«Estaba desesperada, pero el Padre Pío me salvó»

Testimonio en vídeo

«Estaba desesperada, pero el Padre Pío me salvó»

La pascua de Anna ocurrió el pasado 5 de mayo de 2017; el mismo día en que el Padre Pío inauguraba en 1956 el hospital de San Giovanni Rotondo.

(Portaluz) Para Anna Galli ser madre de dos hijos, enfrentar sola su cuidado y crianza, con pocos recursos, era por momentos una realidad amarga. Vivían en Corinaldo, pequeño pueblo que parecía haberse quedado atrapado entre sus murallas medievales, ajeno al desarrollo del resto de Italia.

Soledad y falta de Dios

La sensación de soledad le incomodaba. Hacía décadas que no se vinculaba con Dios. Tampoco sabía quién era Padre Pío. Nunca había oído hablar de él. Pero el 3 de febrero de 1993 eso cambiaría… «Era un período muy malo de mi vida, vivía sola, abandonada y con dos niños pequeños. Había perdido la fe, estaba desesperada…»

Una amiga del pueblo que conocía bien el dolor de Anna se le acercó un día y comenzó a invitarle a un grupo que rezaban el rosario encomendándose a la mediación de un santo. «Yo no creía nada», recuerda Anna para quien todo aquello era como si le hablasen en otro idioma y no le motivó. Pero tanto insistía su amiga que terminó aceptando ir.

Llamada al Confesionario

Se reunió con la señora que animaba aquél grupo de oración, devotos de Padre Pío. Comenzó a contarle todo sobre el santo de los estigmas. Al día siguiente esta mujer la invitó y acompañó a conversar con un sacerdote en la catedral de Senigallia, ciudad costera distante a poco más de veinte kilómetros de Corinaldo.  Al entrar la mirada de Anna se dirigió de inmediato hacia el altar donde estaba el Santísimo Sacramento expuesto ante un grupo de fieles que rezaban el rosario. «Hacía más de treinta años que yo  me había alejado de la fe y ni siquiera podía ser consciente de que allí era Jesús quien estaba expuesto», señala la mujer. En ese momento, dice, ocurrió una experiencia espiritual inesperada… «Padre Pío me llamó (al confesionario) y gracias a él, Nuestro Señor, ha explotado en mi corazón. Entonces me confesé. Derramé delante de él toda mi vida desordenada y desesperada. Me tomé dos horas. Ese día comenzó de nuevo mi historia con el Señor, llevada por el Padre Pío».

La Sra. Anna Galli promovió los grupos de oración del Padre Pío en la región y fue durante más de veinte años un punto de referencia para las peregrinaciones de Corinaldo a San Giovanni Rotondo varias veces durante el año. «Le prometí al Padre Pío fundar un grupo y acompañar a San Giovanni Rotondo a la gente que me enviara», señala ella misma.

La pascua de Anna ocurrió el pasado 5 de mayo de 2017; el mismo día en que el Padre Pío inauguraba en 1956 el hospital de San Giovanni Rotondo.

Puedes acceder al testimonio de Anna -registrado para el programa de televisión «Padre Pio Nella Mia Vita»- en el siguiente video:

3 comentarios

María
El Padre Pío no deja escapar a uno solo de sus hijos espirituales.
¡Alabado sea Jesucristo!
7/01/18 10:26 PM
Simón
Dios, se vale de personas, que pueden llevar la paz y la Fe, hasta los muertos, y aún cuando estén muertos, del Alma o del cuerpo, todo depende de la obra de Dios, que llama a los alejados, como al hijo Pródigo de la Parábola de San Lucas, que es llamado el Evangelista de la Misericordia, a través de su Evangelio. es el Evangelio de San Lucas, el que más testigos de la Misericordia de Dos, para con los pecadores tiene, de todos los Evangelistas, por eso le llaman el Evangelista de la Misericordia, porque en ese Evangelio Dios, llama a su presencia a los pecadores, los busca y los atrae, los cura, los sana de cuerpo y de el Alma.
¡Paz y Bien! ¡SIMÓN!.
8/01/18 1:57 PM
María Virginia Rivas Blasichi
Me encanta leer todo lo relacionado con el Padre Pio de Pietrelcina porque de cada cosa que leo rescato algo bueno para mi vida y mi alma. Tengo tanta devoción que cuando estaba en Argentina un hermana en la fe me decía la loca del Padre Pio de Pietrelcina, lo cual me hacia gracia, ahora que estoy en mi ciudad no puedo ir al grupo de oración porque me coincide con clase de tejido pero igual deje aprendidas 2 velas que le pedí a mi compañero de cooperativa si podía tenerla en su casa hasta que yo volviera lo cual lo hizo o sea que él estuvo presente en nuestra cooperativa, yo en tejido estuve rato sin hacer nada porque olvidé el cuaderno de tejido y que tenía las medidas de la prenda que estaba haciendo tuve que esperar que abrieran las mercerias para comprar hilos para hacer algo. El rato que estuve sin hacer nada lo ocupe en hablar con las compañeras,lo cual no hago cuando tejo porque me concentro en lo mío y pregunto a la profesora si esta bien.El Padre Pio de Pietrelcina me dio una lección estoy segura de eso
20/04/18 1:41 AM

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