Desarrollar su misión «en la verdad, la fidelidad y la caridad»

El Papa advierte ante el Sínodo de que la verdad no cambia según las «modas»

El Papa Francisco abrió el Sínodo de la Familia con una homilía en la llamó a la Iglesia a no cerrar sus puertas a quien se equivoca. Advirtió este domingo durante la misa de apertura del Sínodo de la Familia de que la verdad no cambia según «modas pasajeras» pero también ha llamado a la Iglesia a no cerrar sus puertas a quien se equivoca.

(Actuall) «Una Iglesia con las puertas cerradas se traiciona a sí misma y a su misión, en vez de puente se convierte en barrera», avisó el Pontífice en su homilía ante los participantes del Sínodo. De esta forma, insistió en las palabras de San Juan Pablo II quien dijo que la Iglesia debe combatir el mal o el error pero acoger y amar al hombre que se equivoca.

El Papa subrayó que en un contexto social y matrimonial «bastante difícil» la Iglesia está llamada a desarrollar su misión «en la verdad, la fidelidad y la caridad». Además recordó a los cardenales, obispos, sacerdotes, religiosos y laicos presentes que «la verdad no cambia según modas pasajeras u opiniones dominantes» y les ha advertido del «riesgo fatal» que tiene para el amor una cultura sin verdad, donde el amor se convierte en egoísmo, en algo temporal, en mero sentimentalismo o en «un envoltorio vacío que se rellena».

Si bien, también les avisó de que tampoco están para «señalar con el dedo para juzgar» sino para estar cercanos a las parejas heridas y mostrarles misericordia, para ser «hospital de campaña» y defender los valores fundamentales, para educar en el amor auténtico sin olvidar ser «buenos samaritanos con la humanidad herida».

Francisco lamentó que «cada vez haya menor seriedad en llevar adelante una relación sólida y fecunda» y que el amor «duradero, fiel y fértil es cada vez más objeto de burla y considerado como algo anticuado».

«Parece que las sociedades más avanzadas son las que tienen la tasa más baja de natalidad, y el mayor promedio de abortos, divorcios, suicidios y de contaminación ambiental y social», alertó el Sumo Pontífice. También defendió que el matrimonio «no es una utopía de adolescentes» sino «un sueño de Dios» y se ha mostrado convencido de que incluso el hombre de hoy que «ridiculiza» esta idea y «corre tras los placeres de la carne», se siente «atraído y fascinado por el amor fecundo y fiel» y «desea la entrega total».

El Papa se refirió al drama de la soledad y señaló que este afecta hoy a muchos hombres: «Los ancianos abandonados por sus propios hijos, los viudos y viudas, quienes han sido abandonados por su marido o su mujer, los inmigrantes y refugiados que huyen de la guerra o los jóvenes víctimas de la cultura del consumismo y el descarte».

«Hoy se vive la paradoja de un mundo globalizado en el que vemos tantas casas de lujo y de gran altura pero menos calor de hogar», puntualizó Francisco para acabar.

Homilía del Papa Francisco en la Misa de inauguración del Sínodo sobre la Familia

«Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros su amor ha llegado en nosotros a su plenitud» (1 Jn 4,12).

Las lecturas bíblicas de este domingo parecen elegidas a propósito para el acontecimiento de gracia que la Iglesia está viviendo, es decir, la Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre el tema de la familia que se inaugura con esta celebración eucarística.

Dichas lecturas se centran en tres aspectos: el drama de la soledad, el amor entre el hombre y la mujer, y la familia.

La soledad

Adán, como leemos en la primera lectura, vivía en el Paraíso, ponía los nombres a las demás creaturas, ejerciendo un dominio que demuestra su indiscutible e incomparable superioridad, pero aun así se sentía solo, porque «no encontraba ninguno como él que lo ayudase» (Gn 2,20) y experimentaba la soledad.

