Grave crisis entre los obispos de la FSSPX

Mons. Fellay acusa de falta de sobrenaturalidad y de realismo a quienes se oponen al acuerdo con la Santa Sede

Ayer se difundieron ampliamente dos cartas intercambiadas hace unas semanas entre los obispos de la FSSPX Tissier de Mallerais, Alfonso de Galarreta y Richard Williamson, y el Superior de la Fraternidad, mons. Bernard Fellay, sobre la posible regularización de su situación dentro de la Iglesia. «Si el Papa expresa una voluntad legítima respecto a nosotros que es buena, que no da una orden en contra de los mandamientos de Dios ¿tenemos el derecho de desatenderlo, de devolver un revés a esta voluntad?», dice mons. Fellay.

(Andrea Tornielli/Vatican Insider) En algunas páginas de internet se ha difundido el intercambio epistolar de hace un mes entre los obispos Tissier de Mallerais, Alfonso de Gallareta y Richard Williamson, y el superior de la Fraternidad San Pío X, mons. Bernard Fellay. La carta de los tres obispos, enviada a Fellay el 17 de abril, contiene una petición para que el superior no firme el preámbulo doctrinal y para que no acepte el acuerdo que propone la Santa Sede, que, como se sabe, pretende otorgar a los lefebvrianos en una prelatura personal.

“Las discusiones doctrinales –escriben los tres obispos– han demostrado que es imposible llegar a un acuerdo con la Roma actual”, porque “después del Concilio Vaticano II, las autoridades oficiales de la Iglesia se separaron de la verdad católica y hoy se muestran determinadas como antes a permanecer fieles a la doctrina y a la práctica conciliares”. Tissier, De Gallareta y Williamson recuerdan que pocos meses antes de morir, mons. Lefebvre durante una conferencia dijo que “el problema no son errores particulares o documentos individuales del Concilio, sino más bien una perversión total del espíritu, de toda una filosofía nueva que se basa en el subjetivismo”.

Los tres obispos observan que también “el pensamiento del Papa actual está impregnado de subjetivismo. Está toda la fantasía subjetiva del hombre en lugar de la realidad objetiva de Dios. Toda la religión católica está sometida al mundo moderno. ¿Cómo podemos creer –se preguntan los obispos– que un acuerdo práctico podrá resolver este problema? [...] Nos aceptan en nombre de una pluralidad relativista y dialéctica; las autoriades romanas pueden tolerar que la Fraternidad siga enseñando la doctrina católica, pero ellos se niegan a condenar la doctrina conciliar”.

En la carta, los tres obispos citan otra frase de Lefebvre, en la que dijo que “es peligroso ponerse en manos de los obispos conciliares de la Roma modernista”. Y concluyen con una advertencia a Fellay: “Usted está conduciendo a la Fraternidad a un punto del que no se puede volver, a una profunda división”, indicando la hipótesis de que el acuerdo podría destruirla.

Diez días después, mons. Fellay respondió con una carta también larga y articulada. La suya fue una respuesta muy interesante y significativa para entender qué está sucediendo en la Fraternidad a poco tiempo del acuerdo con la Santa Sede. El superior de la Fraternidad San Pío X recuerda que “la Iglesia actual todavía tiene a Jesús como líder. Se tiene la impresión de que ustedes están tan escandalizados que no aceptan que esto siga siendo verdadero [...] Para ustedes –pregunta Fellay a los tres obispos consagrados ilegítimamente como él mismo por Lefebvre en 1988–, ¿Benedicto XVI es todavía el Papa legítimo? Si lo es, ¿Jesús todavía  puede hablar a través de su boca? ¿Si el Papa expresa una voluntad legítima que nos involucra, que es buena y que no nos ordena nada en contra de los mandamientos de Dios, tenemos el derecho a rechazarle? ¿No creen que si el Señor nos guía, nos otorgará también los medios para continuar con nuestra obra?”.   

“El Papa nos ha hecho saber –escribe el superior de la Fraternidad– que la preocupación por regularizar nuestra situación por el bien de la Iglesia habita en el corazón mismo de su Pontificado”. Benedicto XVI “sabía muy bien que habría sido más fácil para él y para nosotros dejar las cosas como estaban”.

