(CED) La Iglesia Católica rechaza enérgicamente, tanto en su forma como en su fondo, el Anteproyecto de Ley de Salud Sexual y Reproductiva que fue propuesto en agenda en la Cámara de Diputados.
Una Ley sobre una temática tan amplia e importante debe ser elaborada con el concurso de todos los sectores de la sociedad y tomando en cuenta los principios y valores que sustentan nuestra cultura y la identidad moral de nuestra nación.
Nosotros, como miembros del pueblo dominicano, invitamos a nuestros legisladores a convocar a la totalidad de los actores sociales para producir una ley que no reduzca la educación sexual a la genitalidad. La Iglesia aspira a que se elabore una ley que tome en cuenta la educación integral de la persona humana.
Defendemos los siguientes principios:
1. El derecho al disfrute de la vida no puede ser interpretado solamente desde un punto de vista del placer, sino también, sobre todo, desde el marco de la responsabilidad, pues no hay vida plena sin responsabilidad.
2. No puede concebirse una vida sexual desvinculada de las etapas del desarrollo biológico, psicológico e integral de la persona humana. La edad sí importa en la sexualidad.
3. Los primeros responsables para la educación integral de los hijos, incluida la educación sexual, son los padres. Esta tarea perdura hasta que el desarrollo pleno de los hijos les permita el ejercicio maduro de la libertad con responsabilidad. El Estado no puede arrebatar a la familia el derecho y el deber que tiene de ser la primera educadora de los ciudadanos.
4. La sociedad dominicana debatió y aprobó, a raíz de la reforma constitucional del 2010, consagrar en su artículo 37 la defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte. Cualquier nuevo debate para aprobar el tema del aborto es inconstitucional.
5. En un régimen de libertad de culto no puede ser aprobada una ley que restrinja esa misma libertad, en razón de que contradice nuestra constitución y los principios democráticos fundamentales.
6. En toda sociedad democrática la objeción de conciencia es un derecho inalienable de la persona que le permite expresar su rechazo a cualquier acción contraria a su conciencia. Cualquier penalización a la objeción de conciencia de un médico, en lo referente al aborto, es una flagrante violación a la libertad del ser humano
La Iglesia apoya y promueve, de acuerdo con la ciencia, una educación sexual integral que respete las etapas del desarrollo del individuo, la primacía de los padres en la educación, y que eduque para un auténtico y responsable ejercicio de la libertad humana.
Hacemos un llamado a toda la ciudadanía a oponerse a este anteproyecto de ley que claramente obedece a lo que el Papa Francisco llama «colonización ideológica». De esta manera, nuestra nación podrá salvaguardar sus más elevados valores.