La soledad, el drama que aún aflige a muchos hombres y mujeres. Pienso en los ancianos abandonados incluso por sus seres queridos y sus propios hijos; en los viudos y viudas; en tantos hombres y mujeres dejados por su propia esposa y por su propio marido; en tantas personas que de hecho se sienten solas, no comprendidas y no escuchadas; en los emigrantes y los refugiados que huyen de la guerra y la persecución; y en tantos jóvenes víctimas de la cultura del consumo, del usar y tirar, y de la cultura del descarte.

Hoy se vive la paradoja de un mundo globalizado en el que vemos tantas casas de lujo y edificios de gran altura, pero cada vez menos calor de hogar y de familia; muchos proyectos ambiciosos, pero poco tiempo para vivir lo que se ha logrado; tantos medios sofisticados de diversión, pero cada vez más un profundo vacío en el corazón; muchos placeres, pero poco amor; tanta libertad, pero poca autonomía... Son cada vez más las personas que se sienten solas, y las que se encierran en el egoísmo, en la melancolía, en la violencia destructiva y en la esclavitud del placer y del dios dinero.

Hoy vivimos en cierto sentido la misma experiencia de Adán: tanto poder acompañado de tanta soledad y vulnerabilidad; y la familia es su imagen. Cada vez menos seriedad en llevar adelante una relación sólida y fecunda de amor: en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, en la buena y en la mala suerte. El amor duradero, fiel, recto, estable, fértil es cada vez más objeto de burla y considerado como algo anticuado. Parecería que las sociedades más avanzadas son precisamente las que tienen el porcentaje más bajo de tasa de natalidad y el mayor promedio de abortos, de divorcios, de suicidios y de contaminación ambiental y social.

El amor entre el hombre y la mujer

Leemos en la primera lectura que el corazón de Dios se entristeció al ver la soledad de Adán y dijo: «No está bien que el hombre esté solo; voy a hacerle alguien como él que le ayude» (Gn 2,18). Estas palabras muestran que nada hace más feliz al hombre que un corazón que se asemeje a él, que le corresponda, que lo ame y que acabe con la soledad y el sentirse solo. Muestran también que Dios no ha creado el ser humano para vivir en la tristeza o para estar solo, sino para la felicidad, para compartir su camino con otra persona que es su complemento; para vivir la extraordinaria experiencia del amor: es decir de amar y ser amado; y para ver su amor fecundo en los hijos, como dice el salmo de hoy (cf. Sal 128).

Este es el sueño de Dios para su criatura predilecta: verla realizada en la unión de amor entre hombre y mujer; feliz en el camino común, fecunda en la donación recíproca. Es el mismo designio que Jesús resume en el Evangelio de hoy con estas palabras: «Al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne» (Mc 10,6-8; cf. Gn 1,27; 2, 24).

Jesús, ante la pregunta retórica que le habían dirigido – probablemente como una trampa, para hacerlo quedar mal ante la multitud que lo seguía y que practicaba el divorcio, como realidad consolidada e intangible-, responde de forma sencilla e inesperada: restituye todo al origen de la creación, para enseñarnos que Dios bendice el amor humano, es él el que une los corazones de dos personas que se aman y los une en la unidad y en la indisolubilidad. Esto significa que el objetivo de la vida conyugal no es sólo vivir juntos, sino también amarse para siempre. Jesús restablece así el orden original y originante.

La familia

«Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre» (Mc 10,9). Es una exhortación a los creyentes a superar toda forma de individualismo y de legalismo, que esconde un mezquino egoísmo y el miedo de aceptar el significado auténtico de la pareja y de la sexualidad humana en el plan de Dios.

De hecho, sólo a la luz de la locura de la gratuidad del amor pascual de Jesús será comprensible la locura de la gratuidad de un amor conyugal único y usque ad mortem.

Para Dios, el matrimonio no es una utopía de adolescente, sino un sueño sin el cual su creatura estará destinada a la soledad. En efecto el miedo de unirse a este proyecto paraliza el corazón humano.