Ayer 11 de mayo la página web DICI, de la FSSPX, publicó un comunicado deplorando la difusión del intercambio privado de cartas y reiterando la invitación a responder con "una oración redoblada, para que sólo se haga la voluntad de Dios, porel bien de la Iglesia y la salvación de las almas"

 

(N. de InfoCatólica: Los documentos originales en francés, fueron publicados en el foro CathInfo y divulgados por la página web Risposte Catholique. El blog Radio Cristiandad las tradujo al español)   

Carta al Consejo General de la Fraternidad San Pío X

“7 de abril del 2012 

Señor Superior General 

Señor Primer Asistente 

Señor Segundo Asistente 

Después de algunos meses, como muchos lo dicen, el Consejo general de la FSSPX considera seriamente las proposiciones romanas en vista de un acuerdo práctico, siendo un hecho que las discusiones doctrinales del 2009 al 2011 han probado que un acuerdo doctrinal es imposible con la Roma actual. Por medio de esta carta los tres obispos de la FSSPX que no son parte del Consejo General desean hacerle saber, con todo el respeto que conviene, la unanimidad de su oposición formal a cualquier acuerdo semejante. 

Por supuesto, de ambos lados de la división actual entre la Iglesia Conciliar y la FSSPX, muchos desean rehacer la unidad católica. Honor a esas personas tanto de una parte como de otra. Pero la realidad dominante y ante la cual todos estos sinceros deseos deben ceder, es que desde el Vaticano II las autoridades oficiales de la Iglesia se han separado de la verdad católica y hoy en día ellas se muestran tan determinadas como siempre a permanecer fieles a la doctrina y práctica Conciliares. Las discusiones romanas, el «preámbulo doctrinal» y Asís III son ejemplos deslumbrantes. 

El problema planteado a los católicos por el concilio Vaticano II es profundo. En una conferencia que pareciera haber sido como el último testamento doctrinal de Monseñor Lefebvre, impartida a los sacerdotes de su Fraternidad en Ecône medio año antes de su muerte, después de haber resumido la historia del catolicismo liberal saliente de la Revolución francesa, recordó como los Papas combatieron siempre esta tentativa de reconciliación entre la Iglesia y el mundo moderno, y declaró que el combate de la Fraternidad contra el Vaticano II era exactamente el mismo combate. Concluyó: 

«Entre mas se analizan los documentos del Vaticano II y su interpretación por las autoridades de la Iglesia, mas nos damos cuenta que no se trata de errores superficiales ni de algunos errores particulares como el ecumenismo, la libertad religiosa, la colegialidad, sino más bien de una perversión total del espíritu, de toda una filosofía nueva fundada sobre el subjetivismo… Esto es muy grave! Una perversión total!… Esto es verdaderamente espantoso.»

Ahora bien, ¿el pensamiento de Benedicto XVI es mejor comparado con el de Juan Pablo II? Basta leer el estudio de uno de nosotros sobre La Foi au Péril de la Raison para darse cuenta que el pensamiento del Papa actual está igualmente impregnado de subjetivismo. Es toda la fantasía subjetiva del hombre en el lugar de la realidad objetiva de Dios. Es toda la religión católica sumisa al mundo moderno. ¿Cómo se puede creer que un acuerdo práctico pueda arreglar un problema semejante?

Pero, se nos dirá, Benedicto XVI es bondadoso hacia la Fraternidad y su doctrina. En tanto que subjetivista puede serlo, porque los liberales subjetivistas pueden tolerar la misma verdad pero no si ella se rehusa a tolerar el error. El nos aceptará en el marco de un pluralismo relativista y dialéctico, a condición de permanecer en la «plena comunión» hacia la autoridad y hacia las otras «realidades eclesiales». He aquí el por qué las autoridades pueden tolerar que la Fraternidad continúe enseñando la doctrina católica, pero no soportarán absolutamente que ella condene a la doctrina conciliar. He aquí el por qué un acuerdo incluso puramente práctico haría necesaria y progresivamente callar, por parte de la Fraternidad, toda crítica del concilio o de la nueva misa. Dejando de atacar estas victorias que son las más importantes de la Revolución, la pobre Fraternidad cesaría necesariamente de oponerse a la apostasía universal de nuestra lamentable época y se hundiría ella misma. En última instancia, ¿quién nos garantizará de permanecer tal cual somos protegiéndonos de la curia romana y de los obispos? ¿El Papa Benedicto XVI?

Por mas que se niegue, este deslizamiento es inevitable. ¿No se ven ya en la Fraternidad los síntomas de esta disminución en la confesión de la Fe? Hoy en día, desgraciadamente, es lo contrario que sería «anormal» Justo antes de las Consagraciones de 1988 cuando numerosas personas valientes insistían a Monseñor Lefebvre para que hiciera un acuerdo práctico con Roma que abriría un gran campo de apostolado, el dijo su pensamiento a los cuatro consagrandos: «Un gran campo de apostolado puede ser, pero en la ambigüedad y siguiendo dos direcciones opuestas a la vez, lo que habría terminado pudriéndonos». ¿Cómo obedecer y continuar predicando toda la verdad? ¿Cómo hacer un acuerdo sin que la Fraternidad se «pudriera» en la contradicción?

