Niega que la pastoral pueda contradecir la doctrina

El cardenal Renato Martino asegura sobre el Sínodo que la Iglesia no puede traicionar su doctrina

En una entrevista concedida a La Nuova Bussola Quotidiana, el cardenal Renato Raffaele Martino, ex Presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, se muestra tranquilo sobre el resultado del Sínodo extraordinario que comenzará el próximo 5 de octubre. Sobre los ataques a la familia, el prelado cree que «el Sínodo será una ocasión para plantear el desafío» y se reafirmará con claridad la doctrina tradicional de la Iglesia sobre la familia. Y añade que «el debate puede dar lugar a que se den expresiones e intervenciones que no se correspondan con la doctrina de la Iglesia, pero finalmente el sínodo no podrá hacer otra cosa que reafirmar lo que la Iglesia ha dicho siempre acerca de la familia».

(La Nuova BQ/DHI/InfoCatólica) El cardenal Martino, de 82 años, fue nombrado recientemente Protodiácono -el que anuncia al nuevo Papa- después de una vida dedicada a la difusión y defensa de la doctrina social de la Iglesia. De hecho, fue nuncio apostólico ante las Naciones Unidas durante dieciséis años, desde 1986 hasta 2002, y dirigió la misión de la Santa Sede durante todas las conferencias internacionales de la ONU en los años noventa.

Después, fue el presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz. Viajó por todo el mundo desempeñando estos cargos –«He visitado 195 de los 205 países existentes, no hay ningún cardenal que haya hecho más»– y recibió 34 premios y 14 doctorados honoris causa –«14 , el mismo número que las operaciones quirúrgicas que tenido que afrontar», dice riendo–.

Durante los años en las Naciones Unidas, tuvo que defender la familia y el derecho a la vida, sujetos a un ataque sin precedentes que también continúa en nuestros días. Sin duda, la mayor batalla, el más terrible conflicto, fue el de El Cairo, en la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, que se cerró hace ahora veinte años. En aquella época, el tema dominante era la superpoblación y, por lo tanto, los Estados Unidos y la Unión Europea estaban presionando para imponer todo tipo de medios de control de la natalidad, sobre todo exigiendo el derecho al aborto.

Cardenal Martino, la oposición decidida de la Santa Sede dio lugar a un intenso conflicto, que durante días ocupó las primeras planas de los periódicos de todo el mundo.

Con la ayuda de los delegados africanos y latinoamericanos, sugerí que el aborto no se tuviera en cuenta como un método de planificación familiar. Gracias a esta intervención, en el Programa de Acción que salió de El Cairo, se lee en el párrafo 8.25: «En ningún caso se debe promover el aborto como método de planificación familiar». Fue una victoria contundente, que los europeos, que están a favor del aborto, nunca han conseguido digerir. Es importante destacar que esta formulación no se ha revocado en ningún documento de las Naciones Unidas, a pesar de los continuos intentos. El primer intento de eliminar esta prohibición se produjo en Pekín sólo unos meses más tarde, en 1995, en la Conferencia dedicada a las mujeres. Todos los países que fueron derrotados en El Cairo se unieron en Pekín y lo intentaron todo para eliminar esta afirmación, pero no pudieron tener éxito.

Estados Unidos –era el gobierno de Clinton en aquellos momentos– estaba particularmente decidido a lograr el derecho al aborto. Fue una batalla sin cuartel y usted fue tratado con dureza por el jefe de la delegación estadounidense, el entonces Subsecretario del Departamento de Estado, Timothy Wirth. ¿Qué pasó?

Fui convocado por Wirth, que me preguntó sin rodeos: «¿Por qué ha hecho esto?». Le dije que defendíamos la dignidad del hombre, de todo hombre. Entonces él respondió: «Usted solo es un Observador, no puede hacer esto», en referencia al hecho de que se había formado alrededor de la Santa Sede una coalición de países africanos y latinoamericanos. Entonces yo le recordé que era cierto que la Santa Sede era un observador en las Naciones Unidas, pero cuando se convocaban estas conferencias la Santa Sede participaba al mismo nivel que los demás y, por lo tanto, podía intervenir como lo considerase oportuno. Ahí terminó la conversación.

