O Dios o el Partido, por tanto el Partido

Los políticos son personas y por tanto tienen responsabilidades morales. Todo lo que se hace contra la conciencia, nos dice Santo Tomás, es pecado

Hace unos días, el Parlamento polaco decidió por una estrecha mayoría de 191 contra 186, no prohibir totalmente el aborto en Polonia. El rechazo fue conseguido gracias a que el Partido el primer ministro, la Plataforma Cívica, impuso la disciplina de voto a sus diputados.

El problema moral que origina la obligación de votar conforme a las instrucciones del Partido cuando se ve afectada la conciencia personal del diputado, es éste: ¿un diputado puede votar, cuando así se lo demanda su Partido, contra su propia conciencia? La respuesta es muy sencilla: No.

El Concilio Vaticano II, nos describe así la conciencia:

"En lo más profundo de su conciencia descubre el hombre la existencia de una ley que él no se dicta a sí mismo, pero a la cual debe obedecer, y cuya voz resuena, cuando es necesario, en los oídos de su corazón, advirtiéndole que debe amar y practicar el bien y que debe evitar el mal: haz esto, evita aquello. Porque el hombre tiene una ley escrita por Dios en su corazón, en cuya obediencia consiste la dignidad humana y por la cual será juzgado personalmente. La conciencia es el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que éste se siente a solas con Dios, cuya voz resuena en el recinto más íntimo de aquélla. Es la conciencia la que de modo admirable da a conocer esa ley, cuyo cumplimiento consiste en el amor de Dios y del prójimo. La fidelidad a esta conciencia une a los cristianos con los demás hombres para buscar la verdad y resolver con acierto los numerosos problemas morales que se presentan al individuo y a la sociedad” (GS 16). Esto supone, como nos dice el mismo Concilio al hablar de la libertad religiosa, que  “la persona humana tiene derecho a la libertad religiosa”, “y esto de tal manera, que en materia religiosa ni se obligue a nadie a actuar contra su conciencia ni se le impida que actúe conforme a ella en privado y en público, solo o asociado con otros, dentro de los límites debidos” (DH 2).

La conciencia es la voz interior del hombre, que le exige hacer el bien y evitar el mal. Es, a la vez, la capacidad de poder diferenciar el uno del otro. Ahora bien, tenemos el deber de formar la propia conciencia para que sea un instrumento, cada vez más sensible, de la actuación justa. La primera escuela de la conciencia es la autocrítica a la luz de la Verdad sinceramente buscada, que nos evite la tentación de la inclinación que todos tenemos de juzgar a favor nuestro. La segunda escuela de la conciencia es la orientación al buen obrar de los otros. La formación correcta de la conciencia conduce al hombre a la libertad de hacer el bien conocido rectamente. Pertenece a la misión de la Iglesia enseñar a las personas y darles también sus directrices.

Los políticos son personas y por tanto tienen responsabilidades morales. Todo lo que se hace contra la conciencia, nos dice Santo Tomás, es pecado. Cuando nos presentemos ante Dios, cada uno tendrá que responder de sus actos, siendo muchos a lo largo de la Historia los que por fidelidad a su conciencia han ido a la cárcel e incluso han sido ejecutados. El aborto para la Iglesia Católica es un crimen, no siendo lícito para un católico favorecerlo con su voto. Es una ley intrínsecamente injusta, que hace que quien la apoya no deba acercarse a la Sagrada Comunión, mientras no se arrepienta y pida perdón también por el escándalo público que ha ocasionado.

Ahora bien, si peca un simple diputado que obedece a las directrices de su Partido, ¿qué decir de los dirigentes que imponen esta disciplina en cuestiones de conciencia  a sus diputados? El Catecismo Joven de la Iglesia Católica, del que estoy siguiendo la doctrina que da en sus números 295-298, nos dice: “Quien pasa por alto la conciencia de un hombre, la ignora y la presiona, atenta contra su dignidad”. “Hacer violencia a la conciencia de una persona es herirla gravemente, dar el golpe más doloroso a su dignidad. En cierto sentido es más grave que matarla (Beato Juan XXIII)”. Además las palabras de Jesús en este tema son tajantes: “A quien se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre que está en los cielos” (Mt 10,32-33).

