El camino es Jesús, la Fe y el Evangelio

El papa Francisco recuerda la urgencia de entrar por «la puerta estrecha pero siempre abierta» para alcanzar la salvación

El «camino de la salvación» fue el tema central sobre el que Papa Francisco reflexionó a la hora del Ángelus durante el tercer domingo de agosto. El Santo Padre recordó el pasaje del Evangelio de Lucas donde una persona le pregunta a Jesús si es verdad el hecho de que «pocos se salvarán», a lo que Él contestó «Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán» (Lc 13, 24).

(RVPalabras del Papa Francisco antes de rezar el Ángelus

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

La página evangélica de hoy nos sugiere meditar sobre el tema de la salvación. El evangelista Lucas narra que Jesús está de viaje hacia Jerusalén y durante el recorrido se le acerca uno que le presenta esta pregunta: «Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?» (Lc 13,23). Jesús no da una respuesta directa, sino coloca el debate a otro nivel, con un lenguaje sugestivo, que al inicio tal vez los discípulos non entienden: «Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán» (v. 24). Con la imagen de la puerta, Él quiere hacer entender a sus espectadores que no es cuestión de número –cuantos se salvaran–, no importa saber cuántos, sino es importante que todos sepan cuál es el camino que conduce a la salvación: la puerta.

Este recorrido, este camino prevé que se atraviese una puerta. Pero, ¿Dónde está la puerta? ¿Cómo es la puerta? ¿Quién es la puerta? Jesús mismo es la puerta (Cfr. Jn 10,9): lo dice Él. «Yo soy la puerta», en el Evangelio de Juan; Él nos conduce a la comunión con el Padre, donde encontramos amor, comprensión y protección. Pero, ¿por qué esta puerta es estrecha, se puede preguntar? ¿Por qué dice que es estrecha? Es una puerta estrecha no porque sea opresiva, no; sino porque nos exige restringir y contener nuestro orgullo y nuestro temor, para abrirnos con el corazón humilde y confiado a Él, reconociéndonos pecadores, necesitados de su perdón. Por esto es estrecha: para contener nuestro orgullo, que nos hincha. ¡La puerta de la misericordia de Dios es estrecha pero siempre abierta de par en par para todos! Dios no tiene preferencias, sino recibe siempre a todos, sin distinción. Una puerta, es decir, estrecha para restringir nuestro orgullo y nuestra temor, abierta de par en par para que Dios nos reciba sin distinción. Y la salvación que Él nos dona es un flujo incesante de misericordia: un flujo incesante de misericordia, que derriba toda barrera y abre sorprendentes perspectivas de luz y de paz. La puerta estrecha pero siempre abierta: no olviden esto. Puerta estrecha, pero siempre abierta de par en par.

Jesús hoy nos dirige, una vez más, una urgente invitación a ir con Él, a atravesar la puerta de la vida plena, reconciliada y feliz. Él nos espera a cada uno de nosotros, cualquier pecado hayamos cometido, cualquier, para abrazarnos, para ofrecernos su perdón. Solo Él puede transformar nuestro corazón, solo Él puede dar sentido pleno a nuestra existencia, donándonos la alegría verdadera. Entrando por la puerta de Jesús, la puerta de la fe y del Evangelio, nosotros podremos salir de las actitudes mundanas, de los malos hábitos, de los egoísmos y de las cerrazones. Cuando hay contacto con el amor y la misericordia de Dios, hay auténtico cambio. Y nuestra vida es iluminada por la luz del Espíritu Santo: ¡una luz inextinguible!

Quisiera hacerles una propuesta. Pensemos ahora, en silencio, un momento, en las cosas que tengo dentro de mí y que me impiden travesar la puerta: mi orgullo, mi soberbia, mis pecados. Y luego, pensemos en la puerta, aquella abierta por la misericordia de Dios que de la otra parte nos espera para dar el perdón. Un momento, en silencio, pensemos en estas dos puertas.