Imperialismo anticonceptivo

En El Cairo, se rechazó también un intento de redefinir el concepto de la familia, que iba a ser reemplazado por «familias», abriéndose a la identidad de género. Al final, se quedó en el singular.

Otra victoria importante. También en este punto luchamos junto con esa gran coalición de países africanos y latinoamericanos.

¿Por qué le seguían estos países?

Porque iban a ser las víctimas de la política del imperialismo anticonceptivo, pero también porque así lo dictaban las políticas vigentes en ese momento en todos esos países.

Ciertamente, obtuvo algunos éxitos importantes en las formulaciones, pero no se puede negar que, después de la Conferencia de El Cairo, los fondos disponibles para las políticas de control de la natalidad en los países pobres se multiplicaron.

Ah sí, tristemente cierto, porque los países ricos no han dejado de intervenir y de propagar estas políticas.

Antes de la Conferencia de El Cairo, Juan Pablo II intervino muchas veces, precisamente para evitar que ciertas posiciones anti-familia y anti-vida se aprobasen. También escribió a todos los jefes de gobierno, pero, sobre todo, dio una auténtica y oportuna catequesis sobre la familia, la vida y la ley natural durante semanas, con ocasión del Ángelus. Una ley natural que parece olvidada, incluso en la Iglesia.

Juan Pablo II estaba muy bien informado acerca de todo lo que pasaba en la ONU. Cada vez que yo iba a a Roma, me invitaba a almorzar en el Vaticano y, durante todo el tiempo que pasábamos juntos, me pedía información detallada sobre todo lo que se discutía en la ONU y los trabajos preparatorios de las diversas conferencias internacionales. Había una gran armonía entre lo que él decía y lo que yo estaba haciendo en Nueva York. Por eso, en 1992, se opuso a mi traslado de la ONU.

¿Qué sucedió?

El Secretario de Estado me había propuesto para la nunciatura en Brasil, pero Juan Pablo II bloqueó todo. Él dijo: «Martino se queda en las Naciones Unidas». ¡Todavía quedaban otros diez años! Estaba al corriente de todo. En 1992, los preparativos de la Conferencia de El Cairo ya estaban en marcha. Yo estaba trabajando en eso y la declaración sobre el aborto estaba en curso, por lo que el Papa dijo: «No. Se queda». En 2002, me llamó de nuevo y dijo: «Basta ya de la ONU, venga a Roma para ser el presidente del Pontificio Consejo Justicia y la Paz». Y así fue. Y entonces me hizo cardenal en 2003.

Doctrina Social de la Iglesia

En Justicia y Paz, usted fue el creador del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia.

El papa Juan Pablo II ya había recibido de los obispos latinoamericanos en 1998 la petición de un documento sobre la doctrina social. Cuando fui en 2002 al Pontificio Consejo Justicia y Paz, el Papa me instó a llevar a buen término este Compendio. En ese momento, había un proyecto, pero no estaba terminado. Sobre el medio ambiente, por ejemplo, sólo había un pequeño párrafo y yo lo convertí en un capítulo entero, el décimo. Tardé dos años y el Compendio se publicó en octubre de 2004. Inmediatamente después de la conferencia de prensa en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, fui a almorzar con Juan Pablo II con el libro en la mano. El Papa dijo solamente: «¡Por fin!» Luego, durante el almuerzo, no hizo más que examinar el índice y luego ir a la sección de referencias. El mayordomo le quitaba de vez en cuando el libro de la mano para colocarle delante el plato. Comía algo, luego apartaba el plato y tomaba de nuevo el libro. Al final del almuerzo, dijo esta otra hermosa frase: «¡Verdaderamente es un buen libro!» Estas son las cosas que me quedaron grabadas.

