Cardenal Sarah: «La liturgia es esencialmente una cuestión de fe y la fe pone a Dios al centro de todo»

Estudio del papel de los Sumos Pontífices en la custodia y transmisión de la Liturgia

Cardenal Sarah: «La liturgia es esencialmente una cuestión de fe y la fe pone a Dios al centro de todo»

El Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Cardenal Sarah, prologa la tesis doctoral del sacerdote toledano Fernando Palacios: «El Romano Pontífice y la liturgia»

(InfoCatólica) El cardenal Robert Sarah prologa el libro del sacerdote diocesano D. Fernando Palacios Blanco que contiene la tesis doctoral «El Romano Pontífice y la liturgia» y acaba de ser publicado por el l Instituto Teológico «San Ildefonso»

El volumen ofrece un estudio pormenorizado desde el punto de vista histórico, jurídico y litúrgico del papel propio que los Romanos Pontífices han ejercido en la custodia, ordenación y transmisión de la liturgia en la Iglesia que contrarresta la  tendencia a pensar, en los años posteriores al Vaticano II, que el Papado habría impuesto su autoridad, también en el ámbito litúrgico, justificó la pretensión de volver a la libertad e improvisación de los primeros siglos, cuando se presumía que cada obispo gozaba de una potestad plena y autónoma en campo litúrgico.

El análisis abarca el primer milenio, la reforma gregoriana, Trento, Movimiento litúrgico, así como el estudio detallado de las actas de Sacrosanctum Concilium y de la reforma litúrgica, en la línea y perspectiva del nuevo Movimiento litúrgico propuesto por Benedicto XVI.

El Card. Sarah presenta el libro como un «un completo enchiridion de intervenciones pontificias en materia litúrgica a lo largo de la historia, amén de un oportuno análisis sobre el motivo y las circunstancias de las acciones de los Sucesores de Pedro, llamados a confirmar a sus hermanos en la fe» y que permite «descubrir el profundo sentido del derecho litúrgico y su engarce teológico y pastoral, dejando patente que la liturgia es algo vivo, que necesita ser protegido y acompañado en su crecimiento».

El Cardenal subraya citando al Papa Francisco y a Benedicto XVI que la liturgia «es vida», se entiende porque «vive a través de la Tradición y la liturgia forma parte de esa Tradición viva y santa; sin olvidar que se trata de una tradición viva, una vida que debe crecer orgánicamente». Ese crecimiento orgánico «conlleva que ninguna fase histórica eclesial puede ser dialécticamente contrapuesta a las otras, sino que, por el contrario, cada fase debe considerarse en relación íntima con las demás», en palabras de Sarah.

El Cardenal Sarah resalta que:

Este libro pone bien de manifiesto «que la Iglesia es de Cristo --es su Esposa-- y todos los obispos, en comunión con el Sucesor de Pedro, tienen la tarea y el deber de custodiarla y servirla, no como dueños sino como servidores. El Papa, en este contexto, no es el señor supremo, sino más bien el supremo servidor, el servus servorum Dei; el garante de la obediencia y la conformidad de la Iglesia a la voluntad de Dios, al Evangelio de Cristo y a la Tradición de la Iglesia, dejando de lado todo arbitrio personal, incluso siendo --por voluntad de Cristo mismo-- el Pastor y doctor supremo de todos los fieles (can. 749) y también gozando de la potestad ordinaria que es suprema, plena, inmediata e universal en la Iglesia (cf. can. 331-334)»5.

Y destaca el papel de garantes y «jardineros» que han de desarrollar los Pontífices y sus limitaciones:

No podía ser de otra manera pues la liturgia es un elemento constitutivo de la Tradición santa y viva. De ahí que, «incluso la suprema autoridad de la Iglesia no puede cambiar la liturgia a su arbitrio, sino solamente en virtud del servicio de la fe y en el respeto religioso al misterio de la liturgia». Como señalaba el entonces Cardenal Ratzinger, «me parece muy importante que el Catecismo de la Iglesia Católica (n. 1125) junto a la limitación de las atribuciones de la autoridad suprema de la Iglesia en cuestiones de reforma, recuerde precisamente la esencia del primado tal y como ha sido definida por los Concilios Vaticano I y II. El Papa no es un monarca absoluto cuya voluntad sea ley, sino el custodio de la tradición auténtica y, con ello, el primer garante de la obediencia. Él no puede hacer lo que quiera y, por eso, puede también oponerse a quienes quieren hacer lo que se les ocurre. Su ley no es la arbitrariedad, sino la obediencia de la fe». Y esto porque la liturgia es esencialmente una cuestión de fe y la fe pone a Dios al centro de todo. Como consecuencia, queremos recordar que el primado de Dios es el centro de la liturgia, la cual hace posible una relación personal e íntima con el Señor y nos da acceso a la profundidad del Misterio Pascual que se celebra.