Y cuando un año mas tarde, Roma parecía hacer verdaderos gestos de benevolencia hacia la Tradición, Monseñor Lefebvre todavía desconfiaba. El temía que no se tratara mas que de «maniobras para separar de nosotros el mas grande número de fieles posible. He aquí la perspectiva por la cual parecen ceder todavía un poco más e incluso ir más lejos. Debemos absolutamente convencer a nuestras gentes que no se trata mas que de una maniobra, que es peligroso meterse entre las manos de los obispos conciliares y de la Roma modernista. Es el peligro más grande que amenaza a nuestra gente. Si nosotros luchamos desde hace 20 años para resistir a los errores conciliare, no fue para ponernos ahora entre las manos de aquellos que profesan errores.» Siguiendo a Monseñor Lefebvre, el propósito de la Fraternidad es, mas que denunciar los errores por su nombre, de oponerse eficaz y públicamente a las autoridades romanas que los difunden. ¿Cómo se podría conciliar un acuerdo y una resistencia pública a las autoridades, entre ellas, al Papa? Y después de haber luchado durante más de cuarenta años,¿ la Fraternidad deberá ahora ponerse entre las manos de modernistas y liberales de los cuales acabamos de constatar su pertinacia?

Monseñor, Padres, pongan atención, ustedes conducen a la Fraternidad a un punto sin retorno, a una profunda división sin marcha atrás y, si ustedes llegan a un tal acuerdo, a poderosas fuerzas destructivas que Ella no soportará. Si hasta el presente los obispos de la Fraternidad la han protegido, es precisamente porque Monseñor Lefebvre rechazó un acuerdo práctico. Puesto que la situación no ha cambiado substancialmente; puesto que la condición emitida por el Capítulo del 2006 no se ha realizado (cambio de rumbo por parte de Roma que permita un acuerdo práctico), escuchen de nuevo a su Fundador. El tuvo razón hace 25 años. Todavía tiene razón hoy. En su nombre, los conjuramos: no comprometan a la Fraternidad en un acuerdo puramente práctico.

Con nuestros saludos mas cordiales y fraternales, en Cristo y María,

Mgr. Alfonso de Galarreta

Mgr. Bernard Tissier de Mallerais

Mgr. Richard Williamson”

 

Respuesta del Consejo General de la FSSPX

“FRATERNIDAD SACERDOTAL SAN PIO X

Menzingen, 14 de abril de 2012

A NN.SS. Tissier de Mallerais, Williamson y De Galarreta

Excelencias :

Vuestra carta colectiva enviada a los miembros del Consejo General ha mantenido toda nuestra atención. Les agradecemos su solicitud y su caridad.

Permítanos a cambio con la misma preocupación de caridad y de justicia, hacerles las siguientes observaciones.

Por principio, la carta menciona muy bien la gravedad de la crisis que trastorna a la Iglesia y analiza de manera precisa la naturaleza de los errores que proliferan en su ambiente.

Sin embargo, la descripción está salpicada de dos defectos en relación a la realidad de la Iglesia: carece de lo sobrenatural y al mismo tiempo carece de realismo.

Carece de lo sobrenatural: Al leerlos, uno se pregunta seriamente si ustedes creen todavía que esta Iglesia visible cuyo asiento está en Roma, es la Iglesia de Nuestro Señor Jesucristo, una Iglesia que ciertamente está desfigurada horriblemente a planta pedís usque ad verticem capitis, pero una Iglesia que tiene cuando menos todavía por jefe a Nuestro Señor Jesucristo. Se tiene la impresión que ustedes están tan escandalizados que ya no aceptan que esto todavía pudiera ser verdad. Para ustedes Benedicto XVI ¿es Papa legítimo? Si lo es, ¿Jesucristo puede todavía hablar por su boca? Si el Papa expresa una voluntad legítima respecto a nosotros que es buena, que no da una orden en contra de los mandamientos de Dios ¿tenemos el derecho de desatenderlo, de devolver un revés a esta voluntad? Y si no ¿en qué principio se basan para actuar de este modo? ¿No creen ustedes que si Nuestro Señor lo ordena El nos dará los medios para continuar nuestra obra? Ahora bien, el Papa nos ha hecho saber que la preocupación de arreglar nuestro asunto por el bien de la Iglesia estaba en el corazón mismo de su pontificado, y también que él sabía bien que sería más fácil tanto para él como para nosotros de dejar las cosas como están. Por lo tanto, es una voluntad irrevocable y justa la que expresa.