Juan Pablo II insistió mucho sobre la familia y la vida: era muy consciente de que el futuro de la humanidad se estaba jugando en esos asuntos. Por eso mismo, los abordó desde el punto de vista de la ley natural. Hoy parece que esto se olvida...

Quizás no discutimos sobre esos temas de la misma manera, pero se mantienen los fundamentos principales que la Iglesia ha sostenido siempre.

Sínodo

De otras maneras y con distintos argumentos, el ataque a la familia continúa. ¿Cómo puede responder la Iglesia? No hay conferencias internacionales...

Creo que el Sínodo será una oportunidad para plantear el desafío, y las enseñanzas tradicionales de la Iglesia sobre la familia quedarán muy claras. El debate puede dar lugar a que se den expresiones e intervenciones que no se correspondan con la doctrina de la Iglesia, pero finalmente el sínodo no podrá hacer otra cosa que reafirmar lo que la Iglesia ha dicho siempre acerca de la familia.

Hay quienes sostienen abiertamente que la doctrina es una cosa, pero la pastoral otra.

La pastoral debe tener en cuenta las situaciones concretas que se dan en distintos países y diversos ambientes, pero la Iglesia no podrá cambiar lo que siempre ha proclamado.

Usted también conoce bien al Papa Francisco.

Lo conozco desde que era arzobispo en Argentina. Hablé con él en Buenos Aires durante mis viajes y luego también en Roma, después de su elección como Papa.

¿Encuentra alguna similitud con Juan Pablo II?

Cada [papado], en sí mismo, tiene sus propias características. Pero más allá de las apariencias externas, creo que Francisco se parece mucho a Juan Pablo II, en la fidelidad a la doctrina de la Iglesia. Para Francisco, la familia también es fundamental. Por otra parte, un Papa no puede hacer cosas nuevas, de las que nunca antes se ha oído hablar. Sólo cambia el estilo, pero la doctrina es la que es y el Papa debe proclamarla.

 

El Cardenal Martino es el Presidente de Honor del Dignitatis Humanae Institute

Entrevista completa original (en italiano)

Entrevista completa traducida al inglés por el Dignitatis Humanae Institute

21 comentarios

Manuel de Buenos Aires
Hace muchos años que la pastoral y la doctrina van por caminos contrarios en todas las esferas de la Iglesia
16/09/14 4:25 PM
Menka
El juramento de un pontífice:

«Yo prometo:

– no disminuir o cambiar nada de cuanto encontré conservado por mis muy probos antecesores, y no admitir nada nuevo, sino conservar y venerar con fervor, como un verdadero discípulo y sucesor, con todas mis fuerzas y con todo empeño, lo que fue transmitido;

– enmendar todo cuanto surgiera en contradicción con la disciplina canónica, y custodiar los sacros Cánones y las Constituciones Apostólicas de nuestros Pontífices, cual si fueran mandamientos divinos y celestiales, porque soy consciente que tendré que rendir estricta razón ante Tu juicio divino de todo aquello que profeso; yo que ocupo Tu puesto por divina condescendencia y lo ocupo como Tu Vicario, asistido por Tu intercesión.

Si pretendiese actuar de manera diferente, o permitiese que otro lo haga, Tu no me serás propicio en aquel día tremendo del divino juicio…

Por lo tanto, nos sometemos al riguroso interdicto del anatema, si alguna vez alguien o nosotros mismos, o algún otro, tiene la presunción de introducir cualquier novedad en oposición a la Tradición evangélica, o a la integridad de la Fe y de la Religión, intentando cambiar alguna cosa a la integridad de nuestra Fe, o consintiendo a quien pretendiese hacerlo con audacia sacrílega».
16/09/14 5:32 PM
Juan de los Palotes
Llegados hasta este grado de confusión se podría decir que el Sínodo debe refrendar y definir con autoridad magisterial, y hasta con alguna intervencion ex-cathedra sobre la doctrina tradicional, que no es más que sentido común y derecho natural.

