(Efe) La suerte la decide en los próximos dos días el Comité de Patrimonio Mundial de la UNESCO en San Petersburgo (Rusia). Situada en Cisjordania, a unos ocho kilómetros al sur de Jerusalén, Belén es el destino turístico más visitado del territorio palestino debido a la importancia capital de la Basílica y sus alrededores para el peregrinaje cristiano.
«Numerosos betlemitas nos preguntan ¿pero es que Belén no era ya patrimonio de la humanidad?», preguntan Xavier Abu Eid, portavoz de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) al subrayar una creencia popular respaldada por el valor universal de la ciudad.
La candidatura de Belén tiene un largo recorrido cuyo proceso comenzó formalmente en 2005, aunque quedó en agua de borrajas, «pues nos pusieron pegas administrativas por no ser un estado», explica Abu Eid.
Palestina fue reconocida en octubre de 2011 como estado miembro número 195 de la UNESCO, si bien rubricó su adhesión en diciembre y se convirtió en integrante en marzo, superando importantes obstáculos y apuntándose un tanto en la esfera internacional.
EEUU e Israel retiraron sus partidas a la organización en respuesta a esa decisión, al considerar que israelíes y palestinos deben alcanzar un acuerdo de paz antes de que se otorgue pleno reconocimiento a Palestina en foros internacionales.
Al disponer de poco tiempo, los palestinos no pudieron emplear los canales habituales para presentar su primera candidatura, aunque defienden que al margen del procedimiento, en la últimas décadas la Iglesia de la Natividad ha sufrido graves daños y está en peligro.
«No estábamos dispuestos a esperar dos años de proceso», confirmó el portavoz de la OLP, quien no oculta que más allá de los intentos por preservar el patrimonio palestino, la candidatura de Belén «se trata de un tema político, de nuestro derecho a la autodeterminación».
Los responsables de gestionar el santuario, a saber, la Iglesia Ortodoxa Griega, la Custodia de Tierra Santa y el Patriarcado Armenio, según el estatus quo de los Lugares Santos, han llegado a un inusual consenso para respaldar la solicitud palestina.
Y es que el recinto se encuentra en una situación de visible deterioro, tanto por el irremediable paso del tiempo, como por los efectos del conflicto palestino-israelí.
El suceso más reciente se produjo en 2002, cuando decenas de milicianos palestinos se atrincheraron en el interior de la Basílica durante 39 días, en los que los tanques israelíes estuvieron apostados en la plaza aledaña y hubo desperfectos tanto en su interior como su exterior.
«Hay algunos daños que ocurrieron en la mitad del siglo XIX y nunca se han arreglado, hay goteras en el techo y los iconos de los cruzados y los mosaicos se están deteriorando y necesitan intervención urgentemente», sostiene Nada Atrash, representante del Centro para la Preservación del Patrimonio Cultural de Belén.
Levantada sobre el lugar que Santa Helena, madre del emperador romano Constantino, señaló como lugar del nacimiento de Jesús, según una creencia que data del siglo II, la iglesia es la más antigua del mundo y alberga una gruta en la que una estrella dorada de catorce puntas incrustada en mármol señala el sitio donde se venera el nacimiento de Jesús.
En los últimos años Belén ha batido récord de turistas -2 millones en 2011-, aunque la ciudad aún debe canalizar las visitas, que suelen ser cortas y dejar pocos beneficios.
