(Luis F. Pérez/InfoCatólica) El Santo Padre señaló que el deporte es más que una simple competición y cada deportista es más que un simple competidor. Aseguró que ellos poseen capacidades morales y espirituales que deberían ser enriquecidas y sostenidas por los deportes y la medicina deportiva.
«A veces, sin embargo, el éxito, la fama, las medallas y la búsqueda del dinero se hacen las primeras, incluso exclusivas, razones para aquellas», señaló.
Benedicto XVI lamentó que «con el paso del tiempo, la victoria a toda costa ha sustituido el espíritu verdadero de deporte y ha conducido al abuso y el mal uso del medio en la disposición de medicina moderna. Ustedes, como médicos deportivos, son conscientes de esta tentación».
Según el Papa, los médicos deportivos deben saber que sus pacientes están dotados de capacidades espirituales por las cuales están llamadas a la «perfección moral», independientemente de sus capacidades atléticas y cualquier logro físico.
Por ello, impulsó a los médicos a preocuparse, ante todo, por la dignidad de los atletas para convertirse así en agentes no sólo de su salud física y excelencia atlética, sino también de su moralidad, de su regeneración espiritual y cultural.
