El movimiento homosexual «busca racionalizar la revolución sexual y extenderla»

La ley del deseo

El movimiento homosexual «busca racionalizar la revolución sexual y extenderla»

Reflexiones de Robert Reilly, destacado escritor norteamericano experto en política y extremismos, ex director de la Voz de América (VOA), y estudioso del Islam, argumentando que la reivindicacion LGBTQ «no es una búsqueda de la verdad. Es una búsqueda de la auto justificación». Con decenas de escritos y obras, su libro más destacado sobre el extremismo islámico es The Closing of the Muslim Mind.

(Portaluz) Sin embargo Reilly ha sorprendido a todos apuntando ahora su preocupación sobre el accionar organizado de la comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Teransexual, Qeer (LGBTQ). En su polémico libro Making Gay Okay. How Rationalizing Homosexual Behaviour is Changing Everything, publicado en 2014, argumenta el impacto demoledor que tendría sobre las sociedades de occidente el imponer lo Gay como arquetipo cultural que modela las creencias y valores de todos.

«Mientras más se aleje una sociedad de la verdad, más odiará a aquellos que la proclaman». La expresión que pertenece a George Orwell, es punta de lanza en la reflexión de Reilly al cuestionar la conducta política del movimiento LGBTQ.

En una reseña del libro en MercatorNet, Tracy Mehan III señala que la tesis de Reilly es que hay dos modos fundamentales de ver la realidad. Uno considera que las cosas pertenecen a una naturaleza que está ordenada a «fines que son inherentes a su esencia y que les hace ser lo que son» y tienen «propósitos innatos». El otro modo de ver la realidad piensa que las cosas no tienen una naturaleza o fin en sí mismas, «sino solo lo que hace que estén de acuerdo con nuestros propósitos y deseos». El primero supone una «primacía de la razón» y el segundo inclina a una «primacía del deseo».

«El debate sobre el "matrimonio" entre personas del mismo sexo -escribe Reilly- se refiere en definitiva a eso: la naturaleza de la realidad». Para él, «el movimiento homosexual busca la más amplia racionalización de la revolución sexual y se dedica a extenderla. La aceptación de cada variante de la conducta sexual errónea refuerza a las otras».

Pero cuando se niega la razón natural, la justicia se reduce a lo que es deseado, en vez de lo que es razonable, reflexiona el autor. Quienes así basen su libertad antes o después afrontarán las consecuencias de este punto de vista, escribe Reilly, pues «lo que parece una libertad sin límites es, de hecho, la consagración de la tiranía».

La racionalización de la conducta homosexual exige además, advierte, pasar por alto o negar que en la realidad su práctica sexual -por ser ajena al orden natural- expone a mayores riesgos para la salud según evidencian todas las cifras del Centro para el Control y Prevención de las Enfermedades de Estados Unidos, concluye. Saliendo al paso de otros tópicos, Reilly niega que los grandes pensadores de la antigua Grecia fueran favorables a la conducta homosexual. «Sócrates y Platón condenaron inequívocamente los actos homosexuales como antinaturales», asegura Reilly citando varios pasajes de sus obras. Más aún, Aristóteles califica el sexo entre hombres como una de esas «cosas morbosas» mencionadas en la Ética a Nicómaco. Cuando se niega la naturaleza, la justicia se reduce a lo que es deseado, en vez de lo que es razonable concluye.

En declaraciones al periodista Alvino-Mario Fantini en MercatorNet, no se priva de generar polémica al referir cómo la concepción legal sobre el matrimonio ha podido cambiar con tanta rapidez y profundidad.

«El pez se pudre por la cabeza –apunta-, como dicen los chinos. Se ha ido abriendo paso a través de los razonamientos legales y de una completa separación entre moralidad y ley. Ahora podemos ver que la mayoría de nuestros jueces son positivistas, que no ven relación entre ley y moralidad. Repiten que no hay una argumentación racional contra el matrimonio homosexual, por lo que la oposición a este debe ser considerada un prejuicio. Sin embargo, hay abundantes decisiones de la Corte Suprema desde el siglo XIX que, de un modo muy aristotélico, hablan de cuál es el papel de la familia. Pero los tribunales nunca se preguntan por estos temas; solo dicen: «Esto es un prejuicio» y siguen adelante. Los jueces se han vuelto historicistas y han abandonado las «leyes de la naturaleza y del Dios de la naturaleza (como dice la Declaración de Independencia) en las que descansa su autoridad. Están rindiendo básicamente la naturaleza a la Historia, y haciéndolo, minan su propia autoridad para tomar decisiones. Es un tipo de suicidio moral y legal».

Reilly subraya además un tópico conocido y es que nada permite asegurar que uno nace siendo gay. «No hay prueba de un gen gay. Científicos homosexuales que han investigado el asunto han sido muy francos al decir: ‘No hemos descubierto tal cosa, aunque por supuesto pudiera haber componentes genéticos en la predisposición’. Pero hay componentes genéticos en casi todo, por lo que eso no dice mucho. Y la cifra del 10 por ciento (de homosexuales en el conjunto de la población) es completamente falsa. Es más bien un dos o un tres por ciento».

«Estoy convencido –agrega- de que un número de homosexuales tienen esa predisposición sin propia responsabilidad… Merecen ser tratados con mucha compasión por esta compulsión, que no es responsabilidad suya…».

El periodista le hace notar luego que la racionalización de algún comportamiento reñido con un determinado principio moral es común a todos los seres humanos. Todos lo hacemos, le cuestiona. Reilly responde:

«Todos tenemos apetitos desordenados y pasiones. Eso no es exclusivo de los homosexuales. Y cada vez que cedemos ante una pasión desordenada, creamos una falsa realidad para justificarla»...