Cualquier párrafo ambiguo, confuso, flojo, o que se preste para interpretaciones será una victoria para los enemigos de la Iglesia y de la familia.
16/09/14 5:54 PM
Fran
la Iglesia oficialmente dice que no traiciona su Doctrina y que nadie dentro la Iglesia lo debe de hacer, pero ¿porque permiten que algunos sacerdotes, monjas o instituciones adscritas a la Iglesia catolica lo hagan?
16/09/14 7:03 PM
GKC
Manuel, más bien hay muchas partes de la iglesia a las que les da lo mismo la Verdad y lo camuflan diciendo que es pastoral.
Juan yo muchas veces he pensado eso pero creo que no serviría para nada. Si a la mayoría de los católicos les da igual que la Iglesia siempre allá proclamado lo mismo sobre esta materia(y que la razón natural coincida) porque iban a hacer caso de una definición ex-cathedra? Creo qué acostumbrarse a creer cosas solo porque la autoridad las haya definida como obligatorias es una mala idea porque luego vendrá algún listillo a decir que tal o cual herejía cumple con la letra de tal o cual dogma y entonces habría que declarar otro dogma para descartarlo y así hasta tener enciclopedias enteras de dogmas a los que nadie les hace caso.
Hay que proclamar la doctrina de siempre y ya esta. Creo que sería muy fácil pero me imagino un documento de 150 páginas, 50 dedicados a analizar la situación actual de la familia, 50 a la pastoral que se ha hecho hasta ahora 2 páginas reafirmando la doctrina de siempre y otras 48 hablando de posibles actuaciones pastorales, alentando a las conferencias episcopales a que busquen nuevas soluciones y muchas, muchas menciones de la palabra misericordia. La prensa cogerá dos o tres frases aparentemente ambiguas(imposible escribir un documento largo sin alguna ambigüedad), la mayoría de la gente se quedará con esas dos o tres frases, muy pocos se lo leerán entero(y de ellos muchos lo mal interpretarán a propósito o no) y así.
16/09/14 7:14 PM
Diác. Lyonel
Cuidado, hermanos! Esto mismo dijeron los judíos de Jesús, y terminaron crucificándolo. El amor - la misericordia - está por sobre la doctrina. Y si la doctrina contradice al amor, debe sometérsele. La doctrina - no olvidarlo - aunque fundada en inspiración Divina, es histórica, y se da en ropajes humanos (hasta en harapos, diría)... Sí, la pastoral puede y debe estar por sobr la teoría, cuando fundada en el Amor.
16/09/14 8:26 PM
Luis Fernando
Diac Lyonel, doy por hecho que usted no es diácono católico. Será diácono anglicano, luterano o algo parecido. Un diácono católico no dice la sarta de barbaridades contrarias a la fe católica que ha soltado en su comentario.
16/09/14 8:49 PM
Bernardita
Nuestro Señor ha dicho "Yo soy la Verdad", y no "Yo soy la pastoral".......
El Verbo encarnado es idéntico, pues, a la Verdad revelada y transmitida por la única Iglesia de Cristo.
Cualquier otra "acción" o praxis que contradiga dicha verdad, no huele a incienso sino a azufre.
Y ciertamente, hace bastante tiempo ya, que necesitamos escafandras para la humareda...
16/09/14 9:03 PM
Manuel de Buenos Aires
Diac. Lyonel. Gracias por la advertencia pero no beberé ese veneno. Su comentario es para morirse..
16/09/14 9:59 PM
José María (de Málaga)
Entonces ¿para qué se monta este Sínodo si no es con la intención de cambiar algo?
Yo me temo lo peor y me dan escalofríos nada más de pensar que haya alguien en el Sínodo capaz de contradecir la doctrina de la Iglesia.
16/09/14 11:34 PM
Adrián Ferreira
Jesús regaño a los Fariseos no porque enseñaran cosas erradas sino porque no obraban conforme a su formación, lo que vemos en la Iglesia podría ser motivo de una reprimenda muy dura de parte del Señor, saber la doctrina y no ponerla en práctica, pero peor es pretender cambiar la doctrina para poner en práctica todo lo contrario a lo que quiere el Señor, si Jesús fue duro con los fariseos por no poner en práctica lo que estaba correcto,no quiero saber que les espera a quienes cambian sus enseñanzas y ponen en práctica lo contrario a la voluntad de Dios.