Con la actitud que ustedes promueven no hay lugar ni para los Gedeón ni para los David ni para aquellos que cuentan con el socorro del Señor. Nos reprochan de ser ingenuos o de tener miedo, pero es su visión de la Iglesia la que es demasiado humana e incluso fatalista. Ustedes ven los peligros, los complots, las dificultades pero no ven la asistencia de la Gracia y del Espíritu Santo. Si se quiere aceptar que la Divina Providencia conduce los asuntos de los hombres, respetando su libertad, entonces hay que aceptar que los gestos de estos últimos años a nuestro favor están bajo Su gobierno. Por lo tanto indican una línea –no muy derecha- pero claramente a favor de la tradición. ¿Por qué simplemente ella se detendría si hacemos todo por conservar nuestra fidelidad y acompañamos nuestros esfuerzos de una oración poco común? ¿El Buen Dios nos dejaría caer en el momento más crucial? Eso no tiene mucho sentido. Sobre todo que no tratamos de imponer cualquier voluntad propia sino que tratamos de escrutar a través de los acontecimientos lo que Dios quiere, estando dispuestos a todo, como a El le plazca.

Al mismo tiempo carece de realismo en cuanto a la intensidad de los errores y en cuanto a su amplitud.

Intensidad: En la Fraternidad estamos haciendo de errores del Concilio súper-herejías, se vuelve el mal absoluto, peor que todo, de la misma manera en que los liberales han dogmatizado este concilio pastoral. Los males ya son suficientemente dramáticos para que no se les exagere más. (cf. Roberto de Mattei, Una historia jamás escrita pág. 22, Monseñor Gherardini, Un debate a abrir pag. 53, etc.). Monseñor Lefebvre hizo varias veces las distinciones necesarias con respecto al liberal. Esta falta de distinción a uno u otro de entre ustedes a un endurecimiento «absoluto» . Esto es grave porque esta caricatura no está en la realidad y desembocará lógicamente en el futuro a un verdadero cisma. Este hecho es uno de los argumentos que me empuja a no tardar en responder a las instancias romanas.

Amplitud: Por un lado, endosamos a las autoridades presentes todos los errores y todos los males que se encuentran en la Iglesia, olvidando que ellas intentan al menos en parte de liberarse de los más graves (la condenación de la “hermenéutica de la ruptura” denuncia errores muy reales). Por otra parte se pretende que todos estén arraigados en esta pertinacia («todos modernistas», «todos podridos»). Esto es manifiestamente falso. Una gran mayoría se deja llevar por el movimiento, pero no todos.

Hasta el punto que, en la cuestión más crucial de todas, la de la posibilidad de sobrevivir en las condiciones de un reconocimiento de la Fraternidad por Roma, nosotros no llegamos a la misma conclusión que ustedes.

Que quede claro de paso que NOSOTROS NO HEMOS BUSCADO un acuerdo práctico. Eso es falso. No hemos rechazado a priori, como ustedes lo solicitan, de considerar una oferta del Papa. Por el bien común de la Fraternidad, preferiríamos lejos la solución actual de status quo intermedio, pero evidentemente Roma ya no lo tolera.

En sí, la solución de una Prelatura personal propuesta no es una trampa. Resulta, por principio, que la situación presente en abril del 2012 es muy diferente de la de 1988. Pretender que nada ha cambiado es un error histórico. Los mismos males hacen sufrir a la Iglesia, las consecuencias son todavía mas graves y manifiestas que entonces, pero al mismo tiempo se puede constatar un cambio de actitud en la Iglesia, ayudado por los actos y los gestos de Benedicto XVI hacia la Tradición. Este nuevo movimiento, nacido al menos hace unos diez años, se está fortaleciendo. Toca a un buen número (todavía una minoría) de jóvenes sacerdotes, de seminaristas e incluso hasta un pequeño número de jóvenes obispos que se distinguen notablemente de sus predecesores y que nos expresan su simpatía y su apoyo pero que todavía están sofocados por la línea dominante en la jerarquía que favorece el Concilio Vaticano II. Esta jerarquía está perdiendo vitalidad. Esto es objetivo y muestra que ya no es ilusorio considerar un combate «intra muros» del cual estamos muy consientes de su dureza y dificultad. He podido constatar en Roma como los discursos sobre las glorias del Vaticano II que nos van a machacar, si bien están todavía en la boca de muchos, no está sin embargo en todas las cabezas. Poco a poco van creyendo.