«Como Aristóteles apunta en su Ética, el ser humano es incapaz de escoger algo a menos que lo vea como un ‘bien’ para sí mismo. Así que creamos una realidad alternativa en la que una cosa mala se convierte en buena, pero por lo general nos recuperamos de esto cuando admitimos nuestra culpa, y lo reconocemos como un mal. Entonces el orden moral se restaura. Pero si eliges cimentar tu vida en un acto inmoral –digamos que quieres ser un ladrón profesional, o que quieres un matrimonio o relación sodomítica–, entonces tienes que construir una racionalización más permanente que soporte los repetidos intentos de tu conciencia de intervenir y de decirte que debes sentirte culpable de lo que haces porque es intrínsecamente incorrecto»…

«Para que esta racionalización triunfe, no solo tienes que convencerte a ti mismo, sino a todos los que te rodean. Las personas que se involucran en la justificación de su mal comportamiento moral no están ‘buscando la verdad’ cuando incluyen a otros en la discusión sobre su comportamiento; están buscando proteger esa racionalización y universalizarla para salvaguardar un comportamiento que ellos desean mantener. Por eso vilipendian a cualquiera que se les opone y utilizan todos los medios para dejarlos fuera de combate. No es una búsqueda de la verdad. Es una búsqueda de la auto justificación».

8 comentarios

Juan Carlos ⛪
Sr Robert Reilly: lo felicito pero el lobby gay junto con sus politicos y medios colaboradores le haran bullying por donde sea hasta que se arrodille, les pida perdon y se retracte de lo que ha dicho.
15/08/15 5:29 PM
Solange
Muy interesante , este estudio y análisis de Roberto Reilly , para que la sociedad diga funcionando , no se deben justificar todos los deseos , es importante la espiritualidad la cual tiene una función de controlar y domininar sobre nosotros mismos nuestros deseos , y lograr la verdadera libertad , en cambio permitir todo tipo de conducta fuera del orden natural , te convierte en exclavo de otros
15/08/15 8:15 PM
rastri
Los hay sí, valga, que no les juzgo ni menos les quiero a mi lado; que ya es juzgar;

Me repugna su proximidad. Y me irrita que pretendan ser más logrados y racionales que yo en ésta mi triste universal realidad.

Nací entero, ni antes ni después de ese mi día y hora que no me estuviera predeterminado; Y aún sabiendo que nací de pecado; Así rescatado y reconvertido sé que nací para amar y para procrear amor debidamente racionalizado;

Y si caí me levanté; y no me estanqué glorioso en las sucias aguas de un instinto descontrolado.

Yo soy Hombre hijo de hombre engendrado y nacido de la semilla de hombre, para continuar mi evolución hasta ser ángel en, para y por Dios, en Dios, en otro lugar creado.

¿Qué se puede decir?: Yo también soy así; pienso así y siento así.

No me gustan, por los mejores los que en su suerte mal comprendida saben ser y estar siento caritativa y compasiva lástima.

Y no obstante he de admitir que quien de este su inocente nacer, así en digna forma de mente y cuerpo persevera, está más cerca de Dios que yo.
16/08/15 4:28 AM
Juan Mariner
no se puede "racionalizar" lo que es una "sinrazón". Harán intentos, pero todos ellos fracasarán. El desagüe de la Historia se llevará a la cloaca este engendro de los poderosos mundiales.
16/08/15 7:10 AM
Guillermo P.F.
Otros, mientras tanto, no tenemos dinero para campañas y querellas judiciales, y entonces nos contentamos con vivir en paz junto a la persona que apareció en nuestras vidas Dios sabrá por qué.

Y que, por más que nos expliquen que hay una ley natural, le vemos lagunas. Si no, qué fácil sería. Pero no. Y así estamos, unos y otros. Los que tanto saben, y los que tanto ignoramos.
17/08/15 12:46 PM
Juan Carlos ⛪
Guillermo P.F.: muchas veces la "paz" significa aceptar lo que otros quieren y someterse sin protestar a los deseos de otros. ¡Adoptar la doctrina cristiana al gusto del poder de turno es la paz! Algunos prefieren la paz con el activismo gay y ser lo mas inofensivo a ellos, pero eso es hacerle la guerra a las enseñanzas cristianas. Una cosa es la tolerancia y respeto y otra muy distinta es el estar de acuerdo.
17/08/15 6:23 PM
Néstor
La ley natural en los temas morales esenciales es relativamente fácil de conocer, y la prueba es lo extendido que está el rechazo de la homosexualidad en la historia humana. Incluso los que ahora aprueban la homosexualidad comenzaron condenándola. Lo que pasa es que la inteligencia humana, finita y falible como es, no resiste indefinidamente los esfuerzos autojustificatorios de quien prefiere cambiar la ley natural a cambiar de vida. Y así, al final se termina viendo, o creyendo ver, mejor, lo que se quería ver, y no viendo lo que hace rato no se quería ver.

Saludos cordiales.
17/08/15 7:41 PM
LUIS FERNANDO SERNA GARCIA
QUE TRISTEZA PERDER LA ETERNIDAD,POR UNOS AÑOS DE PLACER SOLO POR DARLE GUSTO AL PLACER CARNAL,DISFRAZANDO LAS DESVIACIONES ABERRANTES SEXUALES,DE TERNURA,AFECTO,AMOR,CUANDO SOLO ES UN PLACER PASAJERO,EL COMENTARIO Y POSICION DE ESTE PERIODISTA ES DE VALIENTES,LO APOYO.
19/09/15 5:36 PM

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