(ACI Prensa) La catedral de Alindao (República Centroafricana), fue atacada por un grupo de rebeldes ex Seleka, quienes asesinaron a decenas de refugiados, la mayoría cristianos, entre ellos el Vicario General, P. Blaise Mada, y otro sacerdote cuyo nombre aún no ha sido confirmado.
Algunos medios señalan que este último sería el P. Célestin Ngoumbango, de la parroquia de Mingala.
«Las fuerzas rebeldes ex Seleka atacaron a los refugiados, casi todos cristianos, en el recinto de la Catedral de la Diócesis de Alindao. Noticias oficiales hablan de 42 muertos, las no oficiales de otros 100», alertó la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) sobre el ataque ocurrido este 15 de noviembre.
El diario francés La Croix cita a fuentes locales para informar que este viernes se encontraron 37 cuerpos.
El grupo armado responsable de la masacre sería el llamado Unidad para la paz en Centroáfrica (UPC), dirigido por Ali Darassa.
El mismo 15 de noviembre el Consejo de Seguridad de la ONU no logró ponerse de acuerdo para extender la misión de paz en la República Centroafricana, algunos días después de que un oficial señalara que el país corre el riesgo de ingresar en una gran guerra.
Según informa el diario The Guardian, Jan Egeland, secretario general del Consejo Noruego para Refugiados, advirtió que «los esfuerzos de la ONU no están funcionando y el gobierno no está llevando al país hacia la buena gobernabilidad». «Tampoco los vecinos de la República Centroafricana están jugando un papel adecuado estabilizando al país», agregó.
«La misión ni siquiera está cerca de cumplir su función de proteger a la población civil ya que estos son rutinariamente asesinados y abusados: la violencia sexual va más allá de la imaginación», agregó.
Según señalan medios locales, en los últimos ocho meses otros tres sacerdotes han sido asesinados por los grupos armados en la República Centroafricana: Desiré Angbabata, muerto en marzo; Albert Toungomalet Baba, en mayo; y Firmin Gbagoua, en junio.