El Señor nos ofrece tantas ocasiones para salvarnos y entrar a través de la puerta de la salvación. Esta puerta es una ocasión que no se debe desperdiciar: no debemos hacer discursos académicos sobre la salvación, como aquel que se había dirigido a Jesús, sino debemos aprovechar las ocasiones de la salvación. Porque a cierto momento «el dueño de casa se levantará y cerrará aquella puerta» (v. 25), como nos lo ha recordado el Evangelio. Pero si Dios es bueno y nos ama, ¿Por qué cierra la puerta, cerrará la puerta a cierto momento? Porque nuestra vida no es un videojuego o una telenovela; nuestra vida es seria y el objetivo a alcanzar es importante: la salvación eterna.

A la Virgen María, Puerta del Cielo, pidámosle que nos ayude a aprovechar las ocasiones que el Señor nos ofrece para atravesar la puerta de la de y entrar así en un largo camino: es el camino de la salvación capaz de acoger a todos aquellos que se dejan involucrar por el amor. Es el amor que salva, el amor que ya en la tierra es fuente de bienaventuranza de cuantos, en la benignidad, en la paciencia y en la justicia, se olvidan de sí mismos y se donan a los demás, especialmente a los más débiles.

(Traducción del italiano, Renato Martinez – Radio Vaticano)

12 comentarios

Beatriz Mercedes Alonso (Córdoba - Argentina)
«Luchad por entrar por la puerta estrecha, porque, os digo, muchos pretenderán entrar y no podrán. Cuando el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, os pondréis los que estéis fuera a llamar a la puerta, diciendo: "¡Señor, ábrenos!" Y os responderá: "No sé de dónde sois.". Entonces empezaréis a decir: "Hemos comido y bebido contigo, y has enseñado en nuestras plazas"; y os volverá a decir: "No sé de dónde sois. ¡Retiraos de mí, todos los agentes de injusticia!" Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abraham, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, mientras a vosotros os echan fuera» (Lc 13,24-28).

Jesús le dijo: «Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.» (Mt 19,17).

«El que tiene MIS MANDAMIENTOS Y LOS GUARDA, ése es el que me ama; y el que me ame, será amado de mi Padre; y Yo le amaré y me manifestaré a él... Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que escucháis no es mía, sino del Padre que me ha enviado.» (Jn 14,21.23s)
22/08/16 1:22 PM
DJ L
Bueno, siempre nos quedará la del Purgatorio que es bastante más ancha. Toc, toc ¿Hola?
22/08/16 4:30 PM
Roberto Ibarra
Efectivamente, la puerta de la salvación es siempre abierta, pues Cristo la abrió para todos en la Cruz. Pero ella será cerrada en el momento de la muerte, después de eso, ya no caben reclamos. Vienen el Novio , los necios nos quedaremos fuera si no cargamos aceite. La Misericordia opera solo mientras estas vivo.. Esto se anuncia poco...
22/08/16 7:23 PM
AMICUS
Perdone DJL pero lamento decirle que parece ser que el nº de los que se salvan es estremádamente bajo. El siguiente relato es de San Vicente Ferrer les mostrará lo que usted pueden pensar de ello. Relata que un archidiácono en Lyon renunció a su cargo y se retiró a un lugar desierto para hacer penitencia, y que murió al mismo día y hora que San Bernardo. Después de su muerte, se apareció a su obispo y le dijo: “Sabe, Monseñor, en el mismo momento que morí, treinta y tres mil personas también murieron. De esta cifra, Bernardo y yo fuimos al cielo sin demora , tres se fueron al
purgatorio, y todos los demás cayeron en el infierno”.
En la misma linea esta el razonamiento de Santo Tomas de Aquino: “Debido a que la belleza eterna sobrepasa al estado natural, sobre todo porque ha sido privado de la gracia original, es un pequeño número el que se salva.”
Este es el razonamiento de San Juan Crisóstomo: “la mayoría de los cristianos están caminando en el camino al infierno a lo largo de su vida”.
En el tiempo de Noé, la raza humana entera quedó sumergida por el Diluvio, y sólo ocho personas fueron salvadas en el Arca. San Pedro dice: “Esta arca, es la figura de la Iglesia”, mientras que San Agustín, añade, “y las ocho personas que se salvaron significa que se salvan muy pocos cristianos, porque son muy pocos los que sinceramente renuncian al mundo, y los que renuncian al mundo sólo con palabras no pertenecen al misterio que representa esta arca.” La Biblia también nos dice que sól
22/08/16 10:41 PM
Ricardo
Total y absolutamente de acuerdo con AMICUS. Me encantaría poder leer el resto de su relato. Gracias
23/08/16 12:09 AM
rmartinhe
Pasar por la puerta estrecha, es decir, seguir a Cristo en serio, es difícil. Es un camino hecho de obediencia -"Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando" Jn 15,14-, de renuncia -al mundo, al demonio, a la carne-, de cruz... Y solo podemos pasar por ella con el auxilio de la gracia divina, del Espíritu Santo.
Sus primeros discípulos ya dijeron: "es dura esta enseñanza, ¿Quién puede escucharla?" Jn 6, 60, y: "Desde ese momento muchos de sus discípulos se echaron atrás y ya no andaban con él. Entonces Jesús les dijo a los doce: _¿También vosotros queréis marcharos? Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna;" Jn 6,66-68.
Yo me quedo con esto, aunque el camino sea difícil y esté lleno de luchas, persecuciones o lo que Dios permita, también tiene muchas satisfacciones, y sobre todo, nada merece más la pena que seguir a Cristo, porque solo él tiene palabras de vida eterna. Que nos conceda esta gracia.
23/08/16 12:19 AM
carmelo
AMICUS, se corto.. Siga su comentario.. Interesante
23/08/16 2:59 AM
posodo
Entonces, ¿qué hay de esa multitud incontable que vendrá de la Gran Tribulación?
23/08/16 9:49 AM
Helga
esta nueva oreja está mejor
23/08/16 11:52 AM
AMICUS
Estimado DJL continuo el comentario donde se me quedo cortado.
La Biblia nos dice que sólo dos hebreos de cada dos millones entraron en la Tierra Prometida después de salir de Egipto, y que sólo cuatro escaparon al fuego de Sodoma y de las otras ciudades que se incendiaron y perecieron con ésta.
Todo esto significa que el número de los condenados que serán arrojados al fuego como la paja es mucho mayor que la de los salvados, que el Padre celestial un día reunirá en sus graneros, como trigo precioso.
Dios da a todos la Gracia suficiente para salvarse, pero
por desgracia, no todos sin embargo la saben acoger, no todos la saben apreciar como un tesoro. Pidamos a Jesús apreciar su gracia y hacerla vida de nuestra vida.
23/08/16 9:28 PM
DJ L
Amicus, hacer estimaciones sobre el nº de salvados y condenados es casi, casi, perder el tiempo e incluso incurrir en juicios desconociendo hasta dónde alcanzará la Misericordia de Dios y la omnipotencia en la súplica de su Madre.