Esta situación concreta, con la situación canónica que se propone, es muy diferente a la de 1988. Y cuando comparamos los argumentos que Monseñor Lefebvre había dado en su época, concluimos que no hubiera dudado a aceptar lo que nos han propuesto. No perdamos el sentido de Iglesia que era tan fuerte en nuestro venerable fundador.

La historia de la Iglesia muestra que la curación de los males que la afligen, se hace de manera habitual lenta y gradualmente, y cuando un problema se termina, hay otro que comienza oportet haereses ese. Pretender esperar a que todo se arregle para llegar a lo que ustedes llaman un acuerdo práctico, no es realista. Es muy probable, viendo como se desarrollan las cosas, que el fin de esta crisis tomará todavía decenas de años. Pero rehusar trabajar en el campo porque todavía haya mala hierba, con el riesgo de asfixiar, de estorbar la buena hierba, encuentra una curiosa lección bíblica; es Nuestro Señor que nos hace comprender por su parábola de la cizaña que siempre habrá, en una forma u otra, mala hierba a arrancar y combatir en su Iglesia.

Ustedes no pueden saber cómo su actitud en estos últimos meses —muy diferente en cada uno de ustedes— ha sido dura para nosotros. Ella ha impedido al superior general de comunicarles y hacerles partícipes de sus grandes preocupaciones a las que los hubiera gustosamente asociado, si el no hubiera encontrado una incomprensión tan fuerte y apasionada. Cómo le hubiera gustado poder contar con ustedes, con sus consejos, para apoyarse en este paso tan delicado de nuestra historia. Ha sido una gran prueba, probablemente la mas grande de todo su superiorato. Nuestro venerable fundador ha dado a los obispos de la Fraternidad una carga y deberes precisos. Les ha mostrado que el principio de unidad en nuestra sociedad, es el superior general . Pero desde hace tiempo, ustedes están tratando de imponerle su punto de vista —cada uno de manera diferente— incluso bajo formas de amenaza y además públicamente. Esta dialéctica entre verdad/fe y autoridad, es contraria al principio sacerdotal. Al menos hubiera esperado que ustedes trataran de comprender lo que le ha obligado a actuar como lo ha hecho en los últimos años, según la voluntad de la Divina Providencia.

Oramos por cada uno de ustedes para que en este combate que está lejos de terminar, nos reencontremos todos juntos, por la más grande gloria de Dios y por amor a nuestra querida Fraternidad.

Que Nuestro Señor resucitado y Nuestra Señora se dignen bendecirlos y protegerlos.

+Bernard Fellay

Nicklaus Pfluger +

Alain-Marc Nély +”

 

Comunicado de la Casa General de la Fraternidad San Pío X (11 de mayo de 2012)

“Un intercambio de correspondencia privada entre el Superior General de la Fraternidad San Pío X y los tres otros obispos ha sido difundido por Internet el 9 de mayo de 2012. Semejante procedimiento es condenable. Aquél que no respetó la confidencialidad de ese correo interno pecó gravemente. 

Dicha publicación alentará los causantes de división. La Fraternidad San Pío X invita tanto a los sacerdotes como a los fieles a responder a los mismos únicamente por medio de una oración redoblada, para que sólo se haga la voluntad de Dios, por el bien de la Iglesia y la salvación de las almas. 

Menzingen, el 11 de mayo de 2012”

34 comentarios

Iñaki
De ser ciertas las cartas, creo que demuestran bastante eclesialidad en Fellay y que los otros 3 obispos profesan el más absoluto sedevacantismo.
11/05/12 10:47 AM
pacomio
Dios bendiga a mons. Fellay, y le conceda llevar a plena comunión con la Iglesia a la FSSPX.
Los otros, sabihondos...¡ANCHA ES CASTILLA!!!!
11/05/12 11:15 AM
José Carlos
Dice la Constitución Sacrosanctum Concilium del CVII:
“Es característico de la Iglesia ser, a la vez, humana y divina, visible y dotada de elementos invisibles, entregada a la acción y dada a la contemplación, presente en el mundo y, sin embargo, peregrina.”

Como realidad humana ya sabemos lo que tenemos: mezcla de trigo y de cizaña y en estos tiempos puede parecer que la cizaña abunda más que el trigo.

