Se publica el mensaje del Papa para la 51º Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales

Con motivo de la fiesta de san Francisco de Sales

Se publica el mensaje del Papa para la 51º Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales

«Comunicar esperanza y confianza en nuestros tiempos», es el tema del Mensaje del papa Francisco para la 51º Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, hecho público este martes 24 de enero con motivo de la fiesta de san Francisco de Sales, patrono de los periodistas.

(Aica) El pontífice exhorta a los comunicadores en su mensaje a favorecer una comunicación constructiva que rechace los prejuicios contra los demás y fomente una cultura del encuentro, que ayude a mirar la realidad con auténtica confianza. La Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2017 tendrá lugar el domingo de la Ascensión que este año será el próximo 28 de mayo.

En su carta, Francisco pidió comunicar «esperanza y confianza» y comparó la profesión con la del molinero, que puede decidir si tritura «trigo o cizaña», al propiciar «cada día mucha información para ofrecer un pan tierno y bueno a todos los que se alimentan de los frutos de su comunicación» y animó en su mensaje a «llegar y animar a todos los que, tanto en el ámbito profesional como en el de las relaciones personales, 'muelen' cada día mucha información para ofrecer un pan tierno y bueno a todos los que se alimentan de los frutos de su comunicación»

La realidad, en sí misma, no tiene un significado unívoco y todo depende de la mirada con la cual es percibida, del «cristal» con el que decidimos mirarla, señaló el Santo Padre y explicó que «cambiando las lentes, también la realidad se nos presenta distinta. Entonces, ¿qué hacer para leer la realidad con ‘las lentes’ adecuadas?», se pregunta. Para los cristianos, escribe el Papa, las lentes que nos permiten descifrar la realidad no pueden ser otras que las de la buena noticia, partiendo de la «Buena Nueva» por excelencia: el «Evangelio de Jesucristo».

El pontífice invita a romper el círculo vicioso de la angustia y a frenar la espiral del miedo que se centra en las «malas noticias», con un estilo comunicativo abierto y creativo, marcado por la lógica de la «buena noticia». Esto no significa que se deban ocultar las noticias negativas que desgraciadamente llegan de forma diaria: «ciertamente, no se trata de favorecer una desinformación en la que se ignore el drama del sufrimiento, ni de caer en un optimismo ingenuo que no se deja afectar por el escándalo del mal», indicó. En este sentido, Francisco advirtió sobre los efectos perniciosos de «un sistema comunicativo donde reina la lógica según la cual para que una noticia sea buena ha de causar un impacto, y donde fácilmente se hace espectáculo del drama del dolor y del misterio del mal», ya que «se puede caer en la tentación de adormecer la propia conciencia o de caer en la desesperación».

La ‘buena noticia’, explicó el pontífice «no es buena porque esté exenta de sufrimiento», sino porque contempla el sufrimiento en una perspectiva más amplia» ya que «en Cristo, Dios se hizo solidario con cualquier situación humana, revelándonos que no estamos solos, porque tenemos un Padre que nunca olvida a sus hijos».

«No temas, que yo estoy contigo» afirma el Papa citando al profeta Isaías y señala que esta es la «palabra consoladora de un Dios que se implica desde siempre en la historia de su pueblo». Con esta promesa: ‘estoy contigo’, Dios asume, en su Hijo amado, toda nuestra debilidad hasta morir como nosotros, agrega. Y es precisamente aquí, donde la vida experimenta la amargura del fracaso, nace una esperanza al alcance de todos», asegura. Y es bajo esta luz, concluye, que cada nuevo drama que sucede en la historia del mundo se convierte también en el escenario para una posible buena noticia».

El Santo Padre señala por último que «la confianza en la semilla del Reino de Dios y en la lógica de la Pascua, configura también nuestra manera de comunicar». Y es esa confianza –escribe- la que nos hace capaces de trabajar, con la convicción de que es posible descubrir la buena noticia, «presente en la realidad de cada historia y en el rostro de cada persona».

«Quien se deja guiar con fe por el Espíritu Santo es capaz de discernir en cada acontecimiento lo que ocurre entre Dios y la humanidad, reconociendo cómo él mismo, en el escenario dramático de este mundo, está tejiendo la trama de una historia de salvación», concluyó el Papa su mensaje.

 

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