Paradójicamente también el hombre de hoy –que con frecuencia ridiculiza este plan–permanece atraído y fascinado por todo amor autentico, por todo amor sólido, por todo amor fecundo, por todo amor fiel y perpetuo. Lo vemos ir tras los amores temporales, pero sueña el amor autentico; corre tras los placeres de la carne, pero desea la entrega total.

En efecto «ahora que hemos probado plenamente las promesas de la libertad ilimitada, empezamos a entender de nuevo la expresión «la tristeza de este mundo». Los placeres prohibidos perdieron su atractivo cuando han dejado de ser prohibidos. Aunque tiendan a lo extremo y se renueven al infinito, resultan insípidos porque son cosas finitas, y nosotros, en cambio, tenemos sed de infinito» (Joseph Ratzinger, Auf Christus schauen. Einübung in Glaube, Hoffnung, Liebe, Freiburg 1989, p. 73).

En este contexto social y matrimonial bastante difícil, la Iglesia está llamada a vivir su misión en la fidelidad, en la verdad y en la caridad.

Vive su misión en la fidelidad a su Maestro como voz que grita en el desierto, para defender el amor fiel y animar a las numerosas familias que viven su matrimonio como un espacio en el cual se manifiestan el amor divino; para defender la sacralidad de la vida, de toda vida; para defender la unidad y la indisolubilidad del vínculo conyugal como signo de la gracia de Dios y de la capacidad del hombre de amar en serio.

Vivir su misión en la verdad que no cambia según las modas pasajeras o las opiniones dominantes. La verdad que protege al hombre y a la humanidad de las tentaciones de autoreferencialidad y de transformar el amor fecundo en egoísmo estéril, la unión fiel en vínculo temporal. «Sin verdad, la caridad cae en mero sentimentalismo. El amor se convierte en un envoltorio vacío que se rellena arbitrariamente. Éste es el riesgo fatal del amor en una cultura sin verdad». (Benedicto XVI, Enc. Caritas in veritate, 3).

 

Vivir su misión en la caridad que no señala con el dedo para juzgar a los demás, sino que -fiel a su naturaleza como madre – se siente en el deber de buscar y curar a las parejas heridas con el aceite de la acogida y de la misericordia; de ser «hospital de campo», con las puertas abiertas para acoger a quien llama pidiendo ayuda y apoyo; de salir del propio recinto hacia los demás con amor verdadero, para caminar con la humanidad herida, para incluirla y conducirla a la fuente de la salvación.

Una Iglesia que enseña y defiende los valores fundamentales, sin olvidar que «el sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado» (Mc 2,27); y que Jesús también dijo: «No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar justos, sino pecadores» (Mc 2,17). Una Iglesia que educa al amor autentico, capaz de alejar de la soledad, sin olvidar su misión de buen samaritano de la humanidad herida.

Recuerdo a san Juan Pablo II cuando decía: «El error y el mal deben ser condenados y combatidos constantemente; pero el hombre que cae o se equivoca debe ser comprendido y amado [...] Nosotros debemos amar nuestro tiempo y ayudar al hombre de nuestro tiempo.» (Discurso a la Acción Católica italiana, 30 de diciembre de 1978, 2 c: L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua española, 21 enero 1979, p.9). Y la Iglesia debe buscarlo, acogerlo y acompañarlo, porque una Iglesia con las puertas cerradas se traiciona a sí misma y a su misión, y en vez de ser puente se convierte en barrera: «El santificador y los santificados proceden todos del mismo. Por eso no se avergüenza de llamarlos hermanos» (Hb 2,11).

Con este espíritu, le pedimos al Señor que nos acompañe en el Sínodo y que guíe a su Iglesia a través de la intercesión de la Santísima Virgen María y de San José, su castísimo esposo.