Pero como realidad Divina, fundada por Cristo, la Iglesia es Una, Santa, Católica y Apostólica, es mucho más que un camino de salvación: es el único camino.

A esa realidad sobrenatural parece invocar Mons. Fellay al intentar convencer a su gente de que la incorporación a la Iglesia como realidad visible es el único camino. Es muy acertada la visión sobrenatural del Obispo Fellay, va por buen camino.
11/05/12 11:56 AM
Laura M.
Al leer la carta del superior de los seguidores de Monseñor Lefebvre se me han destrozado un montón de prejuicios que tenía sobre los tradicionalistas: son gente de Iglesia a los que confundía con los cerriles cismáticos de la otra carta.
Es una alegría y ahora comprendo porque el Papa levantó la excomunión y los quiere plenamente unidos a el.
11/05/12 12:02 PM
JMMCBXVI
Impresionante intercambio de cartas entre los obispos de la FSSPX. Así todo, creo sinceramente que es providencial el que Mons. Bernard Fellay sea el Superior General. Y creo que da en la diana acerca del carácter sobrenatural de este acuerdo de la FSSPX con Roma.
11/05/12 12:03 PM
clara
Madre mía... Recemos por los superiores de las FSSPX. Que el Espíritu Santo les mantenga y toque el entendimiento y corazones de quienes se resisten.
11/05/12 12:56 PM
alexis
Si sale de esta, Mons. Fellay merece el reconocimiento de toda la Iglesia. Cuanto sufrimiento causan los enfermos de fariseísmo como lo son estos tres obispos contestatarios.
11/05/12 1:54 PM
Francisco Javier
Estas cartas hay que decirlo: han sido distribuidas por los enemigos para dinamitar. Pero les ha salido el tiro por la culata.

Brilla con fuerza Fellay. ¡Todo marcha bien!
11/05/12 2:35 PM
Ricardo de Argentina
Los tres obispos refractarios están muy preocupados por la unidad de...¡la Fraternidad!!! Entonces prefieren un cisma en la Iglesia antes que un cisma en su quiosquito.
A mí ya me queda claro que Mons. Fellay y un numeroso grupo de fraternales se incorporarán de pleno derecho a la Iglesia próximamente.
11/05/12 3:16 PM
ONÉSIMO
Simpatizo con la FSPX y pido a Dios con ardor la integración de la misma en el rebaño regentado por Pedro, hoy, Benedicto XVI.
Actualmente leo con gusto e interés, la Biografía sobre Mons. Marcel Lefebvre, q.p.d., escrita por D. Bernard Tissier, pero en su postura me parece un poco intransigente y soberbio.
Deseo la regularización de la situación y el otorgamiento de una Prelatura Personal, pero de mantenerse en la misma línea, lo primero que haré, será la de abandonar la lectura de dicha biografía, pues el Vicario de Cristo, hoy Benedicto XVI, es INDISCUTIBLE.
11/05/12 5:42 PM
Daniel Mora Arias
Todos estamos hablando y hablando , hasta los medios católicos como este le hacen daño a las pobres almas con el sensacionalismo que infunden.
En lugar de hablar y hablar , talvez podríamos rezar para que esta situación de gloria a Dios , pero en cambio todos los super miembros de aciprensa y infocatolica se han dedicada a hacer lo que los periodistas seculares y ateos hacen , que es crear polémica y sensacionalismo.

Dios y su justicia nos cierre la boca a todos
11/05/12 6:44 PM
rastri
-En estos tiempos de universal definición, veo a la congregación del FSSPX como ese freno que Jesús tolera y no condena para que después del VCII, el carro de la Iglesia Católica no se desboque hacia un difícil relativismo mundano.

-Seguro: El ayer de 1988 no fue como hoy; Ni hoy es como mañana será. Todo entrará en la justa razón.
-El Vicario de Cristo, está en Roma. Y sus rebeldes, los de su casa, deben de ser reconducidos.
11/05/12 7:00 PM
Arantza Rementería
El texto provoca no poca admiración. Sobre todo, teniendo en cuenta que Monseñor Fellay da toda una lección de hermenéutica, de fe y de sentido común. Y, aunque la mayoría de los católicos no hayamos pertenecido a la Fraternidad, no quiere esto decir que algunas cosas de sus miembros y algunas posturas no sean compatibles con la sana doctrina. Tras el Vaticano II los abusos y desmanes por parte de muchos -estoy pensando solamente en abusos litúrgicos, no digamos ya teología de diferentes tipos que proliferan aún y que han dividido profundamente el Catolicismo- han hecho que se hayan vuelto ejemplo de lo que es ser católico. Lógicamente, habrá que subrayar el primado del Papa,y más ahora que gozamos de tan buen gobierno.
Recemos porque todo salga como Dios quiera.
Arantza.
11/05/12 9:01 PM
Don Diego
Bueno, al parecer la novela del filolefebvrianismo está a punto de llegar a su fin.
11/05/12 9:20 PM
Enrique
Por estas cartas, parecería qe Fellay es un chico bueno, que nunca ha roto un plato en su vida.