Reflexionemos sobre lo que nos dice Jesús y oremos para que el Señor abra los ojos a quienes han tomado la decisión equivocada.

 

P. Pedro Trevijano, sacerdote

4 comentarios

Manuel Morillo Rubio
Tiene razón en la preminencia de la conciencia a nivel personal.
Pero, por otra parte, en un régimen partitocrático liberal la gente no vota al parlamentario, al que muchas veces desconoce, sino al partido, que ha creado las listas, y el elector espera que ese diputado sea simplemente el transmisor del partido.
No se puede criticar solo las consecuencias sin criticar el sistema que las genera, en este caso el liberalismo partitocrático
23/09/11 11:49 AM
NACHO
Esto es lo que le pasó a San Tomás Moro, por poner un ejemplo, que tan bien refleja la película un hombre para la eternidad (una buena pelicula para poner en debate en el programa lagrimas en la lluvia) en la que dice que a todo hombre en la vida se nos pone la elección entre Dios o los hombres (entiéndase el mundo). Esa elección le costo la vida, pero gano su salvación por medio del martirio.

Agrándanos la fe, Señor.

Muchas gracias Padre Pedro Trevijano.
28/09/11 5:49 PM
MARIA DE LAS NIEVES
Gracias por el articulo está muy bien y es importante que en el tema del aborto,se clarifiquen cada vez más la realidad ,no podemos jugar con el relativismo en el tema de la vida humana.
La vida embrionaria es vida personal y humana desde la concepción es el primer esbozo de nuestro cuerpo,pero esta sin protección,ya es hora que las personas nos levantemos y afirmemos la verdad de nuestro ser,.todos fuimos embriones y hoy somos lo que somos ,pero a ellos se les niega todo derecho a vivir
.
Seria interesante que siga escribiendo sobre la objeción de conciencia de médicos, ATS y responsables de centros sanitarios y de todo lo relacionado con las leyes políticas que son injustas pero no de obligado cumplimiento,como en el caso de los políticos ¿Cuándo pueden hacer objeción de conciencia?

Y el caso de médicos en España con la última ley colegial tienen que derivar a la mujer para abortar ,¿Pero en que mundo estamos viviendo?¿Es que no nos damos cuenta que es el origen de nuestra vida y la estamos destruyendo ?¿Qué civilización tenemos que somos incapaces de ver lo mas elemental?,
Hablamos de derechos humanos y negamos el primero de ellos que es el derecho a vivir.

En el caso de algunos organismos internacionales dicen que el aborto es un derecho de la mujer ,pero ¿hasta cuando vamos aguantar semejantes mentiras?.El ser concebido es un ser distinto a la madre y es una mentira afirmar el derecho al propio cuerpo en este caso.coexisten dos seres humanos durante nueve mes
30/09/11 7:23 PM
MARIA DE LAS NIEVES
y el seno materno es el primer hogar de todos ,mujeres y hombres.El aborto es un crimen contra un niño no nacido en estado de indefensión total y ahora en España con la aprobada ley se pone plazos a la vida 14 semanas o 24 en caso de problemas fetales.
Es importante que la ley reconozca un Estatuto jurídico al embrión y lo proteja ,los partidos políticos deberían llevarlo en su programa electoral y que su veracidad política sea creíble,afirmar la verdad de nuestro ser es fundamental y derogar la ley del aborto a todos los niveles.

El profesor Bompiani afirmó hace años que "para atribuir un "estatuto jurídico" al embrión es necesario "conocer" su naturaleza, y para ello hay que estudiarlo desde el punto de vista ontológico.

Es cierto que no hay una definición de persona en el origen de la concepción,pero los datos genéticos ,embriológicos son suficientes para hacer un juicio racional de que ahí en la concepción, no en la implantación, comienza el origen del cuerpo humano y es un ser personal.
30/09/11 7:27 PM

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