20 comentarios

Roberto ibarra
Perfecto. Amor a la verdad sin juicio a los demas...
4/10/15 7:39 PM
Iván RC
"Este es el sueño de Dios para su criatura predilecta: verla realizada en la unión de amor entre hombre y mujer; feliz en el camino común, fecunda en la donación reciproca".

Eso también lo dijo en la misma "advertencia", magisterio puro.

Preferiría que en notas así publicaran los textos completos. En estos días de confusión los textos a medias pueden prender alarmas innecesariamente.
4/10/15 8:15 PM
Victor
Palabras muy faciles de targiversar y manipular por los medios nos da el Santo Padre, ojala fuera mas valiente y claro. Porque con el caso hoy del sacerdote homosexual que presento a su novio, aqui se podria interpretar como que la iglesia no le cerrara sus puertas y no lo expulsara, lo cual seria un fatal error. Tampoco digo que lo cruxifiquen pero si va contra la palabra de Cristo no merece ser catolico y menos un sacerdote al igual que aquellos que se casan con alguna mujer etc.
4/10/15 8:42 PM
blanka
Comienza el Sinodo; oremos por esto, por el mundo entero y la salvacion de todas las almas.
4/10/15 9:01 PM
Tito Livio
Yo lo veo esto como un llamado de advertencia a los padres sinodales. Más necesario ahora que nunca. A lo mejor envalentona a los padres fieles y acoquina a los kasperianos y estos se tientan sus ropajes.

Pues bien. Esperemos que el Papa no se pare aquí y siga haciendo llamadas de atención en público o en privado.