En realidad la diferencia entre Fellay y los demás es de táctica, porque en el fondo doctrinal son iguales. En estas cartas se ve que Fellay está dispuesto a aeptar la solución que le da la Santa Sede, pero en ningún momento se declara dispuesto a aceptar el Concilio Vaticano II. Al contrario, lo rechaza.

Y así me temo que no puede entrar en la Iglesia.
11/05/12 9:44 PM
Mariano
Enrique:
Acaso es de fe aceptar el CVII? Que yo sepa, el CVII no es dogmático (sino solamente "pastoral", y todo esto repetido por Juan XXIII y Pablo VI).
Ningún católico está obligado a aceptar el CVII, y ninguno está obligado a hacerlo a aceptar.

Que te quede claro.
Saludos.-
11/05/12 10:15 PM
Respeto, por favor
profesan el más absoluto sedevacantismo
enfermos de fariseísmo
refractarios
un poco intransigente y soberbio

Son algunos de los calificativos que desde estos comentarios se han vertido contra los otros tres obispos de la FSSPX. No estoy de acuerdo con la postura de los tres obispos, ni mucho menos. Ahora bien, no deja de ser paradójico que quienes apelan a la autoridad y al sometimiento para la "integración" (o como se quiera llamar) de la FSSPX a la Iglesia, sean quienes faltan gravemente el respeto a tres OBISPOS CATÓLICOS.
Creo que ni a Fellay ni a los otros tres se les ocurriría decir nada semejante de otros obispos católicos.
¡Respeto a quienes, sean como sean, son también nuestros pastores!
11/05/12 10:24 PM
Légolas
Que los que quieren permanecer al margen, Bravo por Mons. Fellay.
11/05/12 10:52 PM
Légolas
Errata: Que los que quieren mantenerse al margen, se vayan!!!
Bravo Mons. Fellay. Lo apoyamos.
11/05/12 10:53 PM
Hector
Fellay es mucho más fiel al Magisterio, que muchos Cardenales, Arzobispos y Obispos en Comunión con Roma, y curiosamente es cismático y el malo de la película.
11/05/12 11:28 PM
Lector
Mariano, no diga chorradas. El Concilio Vaticano II tiene constituciones dogmáticas. Y esto dijo Benedicto XVI en la pasada Semana Santa:

Pero todos tenemos experiencia de que necesitamos ayuda para transmitirla rectamente en el presente, de manera que mueva verdaderamente nuestro corazón. Esta ayuda la encontramos en primer lugar en la palabra de la Iglesia docente: los textos del Concilio Vaticano II y el Catecismo de la Iglesia Católica son los instrumentos esenciales que nos indican de modo auténtico lo que la Iglesia cree a partir de la Palabra de Dios. Y, naturalmente, también forma parte de ellos todo el tesoro de documentos que el Papa Juan Pablo II nos ha dejado y que todavía están lejos de ser aprovechados plenamente.
11/05/12 11:46 PM
Lector
Hector, ¿a usted quién le ha nombrado juez para decidir que Fellay es más fiel al magisterio que muchos cardenales, arzobispos y obispos?
11/05/12 11:47 PM
JacinTonio (Católico, laico fiel de la tercera edad, desde E
Cuando un miembro del cuerpo humano resulta seccionado en accidente, se le sustituye con una ortopedia. Pero si un miembro del Cuerpo de la Iglesia resulta seccionado, no hay ortopedia que valga. La Iglesia siempre sentirá la ausencia de su miembro amputado. Quiera Dios que se solucione pronto este penoso asunto.

Bendigamos al Señor
12/05/12 12:00 AM
Enrique
Estimado Mariano:

Muy interesante tu opinión de que ningún católico está obligado a aceotar el Concilio Vaticano II.

Lástima que todos los Papas, desde Pablo VI, dicen lo contrario. Todos, sin excepción.