La lectura de las páginas de este libro también deja claro que los Sumos Pontífices se han preocupado constantemente hasta nuestros días de que la Iglesia de Cristo ofreciese a la Divina Majestad un culto digno de «alabanza y gloria de su nombre» y «para el bien de toda su Santa Iglesia» y, mientras se recorre la apasionante historia de las intervenciones de los Papas, resulta patente que la Tradición católica no es algo solamente del pasado, fijado de manera inmutable y que no pueda cambiar ni progresar jamás9. Tampoco es algo que pueda cambiar arbitrariamente cualquier individuo o una autoridad: estaría tan aislada y sería tan irresponsable como un individuo que actuase sin tener en cuenta el sentir del cuerpo del que forma parte. En realidad, oponer tradición y renovación, autoridad y libertad, supone haber perdido el sentido cristiano de estos conceptos.

En la última parte del prefacio vuelve a insistir en la idea de la «reforma de la reforma» de Benedicto XVI y en el auténtico propósito de los textos del Concilio Vaticano II.

En la última parte del libro, don Fernando Palacios Blanco recuerda que tal renovación debe apoyarse en los documentos del Concilio Vaticano II. Solo así se entiende la insistencia de Benedicto XVI en «regresar, por así decirlo, a la «letra» del Concilio, es decir a sus textos, para encontrar también en ellos su auténtico espíritu, y he repetido que la verdadera herencia del Vaticano II se encuentra en ellos. La referencia a los documentos evita caer en los extremos de nostalgias anacrónicas o de huidas hacia adelante, y permite acoger la novedad en la continuidad. El Concilio no ha propuesto nada nuevo en materia de fe, ni ha querido sustituir lo que era antiguo. Más bien, se ha preocupado para que dicha fe siga viviéndose hoy, para que continúe siendo una fe viva en un mundo en transformación».

Libro: «El Romano Pontífice y la liturgia» Estudio histórico-jurídico del ejercicio y desarrollo de la potestad del Papa en materia litúrgica