Sobre lo que comenta Victor: La Iglesia no cierra las puertas a nadie. Son las personas las que se cierran las puertas de la Iglesia. Es así como Dios no es que condene exactamente, más bien son las almas en pecado mortal las que ellas mismas van derechitas al infierno porque han rechazado a Dios y todas las oportunidades que Él les ha dado para rectificar.
4/10/15 9:03 PM
Federica
"ser «buenos samaritanos con la humanidad herida»". De acuerdo, pero ¿cómo se traduce eso en la pastoral real de cada día? ¿Tratando las "nuevas realidades" pseudomatrimoniales y pseudofamiliares como si fueran "normales"? ¿No debe enseñar la Iglesia y ayudar a santificarse? ¿Y podrá hacer eso sin mostrarle a cada uno sus errores y exhortando al arrepentimiento, a la penitencia y a la conversión?
4/10/15 9:08 PM
Jaime Fernández de Córdoba
Hoy mi buen párroco don Javier lo ha dicho muy claro: "Este siglo no puede juzgar las palabras de Jesús, será Jesús quien ha de juzgar al siglo"
4/10/15 9:47 PM
JUAN NADIE
Aun es pronto para juzgar. Esperemos, veamos cuando se mate al toro y entonces veremos que corresponde si rabo, oreja o bronca.
A mi me encantaría poder sacarlo de la Plaza a hombros, pero con hechos. Yo es que creo en Jesucristo, no en los hombres, a los hombres les exijo hechos (en consonancia con Cristo, la Tradición la Doctrina y el Magisterio, que esta ya todo inventado). De Cristo me fio de cualquier cosa que dijese aunque no lleguase a entenderla plenamente.
4/10/15 10:07 PM
blanka
Comienza el Sinodo; oremos por esto, por el mundo entero y la salvacion de todas las almas.
4/10/15 10:18 PM
Alejandro LC
Me dan hasta nauseas de tanto oir hablar del problema de la soledad y de la necesidad de comunicación constante. Pienso que en este tiempo que vivimos parece que hay pánico a la soledad, y a la par incapacidad para la verdadera comunicación, y pienso que ambas cosas van unidas. Me parece que es necesario recogerse en uno mismo, pasar suficiente tiempo en soledad (una cantidad que es distinta para cada persona), desarrollar la propia individualidad, para así encontrar algo de valor que comunicar. El mundo moderno, por contra, impulsa a la comunicación constante de trivialidades, a un parloteo intrascendente, agotador e inacabable, y a estridentes demostraciones sentimentales, y fomenta el pánico a estar a solas con uno mismo. Yo no condeno a la gente que necesite un mayor grado de comunicación con su entorno, pero sí me encuentro acusado injustamente por este tipo de declaraciones por parte de la jerarquía que ignoran o desdeñan la tendencia hacia la introspección que pienso que está más que legitimada por la historia de la Iglesia, y que es algo positivo a predicar hoy día como parte de la solución a nuestros problemas.
4/10/15 10:36 PM
antonio
"El mundo moderno, por contra, impulsa a la comunicación constante de trivialidades, a un parloteo intrascendente, agotador e inacabable, y a estridentes demostraciones sentimentales, y fomenta el pánico a estar a solas con uno mismo. Yo no condeno a la gente que necesite un mayor grado de comunicación con su entorno, pero sí me encuentro acusado injustamente por este tipo de declaraciones por parte de la jerarquía que ignoran o desdeñan la tendencia hacia la introspección que pienso que está más que legitimada por la historia de la Iglesia, y que es algo positivo a predicar hoy día como parte de la solución a nuestros problemas."
En fundamental tener momentos de soledad, y fomentar la interioridad, el dialogo con Dios, la lectura!!!Sigue vigente!!Ojo!!!con los celulares, la compu ,la play.Todo para su uso racional, puede entrar el enemigo por las imagenes, los sonidos, en casa desde chicos, les comente ahora me corrigen ellos.Los Deportes, colectivos,fútbol, rugby, vencer la individualidad, el equipo!!!Fortalecer, que los jóvenes se hagan machos, y la mujeres también tengan su carácter, andar a caballo etcBrutalidades, me romompierón la casa.
5/10/15 1:55 AM
FernanadoVI
Lo peor de todo , es que como siempre detrás de una frase rotundamente y evangélicamente verdadera hay una "matización"que permite la manipulación de la palabra de Dios. Ósea una de cal y otra de arena , todo es relativo...
Parece que no es nada nuevo, incluso el carácter asambleario típico con que se suelen arropar y justificar decisiones políticamente ya tomadas acordes de con el nuevo orden mundial.
Creo que debemos rezar , pero no.olvidemos que no es la primera vez que la Iglesia se enfrenta a estas convulsiones o ataques indirectos.
Recordemos las palabras de Gregorio Marañon
“Hoy solo puede hablar de razón y de derecho, sin mentirse a sí mismo, y sin mentir a los demás, un solo Estado.
El único que no empleó jamás la fuerza; el que no ha tenido sino excepcionalmente soldados y cañones; el que solo ha blandido la espada simbólica del verbo, sin tener otra, de acero, presto a ayudar con argumentos tajantes a lo que llamase el derecho y a lo que llamase la razón.
Este Estado es el Vaticano.
Y solo lo que él representa, en su vasto sentido histórico, solo esto, podrá prevalecer contra todos los anticristos”.
1939.
“Menos en religión, todas las heterodoxias me fascinan”.
1951.
5/10/15 7:47 AM
Mir
En estos años me han hecho sentir que la Iglesia a la que he pertenecido y la doctrina que he hecho vida, han sido una gran mentira. Como si lo que todos los Papas han enseñado de manera firme y clara, fuera falso y duro, sin misericordia con el hombre, que sólo ahora es cuando estamos empezando a vivir el mensaje evangélico... El daño que se está haciendo sobre la fe de muchísima gente es tremendo y me parece que irreversible.
5/10/15 9:28 AM
Chimo
Fernando VI, desconocía las citas de D. Gregorio Marañón, gracias por su aportación.
5/10/15 11:08 AM
Solange
Todas las palabras del sinodo están llenas de verdad y amor . La soledad es dura para quienes creen , ahora las relaciones buscan llenar necedidades físicas y se adapte a tus horarios ocupados porque buscan la realización económica , se buscan que beneficios puedes sacar y no que tanto puedes dar tu , hay una soledad porque nadie quiere arriesgar por amor , se mira como algo anticuado que se debe huir porque se piensa que amor solo debe satisfacer mis deseos y no traer obligaciones . En medio de todo esto se esta solo , para todos los demás que están en introspencion , no olviden que quiza tengan una misión y no se diga que no lo intentaron
5/10/15 2:33 PM
Gabriel B.
Víctor: Hasta las Sagradas Escrituras y el Magisterio se han tergiversado cuando se ha querido, a pesar de su claridad.
Por otro lado, con soledad el Papa se refiere al vacío que produce el frenesí del consumo, del egoísmo y de mirarse a sí mismo sin mirar a los demás. No se refiere a la soledad necesaria que requiere la Oración y la intimidad de uno mismo con Dios
5/10/15 2:55 PM
Solange
Me parece que todo lo que dijo el padre esta dentro de la verdad . Y realmente no esperó hable de la homosexualidad este es un sínodo de la FAMILIA , y hablo de hombre-mujer , y los males que aquejan a quienes quieren unir su vida , el poco compromiso que tiene el hombre para con el amor autentico y corre tras amores temporales huyenfole a la responsabilidades de familia es algo muy heterosexual y de nuestro tiempo un tipo de soledad . De hecho hablar de homosexualidad mi tiene nada que ver con la familia
5/10/15 6:14 PM
enrique Cheli Pedraza
/Rogamos,para que los cristianos,católicos y creyentes,pidamos, al Espíritu Santo que "toque" con sus dones a los que participan del Sínodo),a fin que iluminados de lo Alto,transmitan a la feligresía del siglo 21,lo que realmente Dios( Santísima Trinidad: Padre- Hijo y Espíritu Santo) quieren de la Humanidad.