Tú dices que se salvará un pequeñísima parte.
Otro leyendo a San Lucas (cap 17, 34-35) podrá decir que se salvará el 50%:
"Dos personas que estén durmiendo en una misma cama, una será llevada y la otra dejada;
Dos mujeres estarán moliendo juntas, pero una será llevada y la otra dejada.»

A mí me gusta pensar que nos salvaremos la mayoría pero sólo Dios dirá.
24/08/16 12:07 PM
DUMAS
Buenas dias,

Que tous ces commentaires sont "profonds" et édifiants! St PAUL n'a-t-il pas déclaré: "Ceux qui auront combattu jusqu'au bout seront sauvés"; ce qui manque souvent aux Catholiques c'est la confiance en DIEU et la persévérance; n'oublions jamais, que tous nos saints nous ont montré le chemin ( pensons à Ste Térèse de LISIEUX, qui a été une grande missionnaire au sein de son Carmel!)...

Hasta la vista a todos!

Hervé
25/08/16 11:32 AM

Dejar un comentario



Los comentarios están limitados a 1.500 caracteres. Faltan caracteres.

No se aceptan los comentarios ajenos al tema, sin sentido, repetidos o que contengan publicidad o spam. Tampoco comentarios insultantes, blasfemos o que inciten a la violencia, discriminación o a cualesquiera otros actos contrarios a la legislación española, así como aquéllos que contengan ataques o insultos a los otros comentaristas, a los bloggers o al Director.

Los comentarios no reflejan la opinión de InfoCatólica, sino la de los comentaristas. InfoCatólica se reserva el derecho a eliminar los comentarios que considere que no se ajusten a estas normas.

Los comentarios aparecerán tras una validación manual previa, lo que puede demorar su aparición.