Dios no condena lo que predicaban los fariseos sobre la Ley, sino justamente su incoherencia, el que no llevaran a la práctica lo que bien predicaban por poseer buena formación “porque a los ojos de Dios, no son justos los que oyen la Ley, sino los que la practican” (Romanos 2,13). Nuestro Señor fue muy duro con los fariseos y les reprocha su alto grado de incoherencia entre lo que saben y lo que practican, no escatima adjetivos como hipócritas, sepulcros blanqueados o raza de víboras (cf. Mat 23,13-39) y con enfasis advertía a la población sobre ellos: “haced, pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no hacen.” (Mateo 23,3).

Cuanta.... tiene uno que leer como las que coloca el "Diác. Lyonel"
16/09/14 11:41 PM
Maga
Eso es por lo que rezamos todos, Eminencia.
17/09/14 12:54 AM
Francisco
Diac. Lyonel, es que la doctrina define el amor.
17/09/14 1:18 AM
chizon
Tengo la impresion que este sera un sinodo muy importante. Es un tiempo dificil para las familias. A ver que sale de esto
17/09/14 1:35 AM
Juan Francisco
Si en algo se expresa la misericordia y el amor es en el guiar y corregir al que yerra, a mi el primero, si fuera necesario con palabras duras como Cristo. Lo demás es la actitud inmadura e irresponsable del adolescente que le compra un vino a un alcohólico, o el pésimo padre que le da a sus hijos solo dulces...y se sienten muy buenos si si...
17/09/14 4:20 AM
Juan de los Palotes
Caramba...tenía que aparecer un diácono (Lyonel) a decir barbaridades. ¿De dónde salen estos clérigos?
17/09/14 1:33 PM
luis
El Amor procede de la Verdad y del Verbo, no al revés. La peor herejía es supeditar la Verdad al Amor.
17/09/14 4:56 PM
Fran
este supuesto "diacono" mas pareciera seguidor de la nueva era o aficionado a los libros de Coelho que religioso catolico.
17/09/14 8:50 PM
Rosita
Jesús dijo: "El que me ama cumple mis mandamientos". ¿Nunca leyó el diácono esa afirmación categórica de Nuestro Señor? Claro que la Verdad en la Caridad, pero nunca "Caridad" camuflando, ocultando o negando la Verdad.
La mayor Caridad es decir la verdad para que el pecador "se convierta y viva".
17/09/14 9:04 PM
Manuel de Buenos Aires
No logro entender la vara con la que juzgan la publicación o no de los comentarios. Comentarios denunciando el escándalo publico de algunos jerarcas no se publican, lo cual según el tenor de cada comentario puede ser entendible, pero comentarios heréticos como los de ese supuesto diacono y de Luis Monforte pasan como por autopista..
18/09/14 5:27 AM
Luis Fernando
Manuel, el de Luis Monforte pasó por error al marcar la casilla correspondiente. Ya está borrado. El del "diácono" lo di paso para rebatirlo. Si no, se habría quedado sin publicar.
18/09/14 9:58 AM

Dejar un comentario



Los comentarios están limitados a 1.500 caracteres. Faltan caracteres.

No se aceptan los comentarios ajenos al tema, sin sentido, repetidos o que contengan publicidad o spam. Tampoco comentarios insultantes, blasfemos o que inciten a la violencia, discriminación o a cualesquiera otros actos contrarios a la legislación española, así como aquéllos que contengan ataques o insultos a los otros comentaristas, a los bloggers o al Director.

Los comentarios no reflejan la opinión de InfoCatólica, sino la de los comentaristas. InfoCatólica se reserva el derecho a eliminar los comentarios que considere que no se ajusten a estas normas.

Los comentarios aparecerán tras una validación manual previa, lo que puede demorar su aparición.