11 comentarios

Daniel Lagos de Perú
Excelente noticia.
El padre Fernando trabaja desde hace unos años en Perú, estuvo de misionero en la Selva Peruans en la Diócesis de Moyobamba y hoy es Vicario Judicial de la Arquidiócesis de Lima.
Un sacerdote de Dios que ama su vocación y que todo cuanto hace es, PARA MAYOR GLORIA DE DIOS.
Doy fe de esto.
16/02/18 9:22 PM
Fuenteovejuna
El valiente Cardenal Sarah ratifica la liturgia de siempre en abierto desafío a los reformistas que amenazan con una Iglesia moderna desposada con el mundo.
Cuando Sarah dice que "incluso la suprema autoridad de la Iglesia no puede cambiar la liturgia a su arbitrio", no queda duda que se está refiriendo al mismísimo Papa Francisco, quien el 24 de agosto de 2017 anunció que "la reforma litúrgica es irreversible".
De modo que, más allá de prologar esta tesis, el santo Cardenal está advirtiendo que él y otros como él jamás aceptarán ningún tipo de reforma litúrgica por más irreversible que sea.
Negros nubarrones se ciernen sobre el cielo de la Iglesia y quienes traten de negarlo creyendo aplacar las aguas, lo único que logran es encresparlas más.
Modernistas y ortodoxos son como dos locomotoras que avanzan a toda marcha por la misma vía pero en sentido contrario y la colisión que se avecina será estruendosa.
Si es cierto que el Secreto de Fátima revela que la lucha de obispos contra obispos y cardenales contra cardenales será la prueba de la apostasía de la Iglesia al fin de los tiempos, está hablando de esta hora, nuestra hora.
Pero todos se afanan en tapar el sol con las manos y nadie se da por aludido. ¿Hasta cuándo?
16/02/18 10:01 PM
Jesús
¡Interesante! Muy acertado para los tiempos que estamos viviendo. Incluso este artículo ya nos aclara el problema actual, en cuanto a la liturgia y cómo verlo a la luz del Magisterio y la Tradición. Sin duda el libro está mucho que mejor.
16/02/18 11:22 PM
Ikari
Que honor que la publicación de la tesis doctoral tenga prólogo ni más ni menos que del Cardenal Sarah.
17/02/18 4:13 AM
maru
Ojalá fuese así!,.lo q concierne a la Liturgia y lo q dice el cardenak Sarah y, supongo q éste libro, aún no lo leí, pero sabemos que lyego en la práctica no es así. Tanto San Juan Pablo II como Benedicto XVI, escribieron cartas y exhortaciones , denunciando abusos en la Liturgia y seguimos igual. Hablo por lo q yo veo. De todas formas, me oarece muy bien q se siga insistiendo en éllo.
17/02/18 2:54 PM
Luis Ignacio
Fuenteovejuna: el secreto de Fátima no dice nada sobre la lucha de obispos contra obispos, ni de cardenales contra cardenales, ni de apostasía final. Tal vez te refieres a AKita. La Verdad ante todo.
17/02/18 3:04 PM
hornero (Argentina)
Fuenteovejuna: coincido con la totalidad de su comentario, subrayo el final, "Si es cierto que el Secreto de Fátima revela que la lucha de obispos contra obispos y cardenales contra cardenales será la prueba de la apostasía de la Iglesia al fin de los tiempos, está hablando de esta hora, nuestra hora.
Pero todos se afanan en tapar el sol con las manos y nadie se da por aludido. ¿Hasta cuándo?". El precipitarse de los hechos me recuerda las palabras de Jesús a Judas: "Haslo pronto" (Jn 13,27).
17/02/18 3:42 PM
Fuenteovejuna
Luis Ignacio
Envidio que Vd. conozca en todos sus detalles el Secreto de Fátima, porque mucha tinta se ha volcado en las redacciones tratando de saber si el Secreto revelado por San Juan Pablo II en el 2000 es "todo" el Secreto, o tal vez nos han escamoteado lo principal que versaría sobre la terrible crisis de apostasía que habría de sobrevenir en la Iglesia por la traición de obispos y cardenales.
Tampoco ignoro el Mensaje que la Virgen reveló en Akita a la hermana Agnes Sasagawa, pero teniendo en cuenta que el Obispo de Akita dijo en su momento que dicho Mensaje es la continuación de Fátima, especulé en potencial con que el Secreto de Fátima podría referirse a la lucha de obispos contra obispos y cardenales contra cardenales, habida cuenta de que todavía podría seguir oculta la parte sustancial que coincidiría con Akita.
Como bien dice Vd., la Verdad ante todo...
17/02/18 9:37 PM
hornero (Argentina)
Me parece que lo fundamental es que tal enfrentamiento lo estamos viviendo diariamente. Esto nos ayuda a comprender la gravedad del momento ya anunciado por la Virgen.
18/02/18 4:13 PM
Fuenteovejuna: no soy yo quien dice que lo revelado por San Juan Pablo II constituye la totalidad de la Tercera Parte del Secreto. Es la propia Sor Lucía quien lo afirma. Y no me refiero al las entrevistas mantenidas con el Cardenal Bertone, sino al precioso libro testimonio "Un camino bajo la mirada de María", de sus hermanas del Carmelo de Coimbra, cuya primera edición portuguesa data de 2007, si no me equivoco. Puede encontrásr la edición española en cualquier librería de libros religiosos. Si lo desea le puedo dar la cita completa con número de página incluido. Es una lástima que autores católicos como Socci o Zabala en España hayan pasado por alto el testimonio directo de la propia protagonista. Le envío un fuerte abrazo
19/02/18 1:20 AM
Fuenteovejuna
Anónimo
Lucía nunca apareció en TV diciendo que el Secreto revelado era auténtico.
Fue Tarcisio Bertone, Secretario de Estado de Juan Pablo II, quien luego de visitarla tres veces dijo que Lucía lo dijo, pero conociendo la dudosa fama del Cardenal Bertone nunca sabremos si es cierto lo que él puso en boca de Lucía.
Acaso por eso Vd. también desacredita a Bertone y se apoya en el libro de las hermanas de Coimbra, pero siempre son terceros quienes dicen lo que Lucía dijo, nunca ella en persona.
Su cita me parece valiosa y de veras le digo que trataré de leer el libro, pero la duda sobre un asunto tan importante sigue vigente porque el Vaticano también publicó que Lucía había reconocido que la consagración de Rusia al Inmaculado Corazón hecha por JPII en 1984 era tal como la había pedido la Virgen, cuando todos sabemos que no es cierto porque no fue hecha conjuntamente con todos los obispos del mundo.
En el libro de los Mensajes al Padre Gobbi, fundador del Movimiento Sacerdotal Mariano del cual JPII formaba parte, creo que en 1987 la Virgen le dice que la consagración de Rusia todavía no fue cumplida tal como ella lo pidió, con lo cual desacredita lo de 1984.
Pero más allá de esta polémica puntual sobre el Secreto, estoy convencido que tanto Vd. como yo confiamos en el pronto triunfo del Inmaculado Corazón de María que pondrá punto final a esta dolorosa crisis que hoy vive la Iglesia.
Le envío un abrazo en Cristo y María.
19/02/18 4:20 PM

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