/Oramos, para que la Virgen María,corredentora de la humanidad, medianera de todas las gracias y abogada nuestra,interceda por los pastores,evangelizadores y catequistas quienes,mas de una vez con sus ambiguedades,eufemismos y medias tintas,(detrás de las cuales hay buenistas,contemporizadores y transigentes,carentes de " profetismo")han terminado por desconcertar,confundir y desorientar a la feligresía de cristianos,católicos y creyentes,víctimas de la falta de unidad de información, contradicción de comandos y consecuente anarquismo de opiniones en los que mas de uno se hallan sin tener claridad, sobre la doctrina,tradición y magisterio de la Iglesia,depositaria oficial por mandato divino de las enseñanzas de Jesús acerca de ciertos temas .

/Pedimos ,para que los cristianos,católicos y creyentes,tomemos conciencia de las consecuencias,efectos y repercusiones,que,luego se derivan, engendran y movilizan,entre nuestros Familiares, Amistades y Conocidos de acuerdo a nuestras opciones existenciales,estilos de vida,y testimonios o anti testimonios, que pueden contribuir a que mas de uno se acerque a Dios,o se vaya alejando( y por todo una eternidad...)
5/10/15 9:50 PM
Gerardo
La doctrina no cambia. Lo que sin duda debe cambiar es nuestra actitud y manera de comportarnos con los heridos que encontramos a la orilla de los caminos. Tener la caridad del samaritano, no el desprecio del fariseo. Jesús no preguntaba al sanar a los enfermos. Después podía pedirles algo o llamarlos a la conversión. La fe sin amor es hueca. La caridad es cualidad indispensable para vivir la fe. Primero caridad. No hay que apuntar con dedo acusador, sino aplicar el bálsamo del amor, de la comprensión, de la acogida, de la amistad. Buscar el bien de todo prójimo. No endingarle una lista de reprensiones y dejarlo botado. Cambiar nuestra actitud, no la doctrina, es lo que pide el Papa. Y tiene toda la razón.
5/10/15 10:33 PM
Mariana
No se porqué pero no puedo encontrar doctrina en las palabras del Papa Francisco.
7/10/15 2:05 AM

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