios juicios, emociones y sentimientos. Que todo eso prentendía EpC.

Me temo que la lucha por la libertad de conciencia será una lucha ya de por vida, si no acontece antes la Parusía.

Un saludo fraterno.
17/02/12 10:40 AM
Andrés Jiménez Abad
Enhorabuena, Fernando, colega y amigo. Cuán de acuerdo estoy contigo.
18/02/12 11:06 PM
Fernando L.
Qué alegría leerte Andrés.
Dificilmente puedo recibir una aprobación más valiosa que la de un profesor que ama su trabajo y a sus alumnos con tanto entusiasmo como tú.
Un abrazo.
20/02/12 9:20 PM

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