Que te quede claro.
12/05/12 12:08 AM
Enrique
Estimado "respeto, por favor":

Los tres Obispos disidentes del la FSSPX tildan a los católicos de herejes, y de ahí para arriba. Al mismo Papa lo insultan, llamándolo subjetivista. Lo puedes ver en la carta que trae este artículo.

Y no son nuestros pastores. Te recuerdo que no tienen misión canónica ninguna. Es más, están suspendidos, como todos los clérigos de la FSSPX.
12/05/12 12:15 AM
Enrique
Estimado Héctor:

Fellay es tan fiel al Papa como Enrique VIII. Exactamente igual.
12/05/12 12:16 AM
Quien pide respeto?
Aquí hay amigos que piden respeto para tres obispos "Católicos" y su colega Fellay. Quienes fueron ilícitamente ordenados previa advertencia de la santa sede y desde entonces apartados de la iglesia no han cesado en insultos a la Santa Sede y al Papa, en sus cartas y homilías. Por no hablar de la negación del Holocausto.

Quien se acuerda cuando Lefebvre escribió a un grupo de cardenales lamentándose "Hasta cuando seguirá Juan Pablo II destruyendo la fe Cátolica de la Iglesia" y "El que está sentado en la silla de Pedro se mofa del 1º Artículo del Credo"

No, no. Con la prepotencia de llamarnos "Roma Modernista", con esas acusaciones de haber traicionado la Tradición... Sin haberles hecho nada, exactamente por qué se les debe respeto? Por el escándalo de su desobediencia? por su traición a la Iglesia?

Y ahora pretenden venir y decirnos que estamos todos mal. Que nos hemos equivocado. Que el concilio ha errado y que sólo el Vetus Ordo es válido.

Deben pedir perdon, por el mal que han hecho, revocar y pedir disculpas por los insultos proferidos, por el odio al Concilio Vaticano II...

La reconciliación es pedir perdon. No olvidar.
Que sean bienvenidos, pero hay que cambiar las actitudes. Si el plan que traen es como con el que han venido, mejor que se queden. Porque para ese viaje no se necesitan maletas.

Debo reconocer que lo de Fellay es un avance, pero los otros tres siquen tan obcecados como antes.
12/05/12 12:27 AM
Esteban
Esto huele a que si el Papa "cede" va a pasar lo mismo que con la organización esa Anglicana, a la mera hora, el Papa habrá cedido y casi nadie le habrá hecho caso.

Esto es una lección, para que en Roma, no quieran relativizar la válidez de los documentos y mandatos del Sacrosanto Concilio Ecuménico XXI Vaticano II.
12/05/12 1:51 AM
Jesús Ramón Gómez
La FSSPX representa una importantísima parte de la Iglesia Católica y debe ser tomada con absoluta seriedad, a pesar de las intenciones de algunos por dañar el proceso hacia su reincorporación total en unidad con el Papa.
Debemos como católicos animarles, al contrario de urgar en sus discusiones con criterio intrigante. Debemos saludarlos y mostrarnos abiertos a sus inquietudes, porque los cristianos reivindicamos la Verdad. www.humanet.com.co
12/05/12 3:27 AM
José Carlos
Sobre la adhesión al Concilio Vaticano II recomiendo el artículo de Mons. Ocáriz publicado en L‘Osservatore Romano el 2/12/2011

http://infocatolica.com/?t=opinion&cod=10630

En este artículo expresa estas ideas:

1. “El Concilio Vaticano II no definió ningún dogma, en el sentido de que no propuso mediante acto definitivo ninguna doctrina.”

2. Sí fue expresión del Magisterio auténtico de la Iglesia y por tanto se le debe prestar el grado de adhesión denominado “religioso asentimiento de la voluntad y de la inteligencia”.

3. La única interpretación legítima del Concilio es en continuidad de la Tradición y ésta únicamente la realiza de forma auténtica el Magisterio de la Iglesia.
12/05/12 4:43 PM
Don Diego
Tic, tac; tic, tac.

Fellay está en Roma, a la espera de la respuesta de Ecclesia Dei.
14/05/12 8:19 PM
Alonso Contreras
Los queremos dentro de la Iglesia. Hay mucho trabajo por hacer, y muchos despropósitos que deshacer. Eso se consigue mejor trabajando desde dentro.
15/05/12 5:17 PM
vicente
la Fraternidad debe aceptar la totalidad del Vaticano II y de todos los Papas.
16/05/12 6:49 PM
Carlos (Argentina)
Todas las sociedades sacerdotales alejadas de Roma desde el fatídico Vat. II, hoy ya desaparecieron.
3/07/12 4:30